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Un matagigantes en pequeña dosis: Pro-Motive Austin Mini 1970, con motor de Yamaha R1 y 170 CV

De vez en cuando uno no puede dejar de sorprenderse con creaciones de lo más curiosas. Seguro que todos pensamos en alguna ocasión cuánto daría de sí un coche pequeño (o muy pequeño) con un motor relativamente potente. Y en un caso así no son necesarios centenares de caballos para tener unas prestaciones que ya quisieran para sí muchos deportivos y diversión al volante a raudales. Un buen ejemplo bien podría ser este que tenemos entre manos: un Austin Mini clásico de 1970 profundamente modificado, con motor de Yamaha R1 y 170 CV.

Sólo se han construido 40 unidades de este engendro tan particular, cual Frankestein sobre ruedas. El trabajo sobre esta unidad, no obstante, está particularmente modificado y elaborado, con numerosas piezas para llevar más allá su rendimiento. Partiendo de la base de un kit de la especialista británica Pro-Motive, muy poco queda en estado original en este Austin Mini. Su motor original ha sido reemplazado por una compacta mecánica procedente de la Yamaha R1 y especialmente adaptado: 170 CV, un sonido nada habitual en un turismo de calle y una aguja de cuentarrevoluciones que es capaz de rozar las ¡12.500 rpm

Pro-Motive Austin Mini 1970, con motor de Yamaha R1 y 170 CV

Su transmisión (por cadena) también proviene de la Yamaha R1 2003, con seis relaciones y desarrollos muy cortos, lo que hace que su motor esté ávido por subir de vueltas al mínimo golpe de gas. Pero además, esta unidad en concreto parece que ha sido cuidada en todos sus aspectos, contando con un diferencial autoblocante Quaife, frenos de alto rendimiento AP Racing, filtro de aire K&N, embrague de fibra de carbono Barnett, suspensión totalmente ajustable y escape deportivo artesanal. Las llantas son unas Minilite Gold de 13 pulgadas de diámetro y 7 pulgadas de anchura, con neumáticos en medidas 195/45 R13.

Pro-Motive Austin Mini 1970, con motor de Yamaha R1 y 170 CV

El interior también ha sido muy modificado, con asientos deportivos Corbeau, volante Nardi, instrumentación original de la propia R1 y un equipo de sonido también muy completo. Según su vendedor, fueron necesarias más de 160 horas de trabajo para dejar a punto, tal y como lo vemos, a este Mini tan particular y casi diríamos que único.

No hay datos de prestaciones, pero a la vista de los vídeos y de su capacidad de superar holgadamente las 10.000 rpm, con un peso muy reducido y 170 CV, diríamos que es de esos coches capaces de dejar sin aliento a su conductor. Como todos los caprichos, esto tiene un precio: 33.000 dólares es lo que pide su propietario en Estados Unidos a través de este anuncio de eBay.

Fuente: Motor Authority
Más información: eBay
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