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5 Razones por las que "Top Gear", Clarkson, May y Hammond, tienen que reunirse en Netflix

Rumores, rumores. Me temo que nada más. En los últimos días algunos medios se hacían eco de la posibilidad de que Jeremy Clarkson, Richard Hammond y James May se reunieran en un programa, en un nuevo «Top Gear», aunque probablemente no con ese nombre, en Netflix. Una posibilidad que ya venimos imaginando desde hace tiempo, prácticamente desde que se confirmó que Clarkson había sido despedido. ¿Se atreverá Netflix a emitir un programa de televisión con el trío calavera? ¿Se convertirá Jeremy Clarkson en el nuevo Frank Underwood (Kevin Spacey en House of Cards) de Netflix? No lo sabemos. Pero sí te damos 5 razones por las cuales creemos, sinceramente, que Netflix debería apostar por ello.

Última hora del nuevo programa de Jeremy Clarkson, Richard Hammond y James May: finalmente se llamará The Grand Tour.

Netflix está apostando por el contenido original, por apoyar la producción y reservarse cierta exclusividad en los estrenos de series que en sus vitrinas ya están acumulando numerosos premios.

1. La importancia del contenido original. Netflix no es solo una plataforma de video-on-demand, un servicio para ver contenidos de televisión, series y películas, mediante streaming. Desde 2011 esta plataforma ha abogado por el contenido original, por series aclamadas por la crítica como House of Cards, con nombres como David Fincher, en la producción; y Kevin Spacey, como protagonista. Netflix se reserva cierta exclusividad en estas series, por ejemplo para proceder a su estreno, aunque el hecho de contribuir en su producción no garantiza que otras plataformas de emisión también accedan a los derechos.

Nos encantaría saber la verdadera audiencia de una serie como House of Cards, y cuántos suscriptores vieron el estreno de la tercera temporada, y las anteriores, y cuántos llegaron a suscribirse a Netflix para ver la serie. Pero parece que en Netflix no están dispuestos a revelar ese dato (The Atlantic). Según otras estadísticas no oficiales, como las que atienden a la cobertura de descargas ilegales, se llegaba a la conclusión de que había sido todo un éxito, especialmente fuera de las fronteras en las que opera Netflix (IB Times).

Aunque la expansión internacional de Netflix – a nivel oficial – sea mejorable, ya hemos visto como Netflix se hacía un hueco en los hogares de medio mundo, incluso en países sin cobertura oficial, gracias al truco de las redes virtuales privadas.

2. La audiencia internacional. Aunque Netflix no opere en todo el mundo, se estima que decenas de millones de sus usuarios utilizan el servicio fuera de países en los que la empresa se ha establecido, empleando diferentes técnicas, como las redes virtuales privadas (VPN). Tal vez esa sea la razón por la que Netflix no pone solución a este «problema» (The Guardian). En España somos muchos, entre los que me incluyo, los que hemos recurrido a esta técnica.

La buena noticia es que Top Gear o, mejor dicho, el trío compuesto por Jeremy Clarkson, James May y Richard Hammond, ha conseguido que su imagen y sus aventuras, y desventuras, lleguen a todo el mundo. Hablamos de retransmisiones en todo el mundo que según algunas fuentes supondrían una audiencia, un volumen de seguidores, superior a los 350 millones (Business Insider).

Iluso aquel que piense que Top Gear era de verdad un programa de motor. Ellos hicieron entretenimiento con coches y probablemente lo hicieron mejor que nadie.

3. Porque nadie sabrá hacer como ellos información de motor y atraer al espectador mainstream. Lo creas o no, Top Gear no es un programa de coches, aunque haya coches. Top Gear es un programa de entretenimiento que ha sabido cautivar de manera magistral a espectadores como nosotros, apasionados del automóvil; y a espectadores que jamás han prestado demasiado interés en los coches, que quizás nunca hayan visto alguno de los programas de motor que se producen en España, ni hayan comprado una revista de coches. Y creedme que eso tiene mucho mérito.

Si nos tomásemos un reportaje de Top Gear como una auténtica prueba, podríamos iniciar una discusión larga y tendida sobre los errores cometidos. En cambio, sus reportajes se basan más en la espectacularidad de los retos, la verborrea de Jeremy Clarkson, la personalidad de cada uno de los presentadores y en una calidad audiovisual que implica un coste en producción que, creedme, muy pocos medios se pueden permitir.

Top Gear podrá seguir emitiéndose en la BBC, y sus nuevos presentadores podrán hacerlo bien, pero en cualquier caso con la marcha del trío calavera habremos perdido algo que quizás jamás recuperemos.

4. Porque Top Gear no será lo mismo sin ellos. Se dice por ahí que la BBC ya estaría definiendo un nuevo plantel de presentadores para sustituir al trío calavera. Probablemente sean buenos presentadores, conecten con la audiencia, entiendan de coches y sean divertidos. Y aún así, estoy convencido de que aquellos que hemos seguido durante todos estos años las aventuras de Clarkson, May y Hammond, seguiremos sintiéndonos en cierta medida huérfanos.

Es difícil que la BBC se deshaga de los derechos que ostentan sobre el formato de Top Gear. La única solución posible pasaría por crear un nuevo formato, con un nombre completamente diferente y en una plataforma que esté dispuesta a apostar por ello para reunificar al equipo que hasta ahora veíamos cada fin de semana en Top Gear.

The Mirror publicaba recientemente que las posibilidades de ver a Clarkson, May y Hammond juntos de nuevo en televisión, más concretamente en Netflix, era muy alta. Incluso se atrevían con un nombre, que no deja de ser un juego de palabras facilón originado en una de las series de la plataforma, House of Cars. El nombre mola, pero quizás no se percataron de que ese nombre ya estaba cogido por Discovery Max y una serie producida en España, más concretamente en un taller de Burgos.

Es posible que Jeremy Clarkson y sus compañeros no encuentren una plataforma que les conceda tantas libertades y objetividad como Netflix.

5. Porque Netflix daría luz verde a Clarkson y sus compañeros para ser verdaderamente objetivos. La razón por la cual en The Mirror veían más cerca a Clarkson de una plataforma como Netflix, que entrando en un nuevo canal como ITV, además de su carácter irreverente y sus controversias, era de nuevo el interminable debate de la objetividad de los medios del motor. The Mirror no cree que Clarkson pueda criticar con libertad a una marca con la que su cadena tiene importantísimos acuerdos publicitarios. Y quizás esa objetividad, que hasta cierto punto pudiera tener en la BBC, se viera comprometida en un canal comercial con el estatus de la ITV.

No voy a entrar a valorar si de verdad suceden esos conflictos de intereses entre el área editorial y el área comercial en una cadena de televisión, o en programas de motor, pero lógicamente la suspicacia despertada por The Mirror no va mal encaminada.

En Diariomotor: Se acabó el Top Gear del “trío calavera”: Jeremy Clarkson ha sido – oficialmente – despedido

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