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8 consejos sobre conducir en nieve, y asfalto deslizante, que en Laponia conocen muy bien

Es la comidilla del día. La primera gran ola de frío, en tres años, llega a la Península Ibérica. Llegaremos a temperaturas inferiores a – 10ºC (RTVE), las temperaturas máximas no superarán los 5ºC, habrá nieve, mucha nieve, incluso al nivel del mar, y esa ola de frío no se marchará, por lo menos, hasta el próximo martes. La semana pasada viajábamos a Laponia, una región al norte de Suecia en la que para estas fechas esas temperaturas son realmente moderadas, donde están acostumbrados a temperaturas inferiores a los – 20ºC. Es evidente que en aquellos países están mejor preparados para el crudo invierno, cuentan con infraestructuras bien mantenidas gracias a la abundancia de máquinas quitanieves, neumáticos con clavos, pero existe una serie de normas que has de tener en cuenta para conducir en invierno, sobre nieve y hielo, o incluso sobre asfalto deslizante por cualquier otra situación, lluvia o granizo, que son aplicables en cualquier caso. Y he aquí 8 consejos para conducir sobre nieve y asfalto deslizante para estos días.

1. Conoce la naturaleza de tu coche. Has de ser muy consciente de que no todos los coches son iguales. Un coche no es como una caja de zapatos, a la que una acción determinada, como un empujón, es correspondida por una acción, un desplazamiento relativamente predecible sobre el suelo. Abrir gas en una curva con hielo o nieve en un tracción delantera, puede significar acabar en la cuneta por un subviraje. Incluso un coche con tracción a las cuatro ruedas podría verse en esa misma situación, aunque el reparto en el eje trasero ayude a menudo a mitigar ese efecto. En esas mismas condiciones, un tracción trasera bien podría dibujar un trompo perfecto sobre el hielo y, finalmente, acabar en la cuneta. Lo importante es que sepas qué coche tienes entre manos y cuál será su reacción en una situación determinada.

2. Conoce a tus neumáticos. Si tu neumático está muy gastado, y los surcos por debajo de los límites legales, deberías sustituirlos y, hasta entonces, no salir a la carretera. Igualmente, es importante que conozcas los límites de tus neumáticos, estén lo suficientemente gastados o no. Para ser consciente de los límites de tu neumático, basta que seas muy consciente de la velocidad a la que circulabas la última vez que el control de velocidad comenzó a parpadear en una rotonda en lluvia, o al salir de un Stop. También deberías acordarte de la última vez que actuó el ABS en una frenada en lluvia. El neumático lo es todo, y el neumático de invierno es una gran idea para lidiar con asfalto deslizante, temperaturas muy bajas y, sobre todo, nieve. En ocasiones es más efectivo un turismo de tracción delantera con neumáticos de invierno o M+S, que un turismo con tracción a las cuatro ruedas y neumáticos convencionales. Ver el siguiente artículo: las preguntas más frecuentes sobre el neumático de invierno.

3. Llega a las curvas con el trabajo hecho. Eso significa anticipar mucho la frenada, evitar el bloqueo de las ruedas o la entrada en funcionamiento del ABS. En la medida de lo posible, intenta utilizar el freno con cautela, tocarlo con suavidad, o incluso dejar que el coche avance soltando el acelerador y pierda velocidad de manera natural. Una frenada contundente no solo conlleva el riesgo de bloquear las ruedas, sino también de desestabilizar el coche y agravar la situación.

4. Practica una conducción más suave. Basta un giro demasiado rápido o brusco, un pisotón en el pedal del freno o el acelerador, para perder el control de nuestro coche cuando las condiciones del asfalto son muy delicadas. Intenta acelerar con suavidad y practicar giros de volante progresivos y suaves. La dirección de tu coche no es un botón de On y Off de Izquierda y Derecha.

5. ESP. El ESP es uno de nuestros mejores seguros de vida. Se trata de un elemento que ya se ofrece de serie en todos los automóviles de nueva matriculación, pero si vas a comprarte un coche de segunda mano, da prioridad a aquellos que lo equipen. Bosch aseguraba que desde 1995 sus sistemas podrían haber salvado más de 6.000 vidas en Europa. No atiendas a aquellos que recomienden su desactivación, incluso en condiciones complicadas. La única situación en la que has de desconectar el ESP será en aquella en la que tengas que salir de una pista nevada y la adherencia del terreno sea tan baja que el control de estabilidad compense las pérdidas de tracción frenándonos y el coche no avance. Si tu coche cuenta con un modo especial para salir de situaciones de baja adherencia, actívalo. También es recomendable desconectarlo cuando te desplaces a muy baja velocidad y con cadenas para superar una nevada considerable.

6. Haz un análisis visual del terreno. La temperatura es muy baja, el sensor de riesgo de hielo sobre el asfalto de tu coche se ha activado. Contemplar con detenimiento el asfalto que vamos a pisar nos puede ayudar a identificar placas de hielo, también saber de aquellos lugares en los que la posibilidad de hielo es más alta, por ejemplo zonas de umbría, sobre las que apenas brillan los rayos del sol, en un día de invierno. Sobre la nieve, mirar condetenimiento el firme sobre el que vamos a pisar también nos puede ayudar a interpretar posibles placas de hielo. En el caso de lluvias, también podemos identificar en ocasiones la presencia de vaguadas, pequeños arroyuelos que se forma en una carretera y charcos que nos pueden provocar un imprevisto aquaplanning.

7. Ante todo, mantén la distancia de seguridad con el coche que te precede. Con asfalto muy deslizante necesitarás más metros para realizar una frenada de emergencia. Has de ser consciente de ello y aumentar la distancia de seguridad con respecto al coche que sigues. Especialmente si la situación es tan delicada que la probabilidad de que este sufra un choque, y por no respetar esa distancia de seguridad tú vayas detrás de él, sea alta.

8. Lleno, por favor. Si has de salir de viaje estos días, y las previsiones meteorológicas hablan de que las condiciones de las carreteras serán complicadas, intenta hacerlo con el depósito lleno. Lo peor que te puede suceder es quedarte atrapado en un puerto, o en una carretera colapsada por el tráfico, y no tener combustible para salir de allí o, al menos, para mantener climatizado el habitáculo. Tampoco salgas sin tus cadenas, al menos en cualquier viaje que implique el menor riesgo de tener que utilizarlas para superar una copiosa nevada.

En Diariomotor: Las preguntas más frecuentes sobre el neumático de invierno

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