The Cruzemobile, un homenaje a los Blues Brothers con el Chevrolet Cruze

Una de esas películas gamberras de los ‘80 que marcan una infancia fue, al menos para mí, Granujas a todo ritmo (“The Blues Brothers” en versión original, 1980), dirigida por John Landis y protagonizada por Dan Aykroyd (antes de dedicarse a cazar fantasmas) y un grandísimo John Belushi. Dos hermanos, uno recién salido de la cárcel, al volante de un 1974 Dodge Monaco policial y al que le encasquetan una “sirena Tornado” en el techo.

Esto viene a cuento porque Chevrolet UK para celebrar los 100 años de la marca ha presentado en el Ace Café de Londres el Cruzemobile, o lo que es lo mismo, una reinterpretación (se podría decir que casera) del clásico Dodge Monaco que aparece en la película pero con un Chevrolet Cruze. Cosa que resulta realmente curiosa si pensamos que ambos coches no pertenecen ni siquiera al mismo grupo automovilístico…

Chevrolet Cruze Blues Brothers

Y es que si al menos el Bluesmobile original hubiese sido algún otro coche del grupo General Motors sería entendible, pero es que es un Dodge. Por ejemplo, si hubiese sido un Pontiac Grand Prix (rival más o menos directo del Monaco) la cosa sería entendible. Se utiliza un Chevrolet Cruze porque Pontiac ya ha dejado de existir. Aquí sería entendible.

O directamente, hacer un homenaje con un Cadillac actual al Bluesmobile primigenio, ese que no sale en la película pero al que se le hace mención en los diálogos de la película, cuando Jake Blues ve por primera vez el Dodge Monaco y pregunta por el Cadillac, el Bluesmobile original. Según el guión de la película, ese coche es un 1968 Cadillac Fleetwood, pero ni se menciona el modelo ni tampoco aparece en toda la película. Pero claro, si el coche no tiene visibilidad, ¿cómo van a hacer la gracia?

Para que nos entendamos, ¿alguien vería con buenos ojos un Chevrolet Camaro haciendo un homenaje a “Bullitt” o un Fiat 500 a “The Italian Job”? Pues eso, que es cuanto menos raruno…

P.D.: Sí, este es uno de esos coches de mi infancia que me hicieron ver a los clásicos americanos con buenos ojos. Uno de tantos…