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Con la miel en los labios: el 2016 GMC Terrain y sus duras líneas nos hacen soñar con su venta en Europa

El GMC Terrain es una de esas frutas prohibidas de las que no podemos disfrutar a este lado del charco. Aunque en el fondo sé que un SUV grande – sin llegar a tamaños de Cadillac Escalade, entiéndase – con motores de gasolina no es la mejor receta del éxito actualmente, soñar es gratis. Con motivo del Salón de Nueva York, GMC ha presentado su renovado Terrain. Se trata de un lavado de cara de este popular SUV, vendido por GMC, filial de vehículos comerciales de General Motors. Sí, aunque fabriquen pick-ups, furgonetas y camiones, se permiten el lujo de jugar en el mercado de turismos con el Terrain. Y puedo entender por qué este modelo les funciona tan bien.

Conozcamos las claves de su renovación.

Un aspecto duro y un interior espacioso

No es Hummer, pero parece su versión civilizada y refinada. Se vende en su actual generación desde 2009 y comparte plataforma con el Chevrolet Equinox.

¿Quieren los clientes que su SUV parezca un tanque? Por supuesto. ¿Quieren que sea un tanque elegante? Claro que sí. ¿Están dispuesto a sacrificar practicidad a cambio? Absolutamente no. El GMC Terrain consigue aglutinar de forma maestral forma y función, con un aspecto que llama la atención tanto a aficionados al automóvil como a familias por igual. Unos perfiles muy marcados, cuajados de líneas de expresión y ángulos rectos. El lavado de cara se centra en el frontal del Terrain, donde su enorme calandra cromada sigue siendo protagonista. Pero ahora se le suma un músculo capó abombado y unos LEDs diurnos, enmarcados en un paragolpes cuyos extremos cromados acentúan la anchura del vehículo.

Nuevos diseños de llantas de 18 y 19 pulgadas complementan un exterior cuyo aspecto sólo puede definirse como robusto. En el interior del coche se revisa la instrumentación, con el objetivo de hacerla más intuitiva. Aunque se modifican detalles como el ajuste eléctrico de los asientos delanteros o detalles cromados para algunas molduras, los cambios son mínimos con respecto del Terrain previo. Sí es posible ahora equipar valioso equipamiento de seguridad activa, como el avisador de vehículo en el punto muerto o un sistema que detecta si hay vehículos cercanos cuando estamos saliendo marcha atrás de un aparcamiento. Especialmente útil en mall, por supuesto.

El GMC Terrain está disponible también en versión Denali, un nombre que hace referencia a las versiones tope de gama de GMC. Tiene cinco asientos – los siete asientos son cosa del GMC Acadia, de tamaño comparable al Audi Q7 – y un maletero de lo más versátil: gracias al banco trasero corredizo, su capacidad asciende a casi 900 litros. Nada mal. Un último detalle de cara a la popularidad del GMC Terrain: en EEUU durante el pasado año 2014, se vendieron nada menos que 105.016 unidades. Con todo, Europa tiene el acceso vetado al Terrain por los canales oficiales, y la retirada de Chevrolet de Europa no facilita las cosas a los que deseen tener este GMC en nuestro lado del charco.

Motores de cuatro y seis cilindros con hasta 300 CV de potencia

La gama GMC Terrain retiene las opciones mecánicas del modelo precedente, que se trasladan sin cambios. Desde luego, no podría triunfar en Europa sin un motor diésel, sería imposible. Está disponible con dos motores, un 2.4 Ecotec de 185 CV de potencia – la opción más ahorradora, con un consumo medio en autopista de poco más de 7 l/100 km – y un 3.6 V6 de inyección directa, ambos asociados a cajas de cambio automáticas de seis relaciones. Este último motor – que monta el Chevrolet Camaro, entre otros – desarrolla 301 CV de potencia y un par máximo de 369 Nm. Con este motor el GMC Terrain puede arrastrar casi 1.600 kg de peso.

Fuente: GMC
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