BMW ya conoce la receta para acudir con sus mejores galas a la cita anual del Concorso d’Eleganza Villa d’Este. La rivera del lago Como, al Norte de Italia, no solo se ve transformada cada año para estas fechas en la pasarela por la que desfilan los históricos más deseados y bellos de la historia del automóvil, sino también prototipos de alta costura. Hace un año BMW y Zagato se unían para dar vida a un musculoso coupé biplaza y en esta ocasión los alemanes vuelven a recurrir al buen saber hacer de los estudios de diseño italianos para concebir un gran coupé y prácticamente un gran turismo con todas las letras que no veremos en los concesionarios, puesto que salvo sorpresa no pasará de su fase de prototipo.
El BMW Gran Lusso Coupé es un cuatro plazas que por dimensiones y concepto bien podría posicionarse parejo a un BMW M6 Coupé, o incluso por encima. Pero a diferencia de este último y sus ocho cilindros sobrealimentados, el de Pininfarina ha optado por una opción acorde con el lujo a cualquier precio, un motor de doce cilindros en uve. Y tan insignificante resulta la mecánica para una escultural obra de arte y un prototipo de exhibición como este, que ni tan siquiera sabemos su cilindrada, su potencia o cualquiera de sus características.
BMW no quiere que perdamos el tiempo hablando de prestaciones. Prefieren que nos centremos precisamente en su diseño y estética y contemplemos todos los detalles de este gentleman.
De un vistazo ya nos percatamos de algunos detalles muy característicos, su zaga con ligera caída del techo y un voladizo posterior muy corto. Si algún día BMW llegase a comercializar un coupé de altos vuelos como este, por encima del BMW M6 Coupé, su máximo rival lo tendría en casa y precisamente sería el nuevo Rolls-Royce Wraith. En la zaga también se puede contemplar que los pilotos traseros se han fusionado por por una línea de LED y catadióptricos.
No faltan los detalles más característicos de BMW, sus riñones o las branquias en los pasos de rueda delanteros de los modelos de BMW Motorsport GmbH. Para las llantas han optado por 21 pulgadas, una socorrida solución para acentuar aún más el porte de este modelo que a ojo de buen cubero – puesto que no disponemos del dato oficial – bien podría superar los 5 metros de longitud.
En su interior el refinamiento es más propio del toque sibarita de un Rolls-Royce que de la deportividad de un M de BMW. Basta fijarse en los paneles y los tapizados de los asientos de maderas y pieles nobles. Sinceramente cuesta encontrar un panel de plástico desnudo más allá del eje de la dirección.
Fuente: BMW
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