Antes de que finalizara esta semana nos hemos pegado un bonito viaje a Alicante – pena que no acompañara el buen tiempo en todo momento – para asistir a la presentación internacional del la berlina Peugeot 508. El recién nacido del león está a punto de aterrizar en nuestro mercado en el segmento D.
La presentación nos llevó a recorrer los alrededores de Alicante con los Peugeot 508 en sus dos sabores, sedán y familiar SW, a través de terrenos de muchos tipos y motores de distinto perfil. La prueba consistió en recorridos largos con dos motores tope de gama (1.6 THP de 156 CV, 2.2 HDI de 204 CV), una prueba corta del intermedio 2.0 HDi de 140 CV y una prueba de ciudad con el 508 hecho exclusivamente para ahorrar en consumo, el 1.6 e-HDI de 112 CV.
Diseño exterior y exterior, cambio de rumbo
Desde el primer momento en el que conocimos al Peugeot 508 ya se vislumbraban la senda del camino por la que quería transcurrir Peugeot. Se inicia la nueva imagen de la marca y también se sube un peldaño más en cuanto a calidades, y eso si hablamos de la primera impresión. El anterior coche de este calibre de Peugeot, el 407, no tiene prácticamente nada que ver con el 508. En este último el diseño moderno tiene peso pero no es el mayor.
En las líneas refinadas y modernas del 508 cabe la nueva parrilla, clave en la nueva era Peugeot, además de unas ópticas donde se pueden combinar los faros de xenón con un cañón de luz LED que le da al coche un toque diferente. Hay detalles como las ópticas traseras de tipo LED que no sorprenden pero hay otros que sí. Por ejemplo que la amplitud de la puerta del maletero traslada la insignia “508” al paragolpes directamente o que con el arranque sin llave las manetas tienen un sensor: acercas la mano a él y el coche se abre.
Se podría decir que el 508 tiene mucho de berlina grande (4.79 m) y un cierto toque “coupé” en cuanto a la caída de su cuerpo trasero. En definitiva forma parte de los nuevos tiempos y de los nuevos gustos en los coches. Al que le guste una bonita pero fuerte silueta, los detalles de cromo en los marcos de las puertas, las luces LED y el león que está de pie disfrutará de este coche que ya desde el diseño saluda con la mano para despedir completamente al 407.
En su interior la sensación es muy similar; de blanco y negro del 407 pasamos al color del Peugeot 508. Los plásticos que parecen plásticos, muy típicos hasta ahora, están pero no son tantos como hasta ahora. Los materiales mejoran al tacto y hasta las partes más plásticas como las manetas (que por cierto, hay cuatro de serie) tienen un buen tacto. Más destacable es lo que ocurre con el salpicadero donde se concentra gran parte de la originalidad del diseño.
El salpicadero es plano, muy plano, y se puede decir que le falta siquiera una estridencia que destaque. Destaca el aplique decorativo que puede disponer en el lado de acompañante o los lacados que pueden interponerse en la consola central. El volante gasta un nuevo diseño, muy completo y con una zona base achatada, y el cuadro de mandos del piloto resulta otra novedad importante; rojo y blanco distinguen en dos diales grandes y tres pequeños todo lo que se necesita.
Habitabilidad, confort y calidades interiores, a la altura del cambio
Las cinco plazas máximas disponibles son cómodas en general, de nuevo esa es la primera impresión. Ahora bien hay ciertos matices en cada una de las filas que merecen ser comentados. Si elegimos los asientos de cuero probablemente nos quejaremos rápidamente de que con las curvas nuestro cuerpo se desplaza demasiado, esto es un efecto incómodo que se produce en todas las plazas. Aparte del efecto poco adherente del cuero resulta que los brazos inferiores de los asientos delanteros no ayudan tampoco.
Son demasiado blancos y lógicamente en las plazas traseras no tienen tanto relieve. Con los asientos que mezclan tela y cuero la cosa cambia un poco, el agarre es mejor por la resistencia del tejido y porque estos brazos ya comentados “parecen” ligeramente más duros. Los espacios, otro detalle importante a la hora de sentarse, son más que amplios en todas las direcciones si nos colocamos en las plazas delanteras. Para la segunda fila el espacio se limita en dos dimensiones y se magnifica en una.
Lateralmente no parece que tres adultos vayan a viajar excesivamente cómodos, especialmente si se van unos contra otros sobre los asientos de cuero. En altura la sensación es de que una persona de algo más de 1.8 metros de altura verá el techo demasiado cerca a pesar de que en principio no deba sentirse incómodo. En cambio a la hora de medir el espacio hacia delante, el que necesitan nuestras rodillas, la impresión es de que incluso sobra este espacio.
Maletero sedán y familiar; el techo solar panorámico
El espacio en el maletero del Peugeot 508, y por lógica en el 508 SW, es muy grande: 515 litros en la berlina, 560 en el familiar. Dan ganas de cargar multitud de cosas aunque se puede decir que la boca de carga no ayuda exactamente a la tarea; no está demasiado alta pero no resulta de todo práctica. En los 508 de más nivel la apertura y clausura del maletero está automatizada. De la apertura no se pueden decir más que bondades, con un toque de botón se abre el maletero y el solito completa el recorrido.
A la hora de cerrarlo más de lo mismo, un botón situado a un lado del interior de la puerta del maletero permite automatizar el proceso de clausura. El problema es si es necesario cerrar la puerta del maletero a mano, entonces ya se complica la vida. La puerta no se resiste a bajar y es fácil tirar de ella con una maneta bien situada en el interior de la puerta pero es necesario llegar casi hasta el cierre completo para que los muelles no tiendan a levantar el portón.
El Peugeot 508 SW tiene entre sus opciones un techo solar panorámico que se puede denominar “panorámico” en el sentido completo de la palabra. Transcurre casi casi desde el pilar C hasta el A y deja muchísimo superficie acristalada por la que trasladar luz y buena visión del cielo al interior. Cuenta con un sobretecho extensible que se puede regular, desde completamente cerrado hasta completamente abierto pasando por estadios intermedios.
Es decir, se puede permitir que la luz pase solamente para la zona de la primera fila o un poco más atrás. Todo se hace a golpe de una rueda situada muy cerquita del retrovisor interior. Resulta muy cómodo manejar el sistema para adecuar la posición de la bandeja sobretecho a nuestras necesidades lumínicas, hace poco ruido y es bastante rápido en sus maniobras.
Equipamiento
De todos los equipamientos que trae el Peugeot 508 destaca entre otros el Head-Up display situado delante del conductor. Sencillo a la par que cómodo: se levanta durante el arranque y muestra tanto la velocidad como el estado del regulador de velocidad como las últimas indicaciones del navegador GPS (que cuenta con una suculenta pantalla central). Útil y con colorido aunque tengo la impresión de que una vez acostumbrado el conductor poco lo usará. El climatizador de cuatro zonas, inédito en este nivel de coche, es exactamente lo que dice ser.
En la consola central cuenta con los mandos para controlar la velocidad del aire y la temperatura para las dos plazas como es habitual (indicada con dos pequeños displays) mientras que para controlar las plazas traseras existe un pequeño cuadro detrás del reposabrazos delantero (desplazable y con compartimento interior) que permite controlar lo mismo de la misma forma. Los faros delanteros automáticos (luz de cruce/luces largas) también forman parte del equipamiento aunque no tuvimos ocasión de probarlas por la luminosidad.
Sobre el navegador GPS se puede decir que es muy visual, cómodo a la vista. Hace zoom en los cruces donde hay cambios, recuerda abundantemente las direcciones y se maneja con una rueda y una serie de botones situados en el túnel central. El manejo no es demasiado intuitivo pero se aprende fácilmente la combinación de giros y botones para navegar por los menús del navegador. Desde los mismos también se controla el sonido (CD, entrada auxiliar o USB situada en el interior del reposabrazos central).
Luego hay pequeños detalles. Aparte de la mencionada activación del cierre centralizado mediante la maneta se encuentran las cortinillas traseras, una en cada puerta de la segunda fila y otra al lado de la luneta posterior. Se esconden en la propia puerta y son fácil de utilizar salvo la de la luneta, tiene dos enganches y en movimiento cuesta lo suyo colocarlas. Son lo suficientemente opacas para tapar gran parte de la luz pero dejan ver a través de ellas.
Mañana continuamos con la presentación tocando la parte dinámica, con todos los motores probados, así como el análisis del precio, rivales y una pequeña conclusión.
En Diariomotor: Peugeot 508 y 508 SW 2011 | Peugeot 508 y 508 SW, todos los equipamientos y los precios desde los 23.400 euros | Peugeot 508 y 508 SW, presentación en Alicante (II)
Peugeot 508 SW 
