No hay duda de que el nuevo Mercedes SLS AMG Roadster es uno de los deportivos descapotables más esperados de los últimos años y también una de las presentaciones más importantes de 2011. Pero para entender por qué razón el famoso alas de gaviota perdió su techo y sus apéndices laterales, nos tenemos que remontar a 1957, a los tiempos del Mercedes 300SL Roadster.
A diferencia de los SLS AMG y SLS AMG Roadster, que convivirán en los concesionarios durante una larga temporada, el clásico Mercedes 300SL Roadster nació para sustituir a todo un icono, el Mercedes 300SL “Gullwing” original. Tras tres prósperos años de comercialización en los que se vendieron más de 1.400 unidades y varios éxitos previos en competiciones automovilísticas, Mercedes-Benz creyó conveniente que el sustituto ideal de su emblemático deportivo sería un descapotable.
A diferencia del Mercedes 300SL de carrocería coupé, de cuya producción un 80% se comercializó en Estados Unidos, el Mercedes 300SL Roadster pretendía ser el deportivo ideal, rápido, descapotable, confortable y pensado para su comercialización en todos los mercados. Pretendía de paso acabar con algunas de las incomodidades del espectacular “gullwing”, cuyas alas de gaviota eran tan atractivas visualmente como incómodas para sus pasajeros.
Aunque por fuera los cambios se hicieron notar (ausencia de techo fijo, puertas convencionales, cambios en faros) la mecánica del 300SL Roadster mantuvo la de su hermano el coupé, un motor de seis cilindros en línea y cuatro tiempos, con 2.996 cm3 y 212 CV (más adelante aumentarían a 222 CV) a 5.800 RPM. Éste estaba asociado a un cambio manual de cuatro velocidades que transmitía toda la potencia sobre el eje trasero. Pese a su techo descapotable, era capaz de acariciar los 250 km/h de velocidad máxima.
Como el coupé, el Mercedes 300SL Roadster también se distribuyó con un amplio abanico de extras, entre ellos se incluía un techo rígido desmontable que le confería la apariencia de un coupé al uso.
Fuente: Mercedes-Benz | Wikipedia
En Diariomotor: Mercedes SLS AMG | Mercedes 300SL y SLS AMG, clásicos frente a frente
