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Un millonario belga se niega a ver morir a los Holden Commodore... y tiene un plan

Nunca había escuchado hablar de Guido Dumarey. Es un millonario belga, dueño de una empresa proveedora de General Motors. Su empresa fabrica las cajas de cambio automáticas que equipan los Holden Commodore australianos, al menos los dotados con un motor V6 bajo el capó. General Motors dejará morir con su plataforma Zeta a los Commodore, casi al mismo tiempo que Ford abandona la producción australiana de sus Falcon de tracción trasera. Dumarey está desolado, y no dejará que General Motors dé la estocada final a los Commodore.

Dumarey es especialista en rescatar negocios mal gestionados con potencial. Salvó hace años a BBS Wheels.

Este belga es fan confeso de esas berlinas y pick-up turismos de tracción trasera que corren libres por el outback australiano. Su empresa ha invertido mucho dinero en la producción de cajas de cambios para estos vehículos, y se niegan a ver morir una plataforma con aún mucho potencial, en sus propias palabras. General Motors cerrará la planta de Elizabeth a finales de 2017, reemplazando al Commodore por una versión importada de tracción delantera, posiblemente basada en el Chevrolet Impala o el Opel Insignia.

El millonario belga pretende pujar por las instalaciones productivas de Elizabeth, así como los derechos sobre la plataforma Zeta de General Motors. 2016 es el año clave para una operación que en sus propias palabras, será imposible sin apoyo gubernamental. Su idea es transformar a los Commodore en una línea de vehículos premium de marcado corte prestacional, y exportarlos fuera de Australia, así como reforzar su presencia en el territorio nacional. Buenas intenciones para las que hay multitud de obstáculos.

Dumarey quiere dejar esta transición solucionada a mediados de 2016 como muy tarde.

Nadie obliga a General Motors ni al Gobierno de Australia a mantener con vida unas instalaciones – desgraciadamente – deficitarias. Está claro que Dumarey jugará la carta del empleo local y la red de suministradores, que desaparecerá junto a la fábrica de Elizabeth y el cierre – casi al mismo tiempo – de las instalaciones productivas de Ford of Australia. Si consiguiera mantener con vida esta plataforma, tendrá que apañárselas para conseguir un proveedor de motores y una red de distribución mundial.

Hasta ahora, sólo los Chevrolet SS y los Vauxhall VXR8 han salido de Australia con destino al resto del mundo, en números muy limitados. Sí veo más sentido al plan de Dumarey para construir una serie de vehículos comerciales sobre la plataforma Commodore, aprovechando el desarrollo existente y quizá ampliándolo a más industriales ligeros, como por ejemplo una furgoneta. Dumarey tiene el apoyo de varios legisladores locales, y cuando el apoyo sea total, presentará un plan de negocio completo a General Motors.

Estará en manos de GM dar una segunda vida a esta plataforma o dejarla caer en el olvido, junto a la industria automovilística australiana.

Fuente: Autoblog
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