Fisker “aumenta la autonomía” de su aventura comercial con un nuevo modelo que pretende ser el punto de inflexión que lleve a Fisker Automotive a convertirse en un fabricante de gran volumen en Estados Unidos. El Fisker Atlantic es el resultado del denominado Proyecto NINA, un sedán de lujo de cuatro puertas del tamaño de un Audi A5 que según sus creadores está enfocado a jóvenes familias que busquen un modelo distinguido, de corte deportivo y tan sostenible con el medio ambiente como práctico en el día a día.
Nos advierten de que el Fisker Atlantic aún no es definitivo, sino que pasa por una fase de prototipo cercano a la producción que está condicionada a que regresen los préstamos gubernamentales de los que Fisker Automotive sigue pendiente. Este híbrido enchufable con motor eléctrico y de gasolina, se ofrecerá con tracción trasera, aunque también está previsto el lanzamiento de un modelo de tracción total. Es todo lo que sabemos de su mecánica.
Se posicionará, por precio y dimensiones, un escalón por debajo del Fisker Karma. Según algunos analistas podría llegar a costar la mitad que su hermano mayor, aunque de momento la marca no ha anunciado nada al respecto.
El Fisker Atlantic no puede ocultar que sus raíces y sus similitudes con el Karma
No obstante el Fisker Atlantic, pese a ser más corto que el Karma, no ha sacrificado en exceso el confort a bordo gracias a una distancia entre ejes considerable que prima el hecho de que estos se hayan situado en los extremos de la carrocería y los voladizos sean inusitadamente cortos.
Desde Fisker Automotive se han mostrado demasiado parcos en detalles, lo que sabemos de esta berlina aún es muy poco. Que aún no se hayan dado detalles de su mecánica nos invita a pensar que este detalle aún no lo han concretado definitivamente.
Por último cabe destacar que la situación de Fisker Automotive no es sencilla. Los préstamos condicionados del Departamento de la Energía de los Estados Unidos que les fueron concedidos en un inicio, se suspendieron recientemente por no cumplir con los objetivos que se habían propuesto. Sin este préstamo las dificultades para sacar adelante el Fisker Atlantic son demasiado importantes como para salvarlas a corto plazo. Sin ir más lejos Fisker se habría propuesto una producción para el nuevo Atlantic de entre 70.000 y 100.000 unidades anuales, lo que a priori requiere una capacidad productiva mayor que de la que disponen actualmente.
Fuente: Fisker Automotive
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