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¿Un Shelby Mustang GT350 sobrealimentado por compresor? ¡Hennessey se come a los Hellcat!

Hennessey es uno de nuestros preparadores americanos favoritos. Completamente adicto a la potencia, es famoso por sus kits de doble turbocompresor para coches como los Corvette o SRT Viper. Pero tampoco renuncia a trabajar con la marca del óvalo. En esta ocasión, nos presenta su nuevo Ford Mustang Shelby GT350 HPE800. Su potencia final es de 808 CV, un detalle que pasaría por alto de no ser exactamente 101 CV superior a la potencia declarada por el motor HEMI de los hermanos Hellcat de Dodge. Un fino troleo no hace daño a nadie.

El motor 5.2 Voodoo V8 del Shelby Mustang GT350R es un atmosférico capaz de girar a un régimen de 8.500 rpm.

El 5.2 V8 del Mustang GT350 tiene un ciguëñal plano que le permite un altísimo régimen de giro. Es por ello que incluso sobrealimentado, es capaz de entregar sus 808 CV de potencia máxima a unas tremendas 7.800 rpm. La sobrealimentación es cortesía de un compresor de 2,9 litros, que encaja a la perfección sobre el bloque motor. Si su potencia os impresiona, su par máximo también lo hará: podrás jugar con 891 Nm. Pero es su entrega de potencia y una contudencia sin igual lo que define el carácter de este pack HPE800.

Ese incremento de potencia no es posible sin bastantes refuerzos internos al V8. Pistones y segmentos forzados son sólo dos detalles de una larga lista que Hennessey ha debido retocar para evitar que el motor sobrealimentado sólo durase un par de telediarios. No sabemos sus prestaciones, pero retienen su caja de cambios manual de seis relaciones y el esquema de suspensiones de fábrica, entendemos que algo reforzado. Estéticamente, es casi imposible diferenciar uno de estos Mustang hipervitaminados de un GT350R de serie.

Sólo un pequeño emblema los diferencia, una simple pegatina que cualquiera podría quitar en la parte trasera, así como un emblema sobre el capó. Hennessey ha anunciado que como máximo preparará 50 unidades de Mustang GT350 en 2016, y cada una se pasará entre 3 y 4 meses en el taller. Una espera considerable para un coche que está hecho para el disfrute. Por fortuna, Hennessey trabaja en Texas, donde el tiempo es incluso tolerable en invierno, por lo que estos coches podrán devorar asfalto muy pronto.

Fuente: autoevolution
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