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Hoy imprimes coches 3D en miniatura, mañana lo harás a tamaño real

No es la primera vez que os hablamos de la impresión 3D, y de cómo está revolucionando el diseño y la construcción de coches. Ford es una de las marcas que más está desarrollando esta técnica, la de imprimir piezas que más tarde se podrán utilizar en el desarrollo de prototipos, o incluso como repuestos para tu propio coche. Y para empezar qué mejor forma de ir acercando al consumidor a esta tecnología que ofrecer, desde su propia tienda en internet, un catálogo de réplicas a escala impresas con un precio de aproximadamente 99 dólares (ver tienda de Ford).

La impresión 3D ya está ayudando a diseñadores y desarrolladores a crear prototipos en menos tiempo, reducir el proceso de meses a tan solo unos días, y a un coste muy inferior.

En cualquier caso, y como ya te estamos contando, esto no es más que la punta del iceberg. La impresión 3D está ayudando a los diseñadores a crear modelos a tamaño real, a modelar piezas para prototipos que hasta ahora implicaban costosos desarrollos artesanales, en tanto cualquier vértice, cualquier desviación a un modelo de producción, implica un desarrollo artesanal, fuera de las líneas de producción adaptadas para la fabricación en serie.

El siguiente paso será la estandarización del proceso y su completa integración en la red de postventa de Ford.

Con la impresión 3D los talleres no tendrán que almacenar tantas piezas, ni esperar a que llegue el pedido del almacén, bastará con imprimirla en unos minutos en el propio taller.

En 2013, Ford nos presentaba diferentes prototipos de piezas que podían producirse mediante impresión 3D. Piezas como la cubierta del motor de un Mustang, los encapsulados de la transmisión y el sistema híbrido de los Ford C-MAX Hybrid y Fusion Hybrid, repuestos para el equipo de frenos de un Ford Explorer, o incluso para los motores Ecoboost de cuatro y seis cilindros.

La idea que persigue adaptar la impresión 3D a los requisitos de un taller, o del diseño de prototipos, es la de ahorrar meses de desarrollo y millones de euros en la complejidad logística que implica una red de postventa. Imagina que un taller, en vez de requerir un espacio reservado para repuestos como tapacubos, defensas, guardabarros, faros, etcétera; o realizar pedidos a fábrica o al centro de logística, con la demora que eso implica para el cliente, pudiera producir estas piezas en el momento.

La complejidad de la impresión 3D aumentaría con el tamaño de la pieza y con el número de componentes o peculiaridades en el acabado de esta. Pero, en cualquier caso, ¿no crees que merece la pena seguir desarrollando esta tecnología de impresión 3D que algún día podría permitirnos producir coches completos, o casi completos, como el precioso Shelby Cobra que conocimos hace unas semanas?

Fuente: Ford
En Diariomotor: ¿Te gusta este Shelby Cobra? Pues imprímetelo. Esta réplica ha sido fabricada con impresión 3D

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