Quizá hayáis oído hablar de Henrik Fisker. Este diseñador de automóviles de origen danés fue el responsable de maravillas como el Aston Martin DB9 o el BMW Z8 antes de fundar Fisker, su propia empresa de automóviles. El maravilloso e innovador Karma híbrido fue su ópera prima, aunque el destino quiso que Fisker terminase por desaparecer, en una dolorosa bancarrota. En el Salón de Los Angeles se ha presentado el Rocket, un Ford Mustang diseñado por Henrik Fisker y con unas entrañas mejoradas por Galpin Auto Sports. ¿Quieres saber más?
Más que un Mustang tuneado
Henrik Fisker deseó volver a sus orígenes, cuando diseñaba preparaciones de alto standing sobre vehículos ya existentes, pero tan modificadas que eran considerados vehículos diferentes. Normalmente, Fisker pasaba unos seis meses con un coche antes de ponerse manos a la obra, pero con el Ford Mustang – cuyas primeras unidades no llegaron a los concesionarios hasta septiembre de 2015 – sólo tuvo siete semanas para desarrollar el vehículo que se encuentra en vuestras pantallas. El Rocket es más que un Mustang tuneado, es un Mustang diferente, una versión especial a la Zagato, para que nos hagamos una idea. Y el resultado es interesante.
Sólo las puertas y el techo no han sido alterados. La mayor parte de cambios se encuentran en el frontal, que en palabras de Fisker ha sido inspirado en el Mustang de primera generación, especialmente en su calandra con doble faro integrado. Si nos fijamos en el morro alargado, un capó con dos entradas de aire gemelas… vemos que la inspiración es claramente el Shelby Cobra GT500, uno de los Mustang más deseados de la historia. Los pasos de rueda han sido ensanchados, y en ellos se alojan llantas ADV.1 de 21 pulgadas, envueltas en neumáticos Pirelli PZero de alto rendimiento, además de un equipo de frenado Brembo Gran Turismo con discos de 15 pulgadas.
Un difusor de aire canaliza el flujo aerodinámico hacia el difusor trasero de fibra de carbono. Un spoiler redondea la zaga e incluso los pasos de rueda cuentan con tomas de aire funcionales para la refrigeración de los frenos. En la zaga, más fibra de carbono, muchas salidas de escape y un emblema en el que puede leerse “Rocket”. A pesar de lo que pudiera parecer, el Fisker Rocket no va en broma. Su motor 5.0 V8 ha sido muy preparado con la ayuda de Galpin Auto Sports. Su potencia es ahora de 725 CV gracias a un kit de compresor Whipple. Y como no podía ser de otra manera, su cambio es manual. El Dodge Challenger Hellcat se agita incómodamente.
Por supuesto la puesta a punto del vehículo es más agresiva, más dinámica. El habitáculo no recibe por el momento cambios. Una máquina seria que no es un one-off, es una máquina que será producida en pequeñas tiradas de producción, con las primeras entregas teniendo lugar a principios de 2015. El precio estimado de venta al público sería de unos 100.000 dólares.
Fuente: Carscoops
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