Tras el anticipo de ayer de los nuevos BMW M3 y M4 posando en el circuito de Ascari, llegó el momento de hablaros oficialmente de los nuevos deportivos de referencia de BMW M GmbH. Ante nosotros, un clásico modernizado, un esperado regreso a los seis cilindros – ahora con turbo -, chasis de aluminio, tecnología puntera y puesta a punto de circuito para mejorar – aún más si cabe – esa dualidad del turismo potente y el deportivo que siempre dará el do de pecho en pista e incluso una perfecta integración de su producción junto con los Serie 3 y Serie 4 más modestos para preservar la naturaleza “asequible” del producto.
Hay cambio de nomenclaturas. El BMW M3 Coupé de anterior generación cerró más de 40.000 ventas, pero ahora lo conoceremos como BMW M4 Coupé. La berlina, en cambio, seguirá siendo conocida como BMW M3. Ambos harán gala de esa estética deportiva que tanto nos gusta, un tratamiento aerodinámico de su carrocería, grandes entradas de aire, unas branquias de nuevo diseño en las aletas delanteras que permitan a cualquier profano identificar a estos M en un primer vistazo. Salta a la vista la belleza inherente en estos deportivos y el escenario de las fotografías, Ascari, ayuda.
Así que sin más preámbulos pasaremos directamente a hablar de todos los entresijos de esta nueva generación.
El regreso de los seis cilindros
BMW recupera con entusiasmo la tradición de los seis cilindros y lo hace sobre todo por cuestiones de economía de consumos, emisiones y homologación. Los ingenieros optaron por un bloque de 2.979 cm3 y lo sobrealimentaron mediante la tecnología M TwinPower Turbo (inyección directa de alta precisión, regulación variable de válvulas VALVETRONIC, regulación variable de árboles de levas Doble-VANOS y dos unidades “Mono-Scroll”).
El resultado son 431 CV de potencia, que se entrega – según sus creadores – de forma muy lineal para su naturaleza sobrealimentada y sobre todo un rango de revoluciones mucho más aprovechable, con 550 Nm entre 1.800 y 5.390 rpm y el corte sobre las 7.600 rpm. Hablamos de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos, más rápido que un BMW M5 Sedán y una velocidad punta – por supuesto limitada electrónicamente – de 250 km/h. Con Driver’s Package opcional se puede modificar este límite hasta 280 km/h.
Lo más interesante lo tenemos en sus consumos. Homologa 8,3 litros/100 kilómetros y unas emisiones de 194 g/km de CO2. La reducción respecto al modelo anterior es importante (-25%) y se ha logrado gracias, entre otras cosas, a la función de parada y arranque automático Auto Start Stop, la recuperación de energía de frenado y la nueva dirección asistida electromecánica.
La transmisión de potencia se realiza mediante un cambio manual de seis marchas con función “punta-tacón”, un golpe de gas automático en reducciones para conservar la transmisión incluso con las exigencias de la conducción en circuito y ayudar a estabilizar el coche. Alternativamente podemos escoger un cambio automático de siete marchas, con doble embrague y función de salida lanzada Launch Control, un regulador automático del embrague para estabilizar el coche en sobrevirajes denominado Stability Clutch Control e incluso un asistente – denominado Smokey Burnout – para ayudarnos a quemar rueda incluso con el coche ya en movimiento.
BMW aprovechó las cualidades de la fibra de carbono reforzada para transmitir el par desde la caja de cambios hasta el tren trasero, donde conecta con el diferencial M activo asistido por el Dynamic Stability Control electrónico. Jugando con los modos del diferencial y el control electrónico de estabilidad, el conductor tendrá bastante margen para modificar las reacciones del coche a situaciones determinadas, por ejemplo para ser más efectivo en circuito o, por contra, buscar los derrapes controlados.
Los BMW M3 y M4 contarán con una dirección electromecánica y suspensión adaptativa M que con tres líneas diferentes (COMFORT, SPORT y SPORT+) modificarán el comportamiento (la dureza) para adaptarse a la conducción del día a día o una jornada de circuito. Aunque de serie utiliza frenos BMW M Compound perforados, opcionalmente se podrá escoger carbocerámicos.
Como en la mayoría de deportivos de nueva generación, de estos BMW M3 y M4 no solo podremos recuperar el cliché de “los mejores y más rápidos M3 de la historia” sino sobre todo destacar que probablemente sean la generación de BMW M3 que ofrezca una mayor dualidad entre el confort del día a día y las prestaciones que en un momento dado buscará su conductor. Incluso la línea de escape, con un sistema de mariposas activo, modifica la sonoridad coherentemente según el modo de marcha que escojamos.
Estamos convencidos de que el paso de ocho a seis cilindros se agradecerá. Ya sabemos que esta nueva generación – a igualdad de equipamiento – ha adelgazado 80 kilogramos. El BMW M4 Coupé según peso en orden de marcha DIN marca 1.497 kilogramos en báscula. Tanto el M4 Coupé como el M3 Berlina optarán al techo de plástico reforzado CFRP y estarán equipados de serie con llantas de 18” y neumáticos de 255 mm en el eje delantero y 275 mm en el eje trasero. Opcionalmente, por supuesto, habrá llantas de 19”.
A bordo ambos contarán, como era de esperar, con revestimientos especiales, el emblema M tatuado en los umbrales de las puertas, relojes redondos con números y escalas en blanco, asientos envolventes deportivos – que aún así contarán con regulación eléctrica y calefacción – costuras y acolchados y toda una serie de materiales nobles, como tapizados de piel y otros guarnecidos, que estarán disponibles en el catálogo de opcionales.
Sean bienvenidos los nuevos BMW M3 y M4.
Fuente: BMW
En Diariomotor: BMW M3 y M4: primeras imágenes del modelo de producción
