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Audi A8 4.2 TDI, a prueba: así es el buque insignia de Audi

Cuando hablamos de un modelo buque insignia de una marca premium, como el Audi A8, sabemos que es una berlina de lujo orientada a ser un coche de representación institucional o corporativa, o en otros casos simplemente como coche personal de alguien que busca tamaño, prestaciones y calidad. Pero además de su función sirve como escaparate tecnológico para equipamiento que, con el paso de los años, se generalizará en modelos de la marca y en otras, por lo que les prestaremos especial atención.

La unidad que hemos probado monta el motor 4.2 TDI de 350 CV aparejada a un cambio S-Tronic de ocho velocidades y tracción integral quattro. Se trata de la carrocería normal, con cinco plazas y 5,13 metros de largo. Existe una versión con carrocería de 5,26 metros y cuatro plazas, que puede equipar los mismos motores y además un W12 (Audi A8 L W12).

El Audi A8 es un coche relativamente discreto. Quien lo conduce sabe que lleva en sus manos un vehículo de 140.000 euros (precio de la versión probada), pero que puede pasar relativamente desapercibido confundido con una berlina premium más.

Poco después de recogerlo, circulando por la Gran Vía de Madrid (por algún motivo todos los navegadores creen que es una buena idea a pesar de los atascos) fui adelantado por dos patrullas de policía con las luces de emergencia. Una vez me adelantaron volví a mi carril, circulando detrás de ellos durante unos 500 metros.

Quizás en momentos como ese, en el que algunas cabezas se giran hacia el coche buscando saber quién se encuentra en su parte trasera, es en el que somos conscientes del tipo de vehículo que estamos conduciendo.

Diseño exterior del Audi A8

Presentado en 2010, la actual generación del Audi A8 mantiene las raíces de lo que debe ser una berlina grande, pero a pesar de ello evoluciona hacia un corte más dinámico. ¿Qué quiere decir esto? Al ver el coche de perfil nos fijamos en que su pilar C cae de una forma más suave, con una cierta tendencia a ser un coupé y no una berlina. La diferencia es más clara si lo comparamos con su predecesor presentado en 2003. Personalmente es algo que no me termina de convencer, teniendo alternativas en la marca como el Audi A7 Sportback lo que esperaría del A8 es una berlina del corte más clásico posible.

Perfil del actual Audi A8 y el de la generación anterior, presentado en 2002

Dejando a un lado este detalle y sus posibles interpretaciones, la principal característica de su aspecto exterior es la elegancia y la imponente presencia que le otorga, además de su línea, la iluminación LED que dibuja unos ojos muy característicos mediante líneas alargadas. La iluminación exterior del coche está formada íntegramente por diodos LED, el xenón es cosa del pasado cuando llegamos a este nivel.

En su lateral destaca sobre todo por la línea cromada que embellece la parte inferior y resalta su figura, además de los contrastes de luz en su carrocería por la línea esculpida a lo largo de las puertas. La iluminación exterior en los tiradores de las puertas completa una presencia especialmente espectacular sobre todo por la noche.

Interior del Audi A8

Prueba Audi A8 4.2 TDI

Si en el exterior hay aspectos subjetivamente discutibles, en el interior debo decir que no encuentro dónde poner una pega. Está pensado para que no podamos encontrar un detalle que pueda ser malo o mejorable. No sólo por la calidad de los materiales y su aspecto lujoso, confortable y acogedor, sino también por la ergonomía en todos los detalles. La consola central tiene una gran cantidad de botones, pero a pesar de ello son fácilmente accesibles apoyando la muñeca en la palanca de cambio (cuyo diseño nos evoca al mundo náutico).

Un detalle de esos que desvían la vista cuando entramamos en el A8 es su reloj analógico como homenaje a lo clásico y a los amantes de los relojes. No obstante el conductor no tendrá por qué apartar la vista, ya que la hora también se muestra en su gran pantalla situada entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones.

Esta pantalla tiene gran cantidad de información pero muy bien estructurada en diferentes pantallas etiquetadas con pestañas como las de una página web. Las principales son las del ordenador de viaje (que nos muestra la distancia al coche que nos precede, algo que veremos en detalle), los posibles avisos como la falta de agua en el limpiaparabrisas, la información multimedia de radio o música y la información del navegador.

Calidez interior

Además de eso, la pantalla del MMI se despliega de la consola central, igual a la de sus hermanos menores, dota al habitáculo del toque tecnológico necesario. Desde ella se pueden configurar todos los parámetros a los que estamos acostumbrados, como la configuración dinámica de las suspensiones, junto a otros específicos del A8, como la iluminación ambiental interior que se puede configurar en tonos marfil (más clásico) y polar (más moderno), permitiendo además que la iluminación de las puertas sea en tono polar o rojo.

La intensidad de esta iluminación es configurable para cada zona (por ejemplo, podemos tenerla más baja detrás en los pies), lo que nos da una idea de que es un coche pensado para satisfacer también a los viajeros de plazas traseras. Por supuesto, el climatizador de cuatro zonas y los asientos regulables eléctricamente en todas las variables posibles son algo que nos encontramos en el A8 (pagándolo como opción para los traseros, eso sí).

El Audi A8 puede tener un sistema de masaje bien en los asientos delanteros o en los cuatro asientos. Se trata de un masaje de verdad (es decir, todo lo bien que lo puede hacer una máquina), que permite escoger entre diferentes modos e intensidades. Curiosamente, a pesar de que parece que puede incitar a dormir, en los 2.000 km que hice con el A8 constaté lo contrario: cuando nos encontramos cansados el masaje estimula la espalda y nos espabila, aunque es cierto que en otras personas podría tener el efecto contrario.

¿En qué se invierten sus más de cinco metros de largo?

Dimensiones del Audi A8:

5,137 metros de largo

1,929 metros de ancho

1,460 metros de alto

2,992 metros de batalla

Algo que me llamó la atención es el tamaño del maletero. Son 510 litros, lo que desde luego cumple las expectativas de casi cualquiera, pero es más pequeño que el del A6 (530 litros) y el A7 (535 litros). Para hacernos una idea el A4 cuenta con 480 litros, lo que nos confirma que el espacio de carga no crece de la misma forma que el tamaño.

Desde luego esto tiene una explicación, y es que el A8 está pensado para que viajar en las plazas traseras sea un auténtico lujo. El reposabrazos central, además de la función que le da nombre, dispone de dos huecos portaobjetos y de los mandos de la climatización trasera. Las cortinillas de las ventanillas traseras nos protegen del sol o de las miradas de los curiosos, y también es posible cubrir la ventana trasera con otra cortina eléctrica accionada desde la consola central.

Cuando nos referimos a la comodidad de las plazas traseras debemos hacer una pequeña puntualización: aunque está homologado para cinco pasajeros, la comodidad de la plaza central dista mucho de acercarse a las del resto. El motivo es que el pasajero apoya su espalda sobre el reposabrazos plegado, lo cual resulta muy incómodo para viajes largos.

Por este motivo resulta interesante la opción de tener sólo cuatro plazas, opción que modifica el reposabrazos trasero dotándolo de control de volumen además de climatizador, y permite tener asientos regulables eléctricamente y con función de masaje. Eso sí, es un extra que deberemos pagar.

Mañana, la segunda parte de la prueba.

Audi A8 2022 Tfsi E Phev Hibrido Enchufable Portada
Logo de la marca audi Audi A8
  115.940 €

El Audi A8 es el buque insignia de Audi, posicionándose así como la berlina más lujosa y exclusiva que puedes encontrar en la gama. Su alto nivel de confort, tecnología y exclusividad lo convierten en un coche apto para muy pocos bolsillos, así como en una garantía de viajar en primera por asfalto.

Ficha A8
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