ESPACIOS
Cerrar CERRAR
Reportajes

5 MIN

¿Por qué SEAT fabricó un Ronda de color amarillo y negro?

El nacimiento de SEAT obedecía a un único motivo: motorizar una España cuyo nivel de desarrollo distaba enormemente del de otros países europeos. Sujeta al control total del Estado hasta la muerte de Franco, SEAT recurría a la fabricación de vehículos FIAT bajo licencia. A partir de 1975, el Instituto Nacional de Industria (INI) – organismo heredero de la titularidad de las empresas estatales – trata de vender a capitales privados grandes empresas públicas del país, siendo FIAT el postor lógico para SEAT.

Comienzan los problemas entre SEAT y FIAT

Sin embargo, FIAT decide en el último momento que SEAT es un peso muerto en su portfolio, anulando la operación de compra y condenando a SEAT a un limbo empresarial. Las presiones sindicales italianas y la precaria situación económica de SEAT – y del país entero, seamos sinceros – a finales de los años 70 tuvieron gran parte de la culpa. Sin embargo, SEAT era una empresa demasiado grande para ser cerrada y desmantelada. El 29 de mayo de 1981 se logra la firma de un nuevo acuerdo de cooperación entre SEAT y FIAT.

A finales de los años 70, la situación económica y política de España distaba de la definición de estabilidad o prosperidad.

Este acuerdo permitía a SEAT seguir contando con capacidad tecnológica y productos en su portfolio. A cambio, los italianos exigían la modificación profunda a nivel estético – tanto de carrocería como de habitáculo – de los SEAT 127, 131, Panda y Ritmo para garantizar el suministro de piezas a SEAT. Esta disposición era obligatoria en caso de que SEAT decidiese aplicar un restyling para modernizar su gama de productos. SEAT necesitaba exportar vehículos fuera de España, y para poder acceder a la red de Fiat en el extranjero, los italianos demandaban la misma modificación profunda de sus vehículos.

SEAT terminaría también por renombrar sus vehículos de origen Fiat. El SEAT Panda pasó a llamarse SEAT Marbella, el SEAT 127 pasó a llamarse SEAT Fura, el SEAT Ritmo pasó a llamarse SEAT Ronda y el SEAT 131 – terminando su vida comercial a primeros de los 80 – fue reemplazado por el SEAT Málaga, derivado del Ritmo. Curiosamente, el SEAT Ronda fue el primer SEAT en tener el nombre de una ciudad española, iniciando una tradición que aún hoy en día es uno de los rasgos definitorios de la marca – desde el año 1986, situada bajo los auspicios del Grupo Volkswagen.

SEAT debía aplicar un importante lavado de cara a sus modelos de origen Fiat para continuar su venta.

Llegó la demanda de Fiat

En 1983, SEAT recibe una demanda por parte de FIAT, aduciendo que el SEAT Ronda no está lo suficientemente diferenciado del FIAT Ritmo, en el que está basado. El Ritmo había sido lanzado en el año 1978, y había sido fabricado por SEAT sin apenas cambios hasta el año 1982, cuando el Ronda fue lanzado al mercado. Dicen que FIAT se enteró de su lanzamiento por un catálogo publicitario, y que el propio Giorgetto Giugiaro (diseñador del coche), encolerizado, impulsó personalmente la demanda de FIAT, explicando que eran demasiado parecidos.

Lo cierto es que el Ronda y el Ritmo empleaban la misma base, pero estéticamente habían sido diferenciados. Sólo las puertas y la forma general del vehículo eran idénticas en ambos coches. SEAT aplicó cambios de estampación en su frontal, instalando nuevos paragolpes, nuevas ópticas delanteras y traseras o nuevos tiradores para las puertas, entre otras modificaciones. La batalla legal entre SEAT y FIAT llegó a los tribunales, decidiéndose el futuro de SEAT en una fría sala de la Corte Internacional de Arbitraje de París.

El interior del SEAT Ronda también había sido profundamente modificado con respecto al Ritmo.

El pleito se centraba en la importancia de los cambios practicados por SEAT en el Ritmo, en opinión de FIAT, insuficientes. SEAT preparó una brillante defensa, que aún hoy en día es estudiada en facultades y escuelas en lo tocante a propiedad intelectual. Sobre la base de un Ronda de color negro, pintaron en color amarillo las partes de su carrocería – e interior – que SEAT había modificado. Además, sus colores eran un claro guiño a los taxis de Barcelona, donde el SEAT Ronda se fabricaba. La Corte Internacional de Arbitraje terminó dando la razón a SEAT, que venció el pleito y continuó fabricando los Ronda sin problemas.

En la nave A122 de Martorell – la nave donde SEAT almacena su enorme colección de coches históricos – sigue expuesto el famoso SEAT Ronda de la discordia. El SEAT Ronda fue un producto que disfrutó de buenas ventas, hasta que cesara su producción en 1986. Llegó a emplear motores System Porsche y a tener opción a motor diésel, un atmosférico de 1,7 litros y 55 CV de potencia. Incluso llegó a haber una versión Crono 2000 con el motor de 2,0 litros del SEAT 131 TC Diplomatic y unos respetables 113 CV de potencia.

El SEAT Ronda de color amarillo y negro sigue expuesto en la nave A122 de SEAT, en Martorell.

113.241 unidades fueron producidas, que contribuyeron a dar visibilidad a la marca fuera de España, y a desarrollar sus capacidades propias de desarrollo de vehículos. Dicen que fue el SEAT Ronda y el SEAT Ibiza los coches que convencieron a Volkswagen de que la compra de SEAT era una buena idea. Quizá aquél Ronda de color amarillo y negro fue más importante de lo que parecía.

Fuente: SEAT Fans Club

Cargando...