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Fiat 500 2016, a prueba: continuidad con estilo italiano

Resulta difícil distinguir el nuevo Fiat 500 del anterior modelo, que llevaba ya 8 años en el mercado y 1,5 millones de unidades vendidas sin signos de agotamiento. Los cambios son sutiles en el exterior y algo más importantes en interior y equipamiento.

Resulta difícil distinguir el nuevo Fiat 500 del anterior modelo. Los cambios son sutiles.

Parece evidente que estamos ante un coche de personalidad arrolladora y estética atemporal, que resulta difícil cambiar o retocar como le sucede al MINI en sus sucesivas generaciones casi clónicas y por los mismos motivos. Analicemos sus cambios y su gama de motores y equipamiento.

El nuevo modelo estará a la venta en España a partir de septiembre y sus precios prometen ser similares a los del modelo saliente.

Nos desplazamos a Turín, cuna de la familia Agnelli y cuartel general del grupo Fiat (ahora Fiat, Chrysler Auto), para conocer de primera mano al renovado Fiat 500. A la vista de las imágenes resulta evidente que se trata de un leve restyling, pero lo cierto es que el coche no necesitaba mucho más si miramos sus cifras de ventas.

El nuevo modelo estará a la venta en España a partir de septiembre y sus precios prometen ser similares a los del modelo saliente a pesar de contar con diversas mejoras y más equipamiento.

Fiat 500: novedades en diseño

Exteriormente, el Fiat 500 introduce leves cambios en frontal y trasera.

La calandra inferior recibe un tratamiento “tridimensional” y hace más patente su dibujo mientras recibe sendos añadidos a ambos lados para marcar mejor su «sonrisa». Se añade también una segunda línea cromada bajo el logo.

Las nuevas ópticas tienen la forma de un ojo, con párpado y todo, e incorporan luces diurnas led (según versiones) lo que otorga al coche una mirada todavía más humana.

En la trasera, destacan sus nuevas luces que sobresalen ligeramente para dar una sensación de profundidad. En el tercio inferior de la defensa hay también un mínimo rediseño del elemento transversal que cruza de lado a lado, que ahora integra las luces antiniebla y de marcha atrás.

Son cambios mínimos, sólo perceptibles para quien se fije bastante en los detalles. Se añaden también dos nuevos colores (coral y una especie de remolacha), junto con nuevas posibilidades de combinación francamente originales, incluido un guiño a un taxi de Barcelona amarillo y negro.

En el interior nos encontramos ahora con una pantalla táctil a color que incrementa notablemente las posibilidades de conectividad, además de introducir el navegador Tom-Tom y el sistema Uconnect entre el equipamiento opcional.

El cuadro de instrumentos es ahora totalmente digital, con un gran indicador central de velocidad, una pantalla redonda con las principales funciones y dos pantallas curvas a los lados.

Esta moderna configuración emula la forma del original con bastante acierto y mantiene muy bien el aire retro del conjunto, a pesar del despliegue tecnológico. Se ve bien y se lee bien, haciendo especial hincapié en el control del consumo y la eficiencia de conducción.

Fiat, seamos sinceros, ha querido cambiar lo menos posible para que todo siga igual.

Por lo demás, la guantera con tapa, una consola central con leves variaciones, nuevos indicadores para la climatización y reposacabezas mullidos redondean un producto en el que Fiat, seamos sinceros, ha querido cambiar lo menos posible para que todo siga igual. Igual de bien, quiero decir.

Fiat 500: versiones y percepción de calidad

El Fiat 500 estará disponible como hasta ahora en versión 3 puertas de techo cerrado o cabrio y en principio en dos acabados: Pop y Lounge. El primero (básico) lleva climatizador manual, Uconnect Radio con seis altavoces, puerto USB, mandos en el volante y luces diurnas LED. El acabado Lounge añade el techo panorámico de cristal, llantas de aleación de 16”, la versión Uconnect Radio 5” LIVE con pantalla táctil y el volante de piel con mandos.

Las sensaciones del 500 no han cambiado en absoluto con respecto a la anterior generación. Es un coche simpático a más no poder, que te pone de buen humor en cuanto te subes a bordo por su diseño y colorido.

El salpicadero está compuesto de diferentes piezas transversales que aportan varias tonalidades según el gusto del cliente. El color exterior tiene una presencia muy marcada también dentro y a pesar de ser todo plásticos duros (incluso el pomo de la palanca de cambios) es tan bonito que se percibe como de alta calidad en todo momento.

Los asientos son tan bonitos que se les perdona todo.

Los asientos son algo incómodos, con un respaldo sin apoyo lumbar y una regulación en altura para el conductor cuando menos cuestionable, basada en bascular la banqueta y separarla del respaldo, marca de la casa. Dicho esto, de nuevo son tan bonitos que se les perdona todo.

La percepción de conjunto es muy buena, aunque fríamente le veamos defectos aquí y allá. Este coche no se deja valorar fríamente y resulta difícil ponerle pegas, tan fuerte es su personalidad y su aparente optimismo.

Si hay un coche pensado para mujeres hasta el último tornillo (perdón, tapizado) es este

Un detalle que no me acaba de encajar es la idea de que, según Fiat, el 500 es ahora unisex… juzguen ustedes mismos en base a las imágenes, pero yo creo que si hay un coche pensado para mujeres hasta el último tornillo (perdón, tapizado) es este.

En líneas generales, muy poco ha cambiado.

Fiat 500: tacto de conducción

Para la prueba dinámica, hemos seleccionado un Fiat 500C con motor gasolina de 69 CV.

El renovado 500 cuenta con su oferta habitual de motores: gasolina 0.9 TwinAir bicilíndrico de 105 CV y 1.2 de 4 cilindros y 69 CV, además del motor bifuel 1.2 GLP de 69 CV. Tras el lanzamiento, estarán disponibles el 1.3 MultiJet de 95 CV y el 1.2 de 69 CV «Eco” que rebaja a 99 los gramos de CO2 por kilómetro. El motor TwinAir de 85 CV, tal vez la opción más interesante por consumos y prestaciones, no tiene prevista su llegada a España.

Para la prueba dinámica, hemos seleccionado un Fiat 500C con motor gasolina de 69 CV y cambio manual, que viene siendo el más básico de la gama cabrio, aunque tal vez lo más importante sea el color coral, el salpicadero bitono y los asientos tapizados en unos cuadraditos de lo más chic.

El volante tiene un buen tacto de piel, aunque la forma del aro tiene un perfil que está entre un cuadrado y un círculo y no me ha convencido mucho. La dirección tiene dos posiciones, ligera y ligerísima, para un uso normal y para aparcar respectivamente.

Además de esta elevada asistencia, que anula cualquier información acerca del tren delantero, el giro cuenta de una desmultiplicación algo excesiva, lo que redunda en una cierta falta de agilidad en giros cerrados en los que hay que manotear bastante el volante. No es un defecto grave, más bien una oportunidad perdida de hacerlo más divertido.

La verdad es que es fácil de llevar en ciudad, pero si la dirección pusiese algo más que suavidad de su parte y fuese algo más directa y firme, tengo la sensación de que el comportamiento del coche ganaría mucho porque el chasis va francamente bien en curva. Parece que Fiat se ha centrado en facilitarnos el aparcamiento por encima de cualquier otra consideración.

El embrague más que un pedal parece un botón de tan corto que resulta el recorrido. Se percibe como un juguete.

La suspensión es firme, en el límite de ser demasiado firme, y los baches se transmiten de forma algo seca al interior. A pesar de ello el Fiat 500 da una buena sensación de solidez, sin emitir crujidos estructurales, y tampoco puede calificarse como incómodo. Lo que sí logra es un comportamiento en curva subvirador pero muy plano y controlado, transmitiendo amplias dosis de tranquilidad el volante.

El cambio es quizás lo mejor del coche (desde un punto de vista mecánico) con una palanca redonda muy próxima al volante, de recorridos cortos y tacto agradable y preciso, y se combina con un embrague que más que un pedal parece un botón de tan corto que resulta el recorrido, lo que contribuye a percibir el coche como un juguete.

Es uno de esos motores en los que pasamos la mitad del tiempo con el acelerador a fondo para intentar mantener el ritmo del tráfico

El motor de gasolina, con 4 cilindros y 69 CV se ha mostrado bastante lento, con una notable falta de fuelle por debajo de 3.000 rpm. Además, el arranque se produce con un inevitable tirón al soltar el embrague, pero a cambio su sonido está bien aislado.

Mi idea era demostrar que en un 500 hay que gastarse el dinero en equipamiento y personalización y no en motor pero esta ha resultado ser una verdad a medias, pues este es uno de esos motores en los que pasamos la mitad del tiempo con el acelerador a fondo para intentar mantener el ritmo del tráfico.

Fuera de ciudad yo diría que no alcanza el mínimo de supervivencia salvo que lo llevemos permanentemente cerca del corte de inyección, algo totalmente contra natura. La prueba fue demasiado corta para medir adecuadamente los consumos, pero el más básico no lleva start-stop, con lo que en ciudad y de semáforo en semáforo se nos disparó un poco por encima de los 8 l/100km, aunque circulando sin tantas paradas sí da la sensación de ser bastante frugal.

Cualquiera de los motores puede llevar start-stop pero en el de 69 CV es opcional, y muy recomendable.

El freno tiene un tacto firme y agradable y el equipo de detención tiene potencia más que suficiente para frenar sus poco más de 1.000 kg a pesar de contar con tambores traseros. Más que suficiente.

Siendo el de 69 CV tan limitado en respuesta, todavía me convenzo más de que se echa de menos en España la opción TwinAir de 85 CV disponible en otros mercados. El motor bicilíndrico suena un poco a moto, pero consume como un mechero mientras rodamos tranquilos y empuja con muchas más ganas cuando entra el turbo.

Fiat 500: algunas conclusiones y recomendaciones

Un coche perfectamente práctico y usable en ciudad, en el que el diseño ha sabido adaptarse al siglo XXI de forma brillante

Antes de nada, creo que cabe recomendar el Fiat 500 como un coche perfectamente práctico y usable en ciudad, en el que el diseño (basado en un vehículo de hace casi 60 años) ha sabido adaptarse al siglo XXI de forma brillante.

Es un coche con mucho encanto, bien construido y relativamente económico en su uso e incluso en su precio si tenemos cuidado con las opciones y tomamos en cuenta el valor residual. Está a años-luz de un Fiat Panda, por ejemplo, a pesar de que ambos comparten bastante más de lo que pudiera parecer a simple vista.

Un coche tan único que prácticamente no tiene rivales que se le puedan comparar de forma directa

Se trata de un coche tan único que prácticamente no tiene rivales que se le puedan comparar de forma directa como utilitario sexy. Un MINI es bastante más caro y deportivo, un DS3 está muy lejos en estética interior y exterior y un Opel Adam tampoco se le acerca. Por tamaño, los Seat Mii, Hyundai i10 o Toyota Aygo se quedan lejos en términos de diseño, por lo que también me cuesta compararlos de forma directa aún siendo más baratos.

Su valor residual es alto, por lo que es conveniente echar bien las cuentas antes de decir que es demasiado caro y exclusivo. Fiat se ha propuesto un plan de renovación para todos los propietarios de un 500 usado, que consiste en cambiárselo directamente por uno nuevo y no pagar nada en dos años, momento en el que habría que decidir entre financiar, pagar o devolver el coche (siempre que el usado cumpla con unas condiciones de antigüedad y estado de conservación). Interesante.

Como recomendación para quien se lo esté pensando, yo apostaría por gastarse el dinero en acabado y personalización si no vamos a salir de la ciudad, manteniéndonos con los 69 CV para trayectos cortos, o invertir inevitablemente en el Twin Air de 105 CV si pensamos sacarlo a carretera.

El diésel tendría sentido si vamos a viajar habitualmente, pero entonces el que no tendría sentido es el coche, así que no lo veo. Además, añade un plus de ruido y vibraciones que estropeará un poco la experiencia.

Nacido para ser gasolina, femenino y precioso por dentro y por fuera.

Vídeo destacado del Fiat 500

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El Fiat 500 es un vehículo urbano de 3,55 metros de longitud disponible en una única carrocería de tres puertas, aunque con la posibilidad de escoger una variante descapotable con techo de lona denominada Fiat 500c. Está disponible con un motor térmico tradicional y con una solución MHEV microhíbrida con un sistema eléctrico adicional de 12V.

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