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Medicamentos y conducción: no te la juegues con un "mal viaje"

Mi primer mal viaje con los medicamentos me sorprendió cuando aún era un novato. Inexperiencia, el primer dolor de espalda que me obligaba a tomar una medicina, un activo que producía somnolencia y la imprudencia de salir a conducir después de haber tomado un medicamento sin haber leído el prospecto, pudieron costarme un susto. Por suerte los efectos secundarios no hicieron aparición hasta que estaba prácticamente en mi destino: sueño atroz y un entumecimiento en brazos y piernas que prácticamente me impedían bajarme del coche y que de haber aparecido en plena carretera me hubieran obligado a parar en el arcén o en el peor de los casos haber provocado un accidente.

Los medicamentos nos ayudan a mitigar los efectos de una enfermedad y combatirla para recuperarnos en poco tiempo, pero también pueden ser tan peligrosas como el alcohol o las drogas si combinamos su consumo con la conducción de un vehículo a motor. En 2009 se acordaba la identificación de los medicamentos peligrosos e incompatibles con la conducción con un pictograma triangular con marco rojo y un coche dibujado en el interior que aparecería en el envase y en el prospecto. Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, una cuarta parte de los medicamentos distribuidos en España son incompatibles con la conducción o el manejo de máquinas.

Medicamentos

Por regla general analgésicos, barbitúricos, tranquilizantes, psicofármacos, antihistamínicos y anticonvulsionantes pueden provocar falta de atención, mareos, somnolencia, cansancio, pérdida de reflejos e incluso alteraciones de la visión. No es de extrañar que la Dirección General de Tráfico equipare sus efectos a los de el alcohol y las drogas. Ni que decir tiene que si el alcohol por sí sólo ya es un riesgo absurdo para la conducción, aún lo es más su combinación con medicamentos.

Tras mi experiencia y mi mal viaje, huelga decir que aprendí que lo mejor a la hora de tomar un medicamento que desconocemos es leer concienzudamente el prospecto para percatarnos de que nos permitirá conducir y no tendremos susto alguno o incidencias como la mía. Leer el prospecto no sólo es recomendable para conducir, sino también en general para evitar las reacciones adversas que podrían producir algunos medicamentos que independientemente no son peligrosos pero sí pueden tener efectos secundarios si los combinamos.

Fuente: DGT | Agencia española de Medicamentos y Productos Sanitarios | Ministerio de Sanidad
En Diariomotor: Los medicamentos advertirán en la etiqueta si son peligrosos para conducir

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