Hamann muestra a su "consquistador", un Range Rover Sport brutote

Conqueror II es el nombre que Hamann le ha puesto, con bastante acierto por cierto, a su visión del Range Rover Sport. De nuevo volvemos a desempolvar el género de “coche que no queremos ver en nuestro retrovisor” con esta obra de la que sus creadores prefieren decir que “conquista las miradas a su alrededor”, y no es para menos.

Lo que Hamann considera “cuerpo atlético” bien puede considerarse un cuerpo que ha recibido excesivos anabolizantes. Lleva un frontal más cortante y recargado pero lo mejor que sabe hacer el conquistador es mostrar sus musculosos arcos de rueda y el enorme calzado, nada romano por cierto, que Hamann “recomienda”: llantas de aleación en color negro mate y 23” de diámetro. Las gomas asociadas, para aplanar la tierra: 315/25 R23.

Al margen de otros detallitos más “superfluos” como las branquitas la zaga del “conquistador” se las trae, entre el enorme alerón y el difusor marcan la diferencia de lo que podría llamarse “armario extremo”. Los toques en fibra de carbono quedan extraños sobre el color negro por fuera pero dentro del coche no parecen tan exagerados. Es más, se deshacen del estilo serio y aportan deportividad junto a las alfombrillas y al curioso pedalier a cuadritos en dos colores.

Range Rover Sport Hamann Conqueror II

Hamann se enorgullece del escape del Conqueror II y afirma con tranquilidad que produce un sonido impresionante. Me imagino que se refieren a ese ruido ronco que aterroriza a cualquiera que esté cerca, por algo es un “conquistador”. Visualmente, los tubos por los que sale ese sonido puede ser dos centrales o cuatro en total y están terminados en acero inoxidable, que no se diga que no hay calidad.

Range Rover Sport Hamann Conqueror II

El motor elegido para pasar por las manos de Hamann ha sido el V8 “sobrecargado” de 510 CV nada más salir de fábrica. Después del retoque ofrece 560 CV de potencia y un poderoso par máximo de 685 Nm que son desarrolllados entre las 2.500 y las 5.500 rpm. Para los “jefazos” que han elegido diésel también hay un completo vitamínico: el V6 de 3.0 litros desarrolla ahora 280 CV, 35 caballitos extra.