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Tu coche en forma: aire acondicionado y climatización

A menudo todo aquel usuario de un automóvil, y por lo tanto responsable de su mantenimiento, tiende a pensar que ciertos dispositivos son plenamente autosuficientes y que jamás necesitan de labores de mantenimiento o de una puesta a punto periódica que permita preservar su buen funcionamiento a lo largo del tiempo y evitar inoportunas y costosas averías en un futuro. Un buen ejemplo de ello es el aire acondicionado y los climatizadores.

Efectivamente un equipo de aire acondicionado no es eterno, es más, está sujeto a una serie de labores periódicas y por su propio diseño cuenta con una vida útil determinada que, salvo muerte prematura de nuestro vehículo, siempre será inferior a la de este. Además la efectividad del sistema de aire acondicionado se reduce básicamente en base a dos factores: el tiempo y las horas, o kilómetros, de utilización. Un buen mantenimiento puede prolongar considerablemente la vida útil de nuestro equipo de climatización y reducir la pérdida de eficiencia y efectividad propia de su utilización.

Dado que la diferencia entre un climatizador y un sistema de aire acondicionado está únicamente en que el primero cuenta con un sistema que regula automáticamente la temperatura y la energía de la ventilación, de ahora en adelante cuando hagamos referencia a uno lo haremos por extensión al otro y viceversa.

Aire acondicionado

Gas: el responsable de refrigerar nuestro coche

El aire acondicionado de nuestros vehículos funciona gracias a la circulación de un gas que tiende a agotarse por la formación de pequeñas fugas en el circuito.

El funcionamiento de enfriamiento de un equipo de aire acondicionado se basa en unos conductos por los que circula un fluido que mediante ciertos procesos químicos se transforma en líquido y gas para intercambiar energía con el aire que pasa por otros conductos y que posteriormente es expulsado por las rejillas de ventilación de nuestro vehículo. El desgaste, las pérdidas por condensación y las microfugas que se producen con el uso en el sistema, hacen que este gas pierda sus propiedades y vaya consumiéndose poco a poco.

El momento en que el sistema del aire acondicionado deja de enfriar como debería y acusa una pérdida notable de efectividad, la razón más probable es sin duda la pérdida de gas, sobretodo si no se ha efectuado una recarga durante demasiado tiempo.

Lo recomendable para el conductor más previsor es llevar el coche cada año al taller antes de la llegada del verano y anticiparse a la posible y desagradable sorpresa de encontrarnos con un climatizador que no enfría. Por la ley de Murphy es probable que encima nos suceda el día en que el calor nos sorprende de golpe anunciándonos que el verano ya ha llegado.

Aire acondicionado

Es básico revisar el equipo de aire acondicionado periódicamente y especialmente antes del verano.

Tampoco cuesta nada probar el sistema los primeros días de calor y asegurarnos de pedir cita en nuestro taller si nos percatamos de que algo no funciona correctamente.

Lo normal es una pérdida, por el propio uso, del gas. La recarga del gas es una labor relativamente sencilla y posible de efectuar por cualquiera si se dispone de la maquinaria adecuada. Dado que casi nadie dispone de ella (sí en ciertos talleres diseñados para que cada uno repare su propio coche), lo mejor es recurrir a un taller en el que también comprobarán la posibilidad de que haya fugas en el circuito de circulación del gas.

Si la última recarga se efectuó recientemente y el aire acondicionado ha pasado en poco tiempo de funcionar perfectamente a dejar de enfriar de nuevo, es probable que existan fugas.

Aire acondicionado

Optimizar el uso del aire acondicionado para evitar sobrecargarlo

Los días más calurosos es recomendable mantener unos minutos las ventanillas abiertas ya que hará más calor en el habitáculo que fuera.

Como cualquier sistema con componentes mecánicos, el climatizador también se agota y estropea por un uso a máximo rendimiento. Una buena forma de preservar su vida útil es evitar a toda costa que trabaje a máximo rendimiento en condiciones concretas, por ejemplo los días más calurosos del año.

Lo recomendable en condiciones normales es circular con las ventanillas cerradas, salvo en el momento inicial de acceder al habitáculo en un día muy caluroso e iniciar la marcha. Lo habitual es que por el efecto invernadero la temperatura en el habitáculo sea superior a la exterior, es por eso que lo mejor es mantener las ventanillas y las puertas abiertas durante unos minutos antes de iniciar la marcha o, si no es posible, iniciar la marcha con las ventanillas abiertas.

También es recomendable durante el invierno accionar periódicamente el sistema de aire acondicionado para que entre en funcionamiento el compresor, circule el fluido y se eviten obstrucciones. Un largo periodo sin utilizar el aire acondicionado también puede comprometer su eficacia.

Aire acondicionado

El filtro de aire: muy importante y esencial especialmente para los alérgicos

El filtro de aire del habitáculo acumula polvo, pólen, bacterías y demás residuos, por lo que se obstruye y debe ser sustituido periódicamente.

Otro de los elementos clave del sistema de climatización es el filtro de aire del habitáculo. Se trata del punto en que se eliminan las impurezas, pólen y demás cuerpos extraños antes de que el aire pase de la calle hacia el habitáculo. Por tanto es un elemento propenso a obstruirse y causar un mal funcionamiento del equipo de aire acondicionado hasta el punto de poder provocar una avería importante.

Se trata de un elemento especialmente sensible si somos alérgicos, dado que suele acumular pólen y evitar que este acceda al habitáculo así como formarse bacterias y moho que puede resultar dañino para nuestro sistema respiratorio si no lo sustituimos periódicamente.

Los fabricantes recomiendan incluso una sustitución del filtro de aire del habitáculo al menos una vez al año o cada 15.000 kilómetros. Incluso en periodos más cortos si circulamos habitualmente por terrenos con mucho polvo, por ejemplo carreteras con obras o caminos.

Lee más consejos para cuidar tu coche en la sección Tu coche en forma.

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