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Lancia Voyager, a prueba (III): conclusiones, equipamiento y rivales

Tras conocer al Lancia Voyager en diferentes escenarios, predilectos a su uso y no tan predilectos, es buen momento para sentarse a descubrir virtudes y defectos derivados de uso. Tras un largo trayecto por autovía y con diferentes modos de ocupación, 4 y 7 plazas, la comodidad, el confort y el entretenimiento se han revelado como los principales atractivos de este monovolumen.

La vida a bordo sorprende por lo mucho que puede ofrecer a todos sus ocupantes, los mandos eléctricos y la tapicería completa en piel dotan al Lancia Voyager de carácter premium, mientras que sus múltiples posibilidades en la configuración del espacio interior permiten ofrecer varios roles de uso que por seguro nos serán útiles en diversas situaciones. Sin duda, hablamos de un vehículo pensado para viajar con toda la familia.

Un verdadero salón rodante para viajar en primera clase

Cierto es que la mecánica no brilla excesivamente como sí lo hacen su sistema de abatimiento y configuración de las 5 plazas traseras Stow’N’Go, pero puede ser un aspecto que quizá no comprometa demasiado la decisión final si realmente buscamos un vehículo de grandes dimensiones con una gran simplificación de la conducción. El cambio automático es sencillo en su concepto, de ahí sus desventajas, pero en su uso se muestra efectivo para lidiar con los 360 Nm de par y las más de 2,2 toneladas de peso del Voyager.

Su diseño y sistema para configurar las 7 plazas disponibles se muestran como sus grandes bazas para competir en un segmento muy reñido

El Lancia Voyager ofrece un diseño que también resulta ser un aspecto definitivo, pues en el mercado, su perfil resulta inconfundible e inigualable entre las alternativas existentes a día de hoy. Dicho diseño penaliza y favorece en según que aspectos, encontrando unas formas regulares y alto aprovechamiento del espacio interior, pero encontrando a su vez una silueta con demasiado carácter que quizá no guste a todos los clientes potenciales.

La influencia de Chrysler es clara llegados a este punto, marcando sus costumbres y saber hacer en diseño y apartado motopropulsor. Los amantes de los productos de la extinta Chrysler para Europa encontrarán en el Lancia Voyager todas su características desde un primer vistazo, aunque ciertamente Lancia ha conferido un mejor acabado en ciertos detalles y ha revisado parte de la dinámica al gusto europeo.

De este modo, los aspectos a tratar para su elección vienen definidos en las necesidades de espacio y polivalencia reales, sumando un conjunto motopropulsor que cumple con lo estrictamente necesario en la relación consumos/prestaciones y que ofrece un diseño único muy alejado de lo común entre los superventas de entre los familiares con siete plazas.

Lancia Voyager 2.8 CRD Gold: equipamiento y precio

La unidad del Lancia Voyager que pudimos disfrutar para realizar esta prueba es la denominada Gold, precedida por la línea de equipamiento Silver, y superada por el acabado Gold Plus y Platinum. El precio final del Lancia Voyager 2.8 CRD Gold es de 42.711 € y ofrece un nutrido volumen de elementos que garantizan que nuestra compra se enmarca bajo el prisma premium, sin embargo, la falta de algunos añadidos como la iluminación Xenon, tan solo disponible como opción, deslucen un producto final repleto de extras de entretenimiento, regulaciones eléctrica y diversas soluciones muy interesantes.

Los principales elementos de serie, al margen de los más habituales, son los siguientes:

  • Volante y asientos de primera y segunda fila calefactables
  • Regulación eléctrica de asientos delanteros y pedalier
  • Tapicería completa en piel
  • Equipo Lancia Uconnect con GPS, DVD, dos pantallas para techo, cascos auriculares inalámbricos y 20 Gb de espacio en disco duro
  • Cámara de visión trasera y sensores de aparcamiento trasero
  • Asistente de arranque de pendientes
  • Apertura y cierre eléctrico de portón trasero y laterales, con apertura desde el mando a distancia
  • Climatizador trizona
  • Sistema de entrada y arranque sin llaves
  • Sistema Stow’N’Go para la configuración de las 5 plazas en segunda y tercera fila
  • Llantas de 17 pulgadas

Algunas alternativas al Lancia Voyager

El Lancia Voyager milita en un mercado repleto de opciones desde diferentes fabricantes y con una importante competencia en el apartado de eficiencia, sin duda el hándicap de este italiano. A su vez, la horquilla de precios revela al Lancia Voyager como una de los opciones más costosas, aunque a su favor encontramos un equipamiento abundante dentro de los 4 posibles acabados. De este modo, y bajo el prisma de un monovolumen para 7 ocupantes, con motor diésel de entre 150 y 170 CV y asociado a un cambio automático, algunas de las diferentes opciones son las siguientes:

De menor a mayor precio, el SsangYong Rodius es nuestra primera parada obligada gracias a su reducido precio y a su máximo compromiso con el espacio interior. Asociado a un motor turbodiésel de origen Mercedes con 2,7 liros, entrega 165 CV a través de un cambio automático de 5 relaciones. Su precio de 29.520 € resulta imbatible, encontrando una variante de tracción total por 33.220 €.

El Kia Carnival es otra opción interesante que ofrece la mejor alternativa en relación calidad/precio. Con un motor turbodiésel de 2,2 litros entrega una potencia de 195 CV a las ruedas delanteras a través de un cambio automático de 6 relaciones. Su precio final es de 33.991 €.

El Renault Grand Space es uno de lo líderes de este segmento y uno de los mayores iconos al hablar de vehículos monovolumen. Su mejor baza es contar con un propulsor 2.0 dCi de 150 CV más que capaz de cumplir con las necesidades de una familia numerosa, aunque es su imagen, falta de un cambio generacional la que lastra un producto completo. Su precio final es de 38.178 €.

Finalmente, el mayor rival del Lancia Voyager no es otro que el Volkswagen Sharan asociado al motor 2.0 TDI con 170 CV. La virtud de esta alternativa reside en la adopción del siempre recomendable cambio automático DSG que consigue consumos muy reducidos para un mismo desempeño. Su precio es de 43.015 € y ofrece en opción la posibilidad de escoger tracción total a las cuatro ruedas.

Conclusiones

El Lancia Voyager se destapa como un monovolumen de corte premium muy en consonancia con las últimas novedades en equipamiento de ocio y entretenimiento a bordo. Su imagen y sistema Stow’N’Go son sus mejores cartas de presentación de cara a ofrecer un producto bien diferenciado de la competencia.

Sin embargo, el apartado motopropulsor es donde el Lancia Voyager se ve seriamente desplazado por las numerosas opciones disponibles en el mercado, perdiendo la batalla en la búsqueda de la máxima eficiencia por culpa de un cambio automático que se muestra algo desfasado con lo que ofrecen rivales como Volkswagen con el cambio DSG o Ford con el cambio PowerShift.

Lo mejor

  • Sistema Stow’N’Go para configurar las 7 plazas.
  • Equipamiento multimedia y de entretenimiento.
  • Espacio y confort en todas sus plazas.

    A mejorar

  • Gestión del cambio automático.
  • Consumos.
  • Precio final frente a alternativas.

Ficha técnica Lancia Voyager 2.8 CRD

Motor: diésel, 4 cilindros en línea, sobrealimentación por turbocompresor (TGV).
Cilindrada real: 2.776 cc
Caja de cambios: automática con convertidor de par y 6 velocidades.
Potencia: 163 CV a 3.800 rpm
Par máximo: 360 Nm a partir de 800 rpm
Aceleración (0 a 100 km/h): 11,9segundos
Velocidad máxima: 193 km/h
Tracción: delantera
Peso: 2.242 kg
Consumos oficiales: Mixto: 7,9 l/100 km, Urbano: 10,5 l/100 km, Extraurbano: 6,3 l/100 km
Emisiones de CO2: 207 g/km
Precio(sin extras): desde 38.654 euros (Silver) hasta 48.313 euros (Platinum).

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