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7 razones por las que los espejos retrovisores deben morir

Para ser honestos, no he callejeado, no he salido del garaje sin retrovisores, no he efectuado maniobras de adelantamiento. De hecho, no he salido de un circuito cerrado, y tan solo he utilizado el sistema de cámaras y pantallas que sustituía a los retrovisores de toda la vida para controlar al coche cámara que me seguía para fotografiarme en movimiento. Pero, aún así, tengo bastante claro que los retrovisores de toda la vida deben morir y aquí expongo mis razones.

Como ya os venía contando estos días, el pasado fin de semana tuve ocasión de probar el prototipo Renault Eolab, un anticipo de más de cien tecnologías que iremos viendo progresivamente en los próximos modelos de Renault. Y una de esas tecnologías era precisamente un sistema de cámaras para sustituir a los retrovisores externos de toda la vida, una solución que ya emplea el inaccesible – por el bajo número de unidades fabricadas y por su precio – Volkswagen XL1, pero también una solución que muy pronto podríamos ver en algunos modelos Renault.

Como bien demuestra ya el Volkswagen XL1, en la Unión Europea está permitido el uso de dispositivos de visión indirecta, que es la denominación que se emplea para estos sistemas de cámaras y pantallas, en sustitución de los retrovisores exteriores, siempre y cuando cumplan con la disposición de la Comisión Económica para Europa (ver documento). Para ello, la Unión Europea ha establecido una serie de requisitos técnicos, de posición, de luminosidad, de campo de visión, etcétera, para estos dispositivos. En Estados Unidos, la Alliance of Automobile Manufacturers y Tesla ya han solicitado a la NHTSA que autorice su homologación.

1. Sustituir los espejos retrovisores por cámaras no es necesariamente caro

Retrovisores cámara de vídeo

La tecnología que requiere sustituir los retrovisores por cámaras y pantallas no es más compleja y cara que la utilizada por un teléfono móvil moderno de gama media-baja.

Hablemos de costes. Una cámara de vídeo capaz de captar un ángulo de visión aún más completo que un espejo retrovisor tiene un coste despreciable. Hoy en día ya disfrutamos de utilitarios que, a pesar de ser económicos, no prescinden de una cámara trasera para ayudarnos en las maniobras de aparcamiento. Cualquier teléfono móvil económico ya cuenta con una cámara con suficiente resolución para este cometido. Las pantallas tampoco son caras, no hablamos de una superficie LCD demasiado grande, ni de una resolución para reproducir vídeos en HD, el tamaño de un smartphone moderno sería más que suficiente.

El día en que veamos por la calle los primeros coches sin retrovisores externos estoy convencido de que esta tecnología no será barata, lo cual no creo que se corresponda con la realidad de su coste técnico, sino más bien a políticas comerciales. Por otro lado, también estoy convencido de que las mejoras que aporta esta tecnología harán que sin duda alguna su coste sea sencillo de amortizar.

2. Un espejo retrovisor ya cuenta con un sistema complejo y propenso a fallos

Retrovisores cámara de vídeo

Un espejo retrovisor, de toda la vida, ya cuenta con un sistema relativamente complejo de articulados y botones para ajustar su posición desde el habitáculo. Un sistema de cámaras no sería más complejo que eso.

Podrías pensar que sustituir los retrovisores por cámaras de vídeo es complicarse demasiado. Pero, en contra de lo que puedas pensar, un dispositivo de estas características no es más complejo que un retrovisor convencional. Piensa que los retrovisores requieren un sistema de articulado que nos permita ajustar su posición desde el habitáculo, con el correspondiente motor eléctrico y los selectores, en la puerta o en el salpicadero bajo el volante, para realizar los ajustes.

Es esa misma sencillez la que me invita a pensar que un sistema de cámaras en vez de retrovisores no tiene por qué ser más propenso a fallos. De hecho, un retrovisor que sobresale un palmo a cada lado de la carrocería es junto a los parachoques uno de los elementos más desprotegidos de un coche.

3. Cuando la eficiencia y el coeficiente aerodinámico es la prioridad

Retrovisores cámara de vídeo

El ahorro energético que conlleva eliminar los retrovisores está en el orden de décimas de litro cada cien kilómetros. Pero cuando el margen de mejora se reduce, cada décima cuenta.

Es cierto que tener conectadas permanentemente dos pantallas para mostrarnos las imágenes que captan las cámaras de vídeo externas, no es demasiado eficiente, puesto que también tienen un consumo energético. Pero tengamos en cuenta que la aerodinámica es vital para reducir el consumo de un automóvil y que el reto del futuro será optimizar al máximo el rendimiento energético hasta el punto en que será necesario tomar medidas tan drásticas como esta.

Según reza en la petición que enviaron la Alliance of Automobile Manufacturers y Tesla a la NHTSA de los Estados Unidos en marzo, haciendo referencia a un estudio aerodinámico de H.W. Hucho, la sustitución de los retrovisores por cámaras podrían suponer una mejora del coeficiente aerodinámico entre el 2% y el 7%, lo que resultaría en el ahorro de unas décimas de litro/100 kilómetros a velocidades de autopista.

La eficiencia fue precisamente la excusa esgrimida por Renault para probar las cámaras de vídeo en su prototipo Eolab y también la razón por la cual el Volkswagen XL1 llegó a los concesionarios renunciando por completo a los retrovisores convencionales.

4. El confort y la reducción de los ruidos aerodinámicos

Retrovisores cámara de vídeo

Sin salirnos del tema aerodinámico, ¿nunca te has parado a pensar en que los retrovisores son uno de los elementos más propensos a generar ruidos indeseables en el habitáculo? Los ruidos aerodinámicos se deben a diferentes factores, y a menudo un buen trabajo de aislamiento acústico es más que suficiente para atenuarlos y que no nos resulten molestos en carretera. Pero también es cierto que un diseño poco eficiente de retrovisores y carencias en ese aislamiento acústico, son las fuentes más frecuentes de ruidos aerodinámicos en carretera (a 120 o 130 km/h) que un servidor ha encontrado en los centenares de coches que he probado en los últimos años.

5. La seguridad, acabando de una vez por todas con el ángulo muerto

Retrovisores cámara de vídeo

En los últimos años ya nos hemos acostumbrado a que diferentes sistemas nos ayuden a superar, poco a poco, una causa típica de accidente en los cambios de carril. Los asistentes de ángulo muerto nos avisan de la presencia de vehículos en ese ángulo concreto en el que un coche que va a adelantarnos no aparece por nuestro retrovisor hasta que lo tenemos encima. La utilización de una cámara de gran angular o incluso un programa que sea capaz de realizar un barrido para cubrir ese ángulo muerto en el momento en que vayamos a efectuar un adelantamiento, nos ayudarían a resolver ese problema.

Esa versatilidad de la cámara móvil también podría ofrecer una función añadida que ya es relativamente común en ciertos modelos, esa función que en maniobras de aparcamiento dirige el retrovisor hacia el suelo para evitar que rocemos con bordillos o los dichosos bolardos instalados por el ayuntamiento de turno.

6. Junto con los parachoques, los retrovisores son el elemento más desprotegido de un coche

Retrovisores cámara de vídeo

¿Quién no ha rozado o arrancado por accidente un retrovisor alguna vez en su vida? ¿Quién no ha sufrido la desagradable sorpresa de llegar y encontrarse su retrovisor destrozado por un vecino poco hábil con el volante o la poco cívica aptitud de unos vándalos? Ante un caso de vandalismo o un choque fortuito, la solución de sustituir el retrovisor por una pequeña cámara en la zona del pilar A, no es infalible, pero evidentemente sí lograría que esta estuviera más protegida.

7. Más de medio siglo rompiendo la estética del coche

Retrovisores cámara de vídeo

Quizás sea un factor muy subjetivo, pero ¿no es lícito pensar que el retrovisor también rompe la estética de un buen diseño? Los retrovisores externos comenzaron a popularizarse a mediados del Siglo XX, hasta entonces eran considerados poco menos que un “extra de lujo”. Pensad que en aquella época las carreteras no tenían dos, tres, o más carriles, como ahora y que lo más importante para un conductor era fijarse en lo que tenía por delante y por detrás. Los retrovisores interiores sí se introdujeron mucho antes. Existen referencias desde comienzos del siglo XX como las que aparecían en el libro The Woman and The Car de Dorothy Levitt (ver Wikipedia) que descubrió que ese utensilio que llevaban en el bolso todas las mujeres conductoras de la época, que realmente debían ser muy pocas, era muy práctico si lo utilizaban para controlar los coches que se aproximaban por detrás.

En Diariomotor: Prueba del Renault Eolab: viajé al futuro, me gustó y regresé para contaros como será el Renault de la próxima década

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