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Donde pongo el ojo, pongo la luz. Tus próximos faros podrían estar guiados por tu mirada

Desde hace años, Opel se ha erigido como una de las marcas generalistas que más se ha esforzado por mejorar los sistemas de iluminación de sus coches, explotando la importancia de los faros adaptativos desde el lanzamiento del Opel Insignia, hace ahora siete años. Por esa razón hemos de seguir con mucho interés la evolución de su sistema de iluminación adaptativa Opel AFL+, del cual ya os hemos hablado en Tecmovia estos días. En los próximos años conduciremos coches que monitorizarán los movimientos de nuestros ojos para regular la dirección y la intensidad del haz de luz. Una idea brillante, y nunca mejor dicho, ¿no crees?

Este lanzamiento se produciría con la llegada de la tercera generación de Opel AFL+, que podría producirse en los próximos años, antes de 2020. Según Ingolf Schneider, director de Tecnología de Iluminación de Opel, han trabajado durante años con la Universidad Técnica de Darmstadt para avanzar en un sistema de iluminación más preciso, seguro e intuitivo.

Hemos estado alrededor de dos años persiguiendo este concepto de controlar la dirección y la intensidad de la luz basado en el lugar al cual está mirando el conductor. Cuánto más comprendíamos los beneficios de esta tecnología, más nos hemos esforzado en conseguir nuestro proyecto.

Probablemente la parte más complicada de este desarrollo estaba en el algoritmo que ajusta la direccionalidad de los faros según el seguimiento ocular de nuestra mirada, teniendo en cuenta que la mirada del conductor en ocasiones puede describir movimientos erráticos.

Según Opel, su objetivo era desarrollar un sistema que fuera sencillo y a la vez efectivo en su cometido. Un sistema de seguimiento ocular preciso requiere un despliegue de cámaras importante, entre cinco y diez dispositivos de captura de imágenes. Opel debía simplificar el sistema a una única cámara. Y fue ahí donde se percataron de que lo que verdad marcaría la diferencia sería el funcionamiento de esa cámara y la adaptación del algoritmo de seguimiento ocular.

Estaríamos hablando de una cámara con sensores infrarrojos periféricos y fotodiodos centrales, capaz de escanear los ojos del conductor con una frecuencia de refresco de 50 movimientos por segundo, independientemente de que utilicemos el sistema al atardecer o durante la noche. Opel también tuvo que aumentar la rapidez del procesamiento de los datos, y su transmisión, así como la capacidad de adaptación de los actuadores de los faros.

Por último, Opel habría tenido que desarrollar un algoritmo que fuera capaz de filtrar los movimientos del conductor. Es decir, un conductor a menudo puede despistarse, desviar la mirada de la carretera o incluso cambiar el foco de su vista a diferentes puntos en solo unos segundos. El sistema, por lo tanto, busca complementar el funcionamiento de unos faros convencionales y cuenta con un retardo creado a propósito para que los cambios en el sistema de iluminación se produzcan de manera fluida.

Fuente: Opel
En Tecmovia: ¿Y si tus ojos pudieran guiar las luces del coche?

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