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Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

El Mazda 5 es el último heredero de una larga estirpe de monovolúmenes, que comenzaba con el Mazda MPV en los ya lejanos años 80. El MPV (Multi-Purpose Vehicle) fue una respuesta a la invasión del mercado estadounidense por las minivan de Chrysler, a las que siguieron respuestas por parte de todas las grandes empresas automovilísticas domésticas y nacionales. Para el mercado europeo, en 1999 se lanzó el Mazda Premacy, que ha dado lugar al actual Mazda 5, el último monovolumen de los de Hiroshima.

La diferencia entre los Mazda MPV y los Mazda 5 es el tamaño, los últimos son más pequeños y adaptados al uso europeo, con motorizaciones de gasolina de baja cilindrada y motores diésel. Hemos podido probar para vosotros dos versiones del nuevo Mazda 5, lanzado al mercado en 2010. Hemos podido probar a fondo una versión 2.0 DISI con 150 CV, inyección directa de combustible y sistema Stop&Start, así como una versión 1.6 CRTD, un turbodiésel superventas de 115 CV que reemplaza al viejo 2.0 CRTD de 110 CV.

Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

Los Mazda 5 siempre se han caracterizado por suponer una alternativa a los rivales europeos de referencia, contando a su favor con un toque más dinámico, una mejor experiencia de conducción y una fiabilidad a prueba de bombas en las versiones de gasolina. El nuevo Mazda 5 abraza esta filosofía en su nueva generación. La unidad de gasolina tenía unos 8.000 km en el odómetro cuando la recogimos en Madrid, y la diésel con la que hemos tomado contacto tenía apenas 1.500 km, por lo que estaba en rodaje.

Ambas versiones probadas son acabados Luxury, el tope de gama en los Mazda 5, distinguible por las bonitas llantas de 17 pulgadas y un equipamiento muy completo del que daremos cuenta en la tercera parte de la prueba. Por lo pronto vamos a comenzar la prueba con la primera parte, en la que nos vamos a centrar en la habitabilidad y diseño de este monovolumen de siete plazas y origen japonés. Abrochaos los cinturones, que arrancamos.

Filosofía de diseño Nagare

El Mazda 5 es posiblemente uno de los monovolumenes del mercado en los que más se haya cuidado el diseño. Su aspecto cuidado tiene grandes influencias del Mazda Nagare Concept. Es ya evidente en rasgos del frontal, como la amplia “boca” de la que hace gala, una enorme calandra que da una cara sonriente al Mazda 5, flanqueada por los dos antinieblas y dos ópticas rasgadas que son bastante similares a las que lleva el actual Mazda 3, que también hemos probado.

Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

El perfil lateral es propio de un gran monovolumen con puertas deslizantes, bastante cuadriculado y plano. Dentro de las exigencias condicionadas por la forma, tiene unos bonitos nervios de expresión derivados del concept que recorren todo el perfil lateral: una forma orgánica y viva que nace en el paso de rueda delantero y muere camuflada con los raíles de las ruedas. Las llantas tienen un aspecto muy logrado, son de 17 pulgadas y van envueltas en neumáticos Dunlop SP Sport de medidas 205/50 R17.

La parte trasera es la menos inspirada del conjunto, un enorme portón que abarca desde el techo del coche hasta casi el suelo, con una gran ventanilla tintada para la privacidad que necesitan los pasajeros de las filas traseras y una mejor protección del sol. Las ópticas traseras no son LED y tienen un aspecto más convencional que el resto del coche. En ambas motorizaciones se ha intentado disimular el tubo de escape ocultándolo bajo el paragolpes.

Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

Modularidad y espacio para todos: plazas delanteras

Me aúpo al puesto de conducción del Mazda 5 para contaros lo que veo. Y lo que veo es el tráfico de manera muy correcta, ya que vamos sentados altos. El asiento tiene un tamaño adecuado para un adulto medio, aunque se echa de menos algo más de apoyo lateral, es algo accesorio en un coche destinado a una conduccion tranquila donde entrar y salir fácilmente es más prioritario. El espacio para cabeza, ambas rodillas y nuestros codos es óptimo, con un amplio margen para conductores de talla alta.

Los asientos delanteros tienen reposabrazos integrados, detalle a agradecer en largos viajes. El del conductor es regulable en altura, el del copiloto no. La instrumentación es bien visible a través del volante de aro fino – y algo recargado de botones – con sus dos grandes relojes de generosa profundidad inspirados en las motos. Retroiluminados en color rojo, entre ambos hay una pequeña pantalla LCD con el odómetro y el medidor del nivel de combustible. No tiene reloj para la temperatura del agua, pero sí un testigo que se pone verde cuando es óptima.

Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)
Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

Realmente, el ordenador de a bordo se muestra en la pantalla que hay sobre la consola central, junto a información del equipo de sonido, fecha y climatización. El salpicadero tiene unos ajustes correctos y materiales de calidad razonable, pero es todo plástico duro, que por otra parte parece soportará muy bien el paso del tiempo. En la consola central, tenemos en la parte superior el control del equipo de sonido y un poco más abajo la climatización, lo cierto es que todo muy a mano.

La palanca de cambios está montada en la consola, por lo que accionarla es muy cómodo y apenas requiere alejar la mano del volante. El Mazda 5 no tiene demasiados huecos portaobjetos, las puertas delanteras tienen un hueco para botellas u otros objetos – sin fondo de goma – y hay un hueco en la parte baja de la consola central apto para un teléfono móvil planito. Por ello hay que usar los huecos entre los asientos, dos portavasos y un hueco cuadrado de dimensiones correctas.

Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

Por fortuna la guantera es grande, aunque sin luz o tapizado. Sobre la guantera hay una repisa exterior, que no es apta más que para objetos como fundas de gafas o para apoyar temporalmente pequeños objetos, pues en la primera curva irán al suelo.

Plazas traseras de acceso sencillo

La modularidad de este monovolumen de siete plazas viene enmarcada en sus plazas traseras. La segunda fila tiene tres plazas, aunque el asiento central no es un asiento individual como sí lo son las laterales. Es más estrecho y el mullido menos cómodo. Es una plaza que se puede anular y convertir en un reposabrazos, ocultándose bajo el asiento central izquierdo. El asiento central derecho tiene bajo el mismo un hueco en el que dejar objetos. El acceso a estas plazas es muy cómodo y tienen detalles prácticos.

Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)
Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

En primer lugar, hay una mesita tipo avión en el respaldo de los asientos delanteros. El acceso es muy fácil gracias a las puertas correderas eléctricas, accionables desde las propias plazas traseras o desde un control junto al conductor. Subir y bajar a estas plazas es por tanto un juego de niños. El espacio disponible para piernas y cabeza es grande si las dos plazas traseras van anuladas. La fila central tiene regulación longitudinal para una mejor modularidad.

El acceso a las plazas traseras requiere abatir la fila central y desplazarla hacia delante. Una vez están los asientos elevados, hay que subir los reposacabezas e implorar a los pasajeros espacio para nuestras piernas. Los centrales deben mover su fila hacia delante si quieren que un adulto entre en esos asientos. Por tanto, son mejores para viajes provisionales de niños, que no irán tan encogidos, con las piernas muy elevadas y en general incómodos. Estas plazas tienen anclajes ISOFIX.

Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

Maletero

El Mazda 5 tiene tres maleteros en uno, dependiendo del número de asientos que tengamos desplegados. Con los siete asientos desplegados únicamente vamos a disfrutar de 112 litros de capacidad, con cinco plazas tendremos 426 litros de capacidad y con sólo dos plazas delanteras tendremos unos ingentes 1.485 litros. Por supuesto, está muy lejos de los más de 800 litros del SsangYong Rodius con las siete plazas completas en posición, pero hablamos de un coche que es más de medio metro más corto.

Mazda 5 2.0 DISI y 1.6 CRTD Luxury, a prueba (I)

La boca de carga es suficientemente baja para poder cargar y descargar todos los objetos con comodidad, y no hay salto entre la boca de carga y el piso. Además, este borde está protegido con plástico robusto para evitar rayones. Los asientos traseros se enrasan con el suelo, los asientos centrales se abaten hacia los delanteros para lograr el mayor espacio posible para la carga.

Próximamente, dinámica y consumos.

En Diariomotor: Nuevo motor 1.6 CRTD de 115 CV para el Mazda 5 | Mazda 5 2010

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El Mazda 5 es un monovolúmen de siete plazas, cuya peculiaridad son sus puertas traseras deslizantes, con cierre eléctrico. Está disponible con motores diésel y gasolina de 115 CV y 150 CV respectivamente.

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