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Cien años de Maserati y - algunos más - de pasión familiar por la velocidad

Martes, 1 de diciembre de 1914. En el número 1A de la Via de Pepolia, Bologna, los hermanos Maserati abren el taller Officina meccanica per riparazionei automibili e garage, el que muchos consideran el inicio oficial de la marca Maserati, que esta misma semana cumpliría oficialmente su centenario. Pero, para ser honestos con la historia de esta marca, habría que decir que su influencia en la pujante industria automovilística europea venía de lejos, prácticamente desde finales del siglo XIX. Maserati nacía de la pasión de una familia por la velocidad, de la pasión inculcada por el patriarca, Rodolfo Maserati, maquinista de ferrocarriles.

Esa pasión por la velocidad conseguiría que su hijo mayor, Carlo Maserati, ya estuviera diseñando sus primeros motores con solo 17 años, adaptándolos al cuadro de una bicicleta y enfrentándose a algunos rallys de la época, como el que en 1900 recorría Brescia, Cremona, Mantua y Verona. Fiat no tardaría en contratar a este talento como piloto de pruebas, mientras Carlo seguía desarrollando en privado sus propias creaciones, incluido un chasis de madera y un motor de un cilindro que también podría ser considerado como el primer coche de la historia de la familia Maserati.

Historia de Maserati

Aquel joven prodigio, dejaría Fiat en 1903 para ser contratado por Isotta Fraschini en su trabajo de desarrollo, como piloto de pruebas. Y a su vez, su hermano Alfieri también ficha por Isotta Fraschini, con solo 16 años, para labrarse una carrera desde abajo, empezando como mecánico para convertirse más adelante en piloto de su equipo de carreras.

Historia de Maserati

Mientras Alfieri ya hace sus pinitos en Isotta, Carlo sigue persiguiendo sus objetivos marchándose a Bianchi, compitiendo y dando rienda suelta a su pasión por la ingeniería y el diseño. Trabajando con Bianchi desarrolló diferentes sistemas para sus coches, pero su objetivo final sería el de fundar su propia compañía, en 1909, y trabajar en proyectos tan ambiciosos como el diseño de su propio motor de aviación. Pero Carlo no llegaría a ver culminado su proyecto, falleciendo joven por una afección pulmonar.

En cualquier caso, Carlo Maserati ya había inspirado lo suficiente a sus hermanos como para que hicieran justicia a su legado familiar. Alfieri abre las puertas de su propio taller en 1913, ofreciendo servicio a Isotta Fraschini, en Bolonia, preocupándose además de que sus hermanos contribuyeran en este nuevo negocio familiar. Y en 1914 nacía oficialmente la Societá Anonima Officine Alfieri Maserati, considerada como la verdadera fundación de la marca Maserati que ha sobrevivido durante más de un siglo, hasta nuestros tiempos.

En aquella época Maserati aún no habría creado su primer coche de carreras, que no llegaría hasta los años 20, juntando un puzzle de piezas, un chasis Isotta Fraschini, un motor Hispano Suiza y una transmisión SCAT. En aquellos años Maserati comenzaría a convertirse en una marca de renombre en las carreras europeas de la época, en la competición de aquellos pioneros.

Por aquel entonces Maserati aún no tenía un emblema oficial. Una vez más, la familia unida se repartía el trabajo. Mientras Alfieri, Ernesto y Ettore ultimaban los detalles de su primer Maserati a comienzos de los años 20, el artista de la familia, Mario Maserati, decide tomar prestado – a sugerencia de su amigo Marquis Diego de Sterlich – uno de los símbolos más característicos de Bolonia, el tridente de la estatua de Neptuno en Piazza Maggiore, como emblema de la marca Maserati, como símbolo de la fuerza y el vigor que inspira el dios de la mitología romana. Desde entonces, los colores rojo y azul de la bandera y el escudo de Bolonia, se convertirían también en los colores de Maserati.

Fuente: Maserati
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