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Foto a Foto: aquellos maravillosos años de la Targa Florio. Visita al Museo de Collesano

La Targa Florio ha entrado, por méritos propios, en el club de las carreras más épicas y especiales de los albores de la competición. Era considerada una de las pruebas más duras de Europa, al nivel de la Mille Miglia o las 24 Horas de Le Mans. Una carrera que se celebró hasta los años setenta, muchos años después de que el avance de los deportivos de carreras y la evolución de los campeonatos hacia trazados permanentes, hiciera que una carrera como esta fuera poco menos que un anacronismo, e incluso algo políticamente incorrecto por cuestiones de seguridad. La semana pasada viajamos hasta Sicilia para recorrer los tramos de la Targa Florio con la gama GTS de Porsche. Y en ese viaje tuvimos ocasión de visitar el Museo Targa Florio de Collesano, el cual nos dejó una buena galería con decenas de imágenes de objetos que de alguna forma fueron testigos mudos de la dureza de las carreras de antaño.

Y esa es la razón por la que os hemos preparado un reportaje Foto a Foto con el espectáculo que se encierra entre las paredes de un museo pequeño y a priori modesto, enclavado en una de las localidades por las que antaño transcurría la carrera, en Collesano.

El Museo Targa Florio de Collesano se encuentra en una de esas pequeñas localidades con encanto del Parco delle Madonie, por las que antaño discurría la Targa Florio. Si planificas un viaje a Sicilia, y más concretamente a esta ruta de la Targa Florio, lo cual es más que recomendable, no deberías perderte una visita a este museo. Es realmente pequeño, y modesto, pero en su interior encierra muchas curiosidades, memorabilia de la carrera, ilustraciones, pinturas, souvenirs, y la entrada general solo cuesta 2€, poco más que lo que cuesta un café macchiato.

Este busto de Vincenzo Florio preside la entrada. Vincenzo fue un siciliano acaudalado gracias a sus negocios en la industria vinícola de la región. Nacido en Palermo, Vincenzo fue un auténtico pionero del automovilismo y llegó a competir a comienzos de siglo, e incluso logró victorias en carreras como la Targa Rignano. Pero sin lugar a dudas su apellido habrá pasado a la posteridad por haber dado nombre a una de las carreras más épicas, famosas y duras de la historia del automovilismo, la Targa Florio. Vincenzo también cedió su apellido a la Coppa Florio, anteriormente conocida como Coppa Brescia, hasta que el siciliano se ofreció como mecenas para pagar el premio del campeón.

En un museo como este, no podía faltar el Hall of Fame de los campeones.

¿Por qué Targa? Aunque ahora te evoque a una carrera, y a un estilo de descapotable popularizado sobre todo por la marca Porsche, la “targa” puede traducirse del italiano al castellano como la placa, o la matrícula. Una placa era precisamente el trofeo que se llevaban los campeones.

He aquí una recopilación de trofeos de diferentes épocas de la Targa Florio.

En cada esquina de las pequeñas salas que conforman este museo te puedes encontrar una sorpresa. Como este neumático Michelin.

Este neumático de Avon, que cuesta imaginarlo sobre los baches de los tramos de la Targa Florio.

O esta llanta que perteneció a un Ferrari 857.

He aquí la ruta original, la de 148,823 kilómetros, que en su mayor parte intentamos recorrer en nuestro road trip por Sicilia.

En esta ilustración vemos dos rutas más cortas posteriores.

Si algo me gustó, y mucho, fue la sensación que transmite cada una de las pinturas que encontramos en homenaje a la Targa Florio.

Lástima por la marca que nos invitó a este viaje para probar sus deportivos, Porsche, que protagoniza esta ilustración que refleja muy bien los peligros de la Targa Florio. En cualquier caso, según Wikipedia – cojamos el dato con cautela – solo habrían fallecido 9 personas, espectadores incluidos, en una carrera que se habría celebrado durante 71 años. No es una cantidad elevada si lo comparamos con los fallecidos en muchas carreras de estas características, incluso con muchas carreras en circuitos permanentes.

Cuando no existía internet para comprobar el orden de llegada, y los tiempos de los participantes de la Targa Florio, utilizaban esta tabla fechada en la carrera de 1907.

En esta otra tabla figuran los campeones de la Targa Florio. Tras ganar en 1953 con Lancia, Umberto Maglioli repitió en 1956 con un Porsche 550. Primera victoria para una marca que acabaría convirtiéndose en la más laureada de la Targa Florio.

Estos cascos reflejan el sufrimiento que han llevado a lo largo de su vida útil.

Este casco perteneció al británico Vic Elford, que ganó con un Porsche 907 en 1968.

Compara estos monos con los que utilizan hoy en día los pilotos de Fórmula 1.

¿Y qué me dices de estas gafas de Piero Taruffi, campeón de la Targa Florio en 1954?

Estas botas de Clay Regazzoni causaron sensación.

En el museo también hay sitio para las pioneras de la competición.

Margot Einsidel, en esta ilustración a lomos de un Bugatti, fue una de las pioneras del automovilismo y cosechó buenos resultados en la Targa Florio.

Lo dicho. Si visitáis Sicilia y estáis de paso por Collesano, sin lugar a dudas el Museo Targa Florio es un buen sitio para visitar. Y sobre todo para apreciar, tras haber visitado los tramos originales, el valor de aquellos pilotos que se enfrentaban a la dureza de esta carrera.

En Diariomotor: Prueba de la gama Porsche GTS en la Targa Florio: homenaje a los pioneros de la competición

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