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La DGT ha abierto la puerta a la expulsión de los diésel más antiguos de la ciudad

Es la noticia del día. La DGT acaba de anunciar el nuevo etiquetado de emisiones para vehículos, una medida que será sumamente importante a la hora de establecer las restricciones que, tarde o temprano, irán imponiéndose en las ciudades españolas, así como los beneficios que se aplicarán sobre aquellos vehículos que se definan, por decirlo de alguna forma, como ecológicos. ¿Y por qué es tan importante el nuevo etiquetado de emisiones? ¿Cómo afectará a los diésel, especialmente los más antiguos?

El etiquetado no supone restricciones, ni tampoco beneficios, son las normativas de ayuntamientos, comunidades autónomas, y Tráfico, las que crearán sus propias restricciones y beneficios en función de este etiquetado.

Lo primero que hemos de comprender es que la Dirección General de Tráfico aún no ha impuesto ninguna restricción al tráfico. El etiquetado de emisiones es única y exclusivamente el instrumento que aprovecharán las administraciones pertinentes para imponer esas restricciones. Es decir, todas y cada una de las restricciones que veamos más adelante en ciertas carreteras y en ciertas ciudades españolas girarán en torno al baremo que establecen estos nuevos distintivos, que emplearán cuatro niveles en función de las emisiones en este orden: Cero Emisiones, Eco, C, y B. Donde Cero Emisiones, evidentemente, define a los vehículos más limpios, por decirlo de alguna forma, y B a los más contaminantes.

¿Ante qué panorama tendremos que enfrentarnos en los próximos años?

Los diésel serán los más agraviados a la hora de imponer restricciones en función del etiquetado. Un diésel de 2014, 2015, o 2016, es considerado por sus emisiones como un gasolina matriculado a partir de 2006.

Aprovechando la coyuntura de este distintivo serán los propios ayuntamientos, en la mayoría de los casos, los que decidan las restricciones que se aplicarán en el casco urbano de sus ciudades. De manera que es muy probable que pronto veamos zonas en las que se prohiba el acceso a vehículos que no porten etiqueta de emisiones, turismos de gasolina matriculados a partir del año 2000 y diésel a partir de 2006, o incluso a aquellos que no porten etiqueta verde (C) o azul (Cero Emisiones), o verde y azul (ECO), lo cual impediría la circulación de turismos de gasolina anteriores al año 2006 y diésel anteriores a 2014.

El gran problema con el que nos encontraremos en el momento en que entren en vigor estas restricciones está en el agravio a los diésel, derivado de sus emisiones de NOx. Ver nuestro dossier sobre emisiones de NOx. Recordemos que los diésel, que durante tanto tiempo nos vendieron como eficiencia y sostenibilidad, son responsables de emitir gran cantidad de NOx, los mismos que han generado algunas de las alertas por contaminación en las ciudades españolas en los últimos meses, como las que obligaron a Madrid a restringir el tráfico. Los diésel más modernos han atenuado estas emisiones gracias a sistemas de post-tratamiento, como el AdBlue.

Siguiendo lo estipulado en estos distintivos de emisiones, nos encontraríamos con que a nivel medioambiental la clasificación de un turismo de gasolina matriculado en 2006 sería exactamente el mismo que el de un diésel matriculado en 2014, 2015, o 2016. Si el centro de algunas ciudades españolas quedase restringido a vehículos con etiqueta verde o azul, nos encontraríamos con que quedaría vetado al tráfico de los diésel matriculados en 2013, y anteriores, mientras que los turismos de gasolina matriculados a partir de 2006 sí podrían seguir circulando.

También es importante tener en cuenta a estos nuevos distintivos, el etiquetado de emisiones, como un toque de atención. De momento no sabemos en qué consistirán las restricciones concretas que comenzarán a aplicarse en España. Sí sabemos que con toda probabilidad comenzarán a introducirse restricciones, empezando por grandes ciudades, como Madrid, que han sufrido alertas por altos niveles de contaminación y que han de cumplir con unos niveles concretos establecidos por la normativa comunitaria.

Como mínimo, y en previsión de las medidas que puedan llevarse a cabo, recomendaríamos tener en cuenta el etiquetado de emisiones, por ejemplo, a la hora de adquirir un vehículo de ocasión.

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