El último coche en pasar por nuestras garras es el renovado Ford Mondeo, equipado con uno de los motores diésel más equilibrados de la gama, el potente 2.0 TDCi, un turbodiésel en su versión de 163 CV. El Ford Mondeo ha sido desde siempre el caballo de batalla de Ford en el segmento de las berlinas, siempre gozando de ventas cuantiosas y buenas críticas por parte de los medios especializados y el público. El Ford Mondeo que véis en pantalla pertenece a la segunda fase, tras el lavado de cara de un modelo lanzado en el año 2007.
Con respecto al Ford Mondeo que estuvo a la venta hasta 2007, es un coche notablemente más grande, amplio y capaz que su predecesor. Sin embargo, es un coche que ya no tiene versiones ST con motor de seis cilindros. A cambio, tras el lavado de cara ha recibido los motores EcoBoost de 2.0 litros con hasta 240 CV de potencia. Sea como sea, no vamos a juzagar una de sus versiones deportivas, estamos para probar el segundo motor diésel más potente de la gama, por detrás del 2.2 TDCi de 200 CV.
La unidad que recogíamos en Alcobendas tenía el acabado Titanium, por debajo del Titanium S pero mucho más equipado que los acabados de acceso. Lo que más nos impresionó a la hora de recoger la unidad fueron las llantas de 18 pulgadas, que transforman al completo el carácter de la berlina, otorgando un aspecto mucho más deportivo. Nuestra unidad de prensa tenía casi 6.000 km en el odómetro a la hora de recogerla, y nosotros hemos añadido 2.000 km adicionales probándola a fondo con nuestra habitual batería de pruebas.
El Ford Mondeo pelea en un segmento extremadamente competitivo, con muchos rivales de referencia. Es el caso del Volkswagen Passat, el Citroën C5, el Opel Insignia, el Honda Accord, Toyota Avensis… y la competencia parece ponerse cada día más dura con la entrada de competidores como el inminente Kia Optima, que promete un fuerte revulsivo al segmento. Dicho sea esto, pasaremos a analizar el diseño y habitabilidad interior de esta berlina tan rutera que nos ocupará durante los próximos días.
Kinetic Design, más afilado y agresivo
El lanzamiento del actual Ford Mondeo supuso una ruptura muy fuerte con el anterior Mondeo, principalmente debido a la incorporación del Kinetic Design al lenguaje de diseño de Ford. Los rasgos del Mondeo post-facelift ya estaban presentes en 2007, aunque se han afilado incluso más. Es el caso por ejemplo del frontal, aún más incisivo que antes, con una paragolpes de aristas pronunciadas, una calandra muy oscura tipo nido de abeja y unas afiladas ópticas, a las que se añade una tira de LEDs como iluminación diurna.
El perfil lateral es musculoso, con pasos de rueda marcados y un nervio de expresión que atraviesa longitudinalmente el coche, emanando de una pequeña branquia lateral, situada en la aleta delantera. Como recurso de diseño típico, el Ford Mondeo tiene una línea de cintura ascendente, con una superficie acristalada que se va haciendo más pequeña, enmarcada por una tira cromada. Las llantas dan aún más sensación de solidez y fuerza a una carrocería que con 4,78 metros de longitud es bastante imponente.
Una vez situados tras el coche – es una versión de cinco puertas – descubrimos que hay menos cambios con respecto a antes del lavado de cara. Los pilotos traseros son muy parecidos, pero ahora incorporan tecnología 100% LED, con un efecto lumínico nocturno atractivo. En cinco puertas tiene un trasero algo más voluminoso que en cuatro puertas, y como muchos coches turbodiésel, esconde su tubo de escape bajo el paragolpes, cuando quedaría más bonito expuesto, con un embellecedor cromado.
Mucho espacio y buena calidad interior
Abro la puerta del Ford Mondeo y me acomodo en el asiento del conductor. Es un asiento muy amplio en todas sus cotas, aunque con un apoyo lateral poco marcado. Lo primero de que me percato es que la posición de conducción resultante es baja en todos los casos, una postura que algunas berlinas rivales ya están perdiendo. El asiento tiene regulación eléctrica en todos sus posibles ajustes, apoyo lumbar actuable y una tapicería de cuero perforado con detalles en color blanco.
Los asientos también están calefactados… y ventilados, un detalle muy a agradecer en asientos de cuero, con los que se suele sudar por su baja transpiración. En resumen, los asientos son una maravilla, que además resultan tremendamente cómodos en largos viajes. El espacio que tenemos una vez acomodados es sobresaliente en todas las cotas, aunque la forma de la consola central limita ligeramente la comodidad de la rodilla derecha. No todo podría ser perfecto, y personalmente soy muy quisquilloso en este aspecto.
La calidad de materiales que me rodea era francamente mejor de la que me esperaba. Todo el salpicadero está cubierto de un plástico gomoso de tacto y aspecto muy agradable, con partes de plástico duro de acabado plateado, con una háptica muy convincente, sin el típico tacto barato de otros coches. Hay plásticos más duros en las partes inferiores del salpicadero y las puertas, pero con unos remates sobresalientes. Es un habitáculo que da una gran sensación de calidad y solidez, algo que se busca en una berlina, por otra parte.
La consola central está dominada por dos salidas de aireación, bajo la que encontramos la gran pantalla táctil TFT de 7 pulgadas, que aglutina todo el sistema de infotainment del coche e incluso muestra en pantalla el estado del climatizador. Bajo los ligeros controles del aire, tenemos el botón de los warning, lunetas térmicas y sistema de aparcamiento. Me parece muy acertado lo poco recargada de botones que está la consola central, algo de lo que otras marcas deberían aprender, ahora mismo estoy pensando en el Opel Insignia.
Hasta llegar a la palanca de cambios hay varias portezuelas que ocultan el cenicero y superándola otra tapa corredera donde encontramos dos posavasos de tamaño generoso y los controles de climatización para los asientos. Las puertas tienen hueco suficiente para botellas de agua de 1,5 litros y la guantera es muy profunda y capaz, aparte de estar tapizada, iluminada y refrigerada. Un detalle que me ha parecido muy útil de este Mondeo es la disposición de la instrumentación.
Los dos relojes son bonitos y de lectura fácil, pero lo que de verdad es útil es la impresionante pantalla multifunción que los une. Esta pantalla de 7 pulgadas es un centro de información sobre el estado del coche – incluso muestra si las luces están encendidas en un pictograma – y sirve también para movernos por el sistema de infotainment, accediendo a todas las funciones a través de los dos controles omnidireccionales que tenemos en el volante. Su manejo es sumamente intuitivo, y lo detallaremos más adelante.
Lo bueno de disponer de esta pantalla es que evitamos apartar la vista de la carretera mucho más que en otros coches. Esta pantalla puede tener una lectura algo más complicada si hay mucho sol y le incide directamente.
Plazas traseras
El Ford Mondeo tiene muchísimo espacio para las rodillas en las plazas traseras, casi siendo el líder en espacio dentro de su segmento. Lo que es algo más limitado es el espacio desde la cabeza hasta el techo, mi pelo va rozando el techo con mis 1,83 metros de altura. El túnel central es poco voluminoso y por anchura tres adultos no andarían mal de espacio, pero la forma de la banqueta en ese punto no es cómoda para viajes largos. Hay bolsas portarevistas en la parte posterior de ambos asientos delanteros.
Maletero
El maletero del Ford Mondeo de cinco puertas tiene un cubicaje de 540 litros, uno de los mayores dentro de su segmento, superando por ejemplo al Opel Insignia. La boca de carga es cómodamente baja – aunque algo curvada – y aunque las formas del piso de carga no son demasiado regulares, se traga muchísimas maletas de gran tamaño. Bajo el mismo sólo nos encontraremos un kit antipinchazos, ya que nuestra unidad monta un equipo de sonido HiFi opcional, y el subwoofer anula el hueco. Es mucho más cómodo de cargar que el cuatro puertas.
To be continued…
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