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Los científicos hablan: el fraude de los TDI de Volkswagen provocará 59 muertes prematuras en Estados Unidos

¿Por qué se insiste tanto en la necesidad de reducir las emisiones de nuestros coches? La contaminación es un problema que va más allá del calentamiento global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación ambiental es mucho más peligrosa que comer hamburguesas y carnes procesadas a diario, aunque no tanto como el alcohol y el tabaco. La EPA estadounidense estimó que en 2010 se habían producido más de 160.000 muertes prematuras en Estados Unidos debido a la exposición a partículas en suspensión y en torno a 4.300 por la exposición al ozono. De ahí que fuera cuestión de tiempo que unos científicos estudiaran las repercusiones que ha tenido el fraude de los TDI para la salud de los ciudadanos, estimándose que en torno a 59 personas fallecerán prematuramente en Estados Unidos por la manipulación de las emisiones de NOx, cifra que hubiera llegado a 140 si no se hubiese destapado el escándalo.

Estas estimaciones de la repercusión para la salud pública del fraude de los TDI servirán para que las autoridades impongan indemnizaciones y sanciones a la marca.

Estudiar las consecuencias para la salud del fraude de los TDI es un ejercicio necesario a la hora de reclamar a Volkswagen el pago de indemnizaciones y sanciones. En el caso de las llamadas a revisión por un problema de seguridad, como el de los famosos aceleradores de Toyota, o los bombines del arranque de General Motors, es más sencillo. Las consecuencias de un problema de seguridad se analizan en función de los daños causados, fallecidos y heridos, en accidentes en los que ha podido demostrarse una conexión directa con el fallo del fabricante.

En el caso que nos ocupa es evidente que no se puede asociar directamente un fallecimiento al hecho de que los diésel de Volkswagen hayan emitido más gases contaminantes de los admitidos por la ley. Pero sí se pueden hacer estimaciones de su repercusión para la salud pública.

Con un estudio de este tipo también es posible cuantificar, económicamente, la repercusión del fraude para la salud pública.

Las estimaciones realizadas por un equipo de investigadores del MIT (ver informe) se basaron precisamente en los cálculos de emisiones reales de los diésel, en las repercusiones que las emisiones de NOx, el ozono (que precisamente se genera del anterior), y las partículas en suspensión, tienen para la salud. De manera que con esos datos era necesario modelar un mapa de calidad del aire y en estimar en impacto que han tenido, tendrán, y hubieran tenido de no haber llamada a revisión, el exceso de emisiones de los diésel de Volkswagen.

A todo eso habría que añadirle un factor económico, el del coste social, que según el estudio se sitúa en 450 millones de dólares y que hubiera llegado a 840 millones de dólares de no haberse producido la llamada a revisión.

Pero, ¿qué es lo verdaderamente importante de este estudio?

Hay una frase, que generalmente se atribuye a Stalin – por lo visto erróneamente (ver entrada Moscow Times 1997) – que dice «la muerte de un hombre es una tragedia, la muerte de millones es una estadística«. El dato de 59 fallecidos por culpa de un defeat device es escandaloso, pero aún lo es más el hecho de que cientos de miles de personas fallezcan entre 10 y 20 años antes como consecuencia de la contaminación medioambiental, no solo de la derivada de los TDI fraudulentos de Volkswagen, sino también de la derivada del resto de transportes que utilizamos, de la producción energética, de los sistemas de calefacción que utilizamos en nuestro hogar, la industria…

En las últimas semanas Volkswagen se ha convertido en un blanco fácil de todas las críticas. Pero, ¿por qué no atacar a las autoridades que han permitido que en Europa se utilizasen ciclos de homologación irreales, muy alejados de las condiciones reales de conducción? ¿Por qué no atacar a los legisladores europeos que han hecho de nuestro continente un escenario perfecto para un combustible que estaba asociado a tantos problemas medioambientales como el diésel? ¿Por qué no atacar a los políticos que han puesto en riesgo nuestra salud concluyendo una hoja de ruta para las emisiones de NOx más laxa con los fabricantes?

¿Cuántas muertes prematuras podrían conectar estos investigadores a la decisión de Europa de doblar los niveles de la norma Euro VI? ¿Decenas, centenares, tal vez miles…?

Fuente: Informe «Impact of the Volkswagen emissions control defeat device on US public health»
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