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La rueda que no se pincha de Michelin y la psicología de los pinchazos

El prototipo más llamativo de Michelin en la “Michelin Challenge Bibendum” es el neumático que no se pincha. Se trata de un neumático que va más allá del run-flat, la idea no es que una vez pinchado pueda seguir circulando hasta ser sustituido, sino que mantenga sus características a pesar de tener un enorme clavo atravesándolo.

Para ello están realizados con un compuesto de goma específico que tapa de forma inmediata los agujeros que se producen en su banda de rodadura. Según la marca, esta tecnología mantiene intactas todas las características del neumático, como la duración o el consumo de combustible.

La pregunta obligada que tuvimos que hacer a Michelin es si se plantean sacar este prototipo a producción, algo que todavía no tienen claro, aunque parece que existe esa posibilidad. Lo que me llama la atención es que, en caso de hacerlo, se plantee la posibilidad de que sea una tecnología aplicable a todos sus neumáticos.

La rueda que no se pincha de Michelin

La psicología de los pinchazos

Yo me pregunto, ¿merece la pena tener un neumático así? Según Michelin, estiman que un conductor europeo pincha aproximadamente cada 75.000 kilómetros, aunque esto depende mucho del país (por las infraestructuras) o del tipo de carreteras o caminos que recorremos. Por ejemplo, en el sudeste asiático se pincha cada 3.000 kilómetros. En este caso esta tecnología podría tener mucho sentido, pero hablemos de Europa.

Mi visión, que sé que no es compartida por muchos, es que no merece la pena ni esta tecnología ni otras como run-flat si sólo hacemos recorridos por carreteras razonablemente cuidadas. Muchas veces se critica en las pruebas de coches aquellos que no tienen rueda de repuesto completa, lo que claramente es un error. Puede que no sea positivo para determinados compradores, pero sí para otros.

Ejemplo, en mi anterior coche pude elegir entre rueda completa o “galleta”. Al ver la diferencia de maletero, escogí galleta sin dudarlo. Mi coche actual no tiene ni eso, tiene un kit repara-pinchazos. Por pura estadística, es difícil que me arrepienta de esta decisión.

En ocasiones cometemos el error de intentar ahorrar tiempo (o dinero) en aquellos casos visibles pero improbables. Y sin embargo, dejamos de lado aquellos menos visibles pero que ocurren a diario. Es mejor ahorrar un segundo en una tarea que hacemos a diario que media hora en una que hacemos cada diez años.

Sí, es posible que un día pinche y me arrepienta de no tener rueda de repuesto completa. Pero también hubiese sido posible que, teniéndola, no me llegase el maletero para guardar algo y tuviese que hacer dos viajes con carga, gastando el mismo tiempo que esperaría por la asistencia en carretera para cambiar la rueda.

La conclusión es que no hay una solución universal, la importancia en la prevención de los pinchazos depende de nuestro caso concreto.

En Diariomotor: Novedades en la Michelin Challenge Bibendum

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