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Conquistando el infierno: compartimos box con Subaru durante las 24 Horas de Nürburgring

Nürburgring. Una leyenda viva, un paraíso del automovilismo, el lugar santo, la Meca, para los petrolheads. Un lugar de culto, nuestro lugar de culto, que el pasado fin de semana un servidor tuvo el honor de pisar ¿la excusa? Asistir a una nueva edición de las 24 Horas de Nürburgring para acompañar a Subaru en un duelo hacia la victoria. A un lado del ring el Subaru WRX STI, al otro, Audi y sus Audi TT, el Lexus RC, el Ford Focus… y la crueldad de los 25 kilómetros, 170 curvas en cada vuelta, del Infierno Verde.

Primera hora de la mañana del sábado. El mitad del mar de camiones, bajo el gris cielo alemán, se alzan las banderolas de una pequeña carpa, la de Subaru, donde nos espera gran parte del equipo mientras se ultiman los detalles antes de llevar el coche hasta el pit lane. Un café rápido entre el ir y venir de un sinfín de reporteros japoneses, es la hora de vernos las caras con la bestia de Subaru.

El capó abierto, garrafas con el emblema de Subaru Tecnica International a un lado, sets de neumáticos impacientes al otro, frenos, un pargolpes y el baile de un pequeño grupo de mecánicos ataviados con los monos azul mica de STI dando los últimos retoques al STI amenizan nuestra espera, tenemos una cita con Hideharu Tatsumi, el encargado del proyecto de Subaru en las 24 Horas de Nürburgring.

Con un agradable gesto y tras las inclinaciones de rigor, como buen japonés, nos recibe junto al interprete ataviado con los colores de Subaru y unas amarillas gafas de Bilstein sobre la cabeza. Las preguntas se cuentan por decenas y el tiempo apremia.

Tatsumi nos habla de las enormes semejanzas entre el coche de calle y este que ahora empujan los mecánicos para llevar hasta las puertas del box. Un 70% de los componentes están compartidos con el coche de producción. Suspensión, frenos, los añadidos aerodinámicos, el obvio paso de un habitáculo de “calle” al del coche de carreras, los nuevos elementos de seguridad… Hablamos de los neumáticos, gastan unos 17 sets de ruedas durante toda la carrera, también de la preparación de los pilotos…

Dejamos a Tatsumi que acompañe al resto del equipo hasta el pit lane, el tiempo apremia y comienza la invasión de la recta de meta. Una fotografía rápida del coche frente al box del equipo…

… y nos dirigimos hasta el puesto que ocupará a la salida el WRX, primer clasificado de su categoría, ocupando la posición 35 en una general donde no faltan los 911 GT3, los SLS, los R8, un espectacular Bentley Continental GT3.

Una marabunta de gente, miles de personas, periodistas, pit babes, invitados, los propios equipos, se arremolinan alrededor de los coches que ya esperan impacientes la salida.

Carlo Van Dam, Marcel Lasee, Hideki Yamauchi y Tim Schrick, pilotos de este STI, custodian su montura junto a Tatsumi y el resto del equipo. Nos flanquean los Porsche, a unos pocos metros un Aston Martin Vantage, uno de los nuevos Audi R8, pasa a nuestro lado Lucas Ordoñez, saludos de rigor, primeros y rápidos comentarios sobre como fue la clasificación y como ve a su GT-R GT3 y a los rivales más directos. Abandonamos el trazado ante la insistencia de los marshals, subimos a la estancia que ha preparado Subaru sobre su box para hacer más llevaderas las más de 24 horas que pasaremos en el circuito. Empieza la cuenta atrás, sólo unos minutos para la salida.

Arranca la carrera, arrancan las 24 Horas de Nürburgring, 24 horas por delante contra el Infierno Verde, contra tus rivales de categoría, contra la fiabilidad, contra el tráfico del resto de categorías. Son las 4 de la tarde y Carlo Van Dam completa los primeros giros a Nürburgring.

Conociendo un poco más a fondo al Subaru WRX STI

“Tenemos más de 20 años de experiencia en este circuito, el coche de serie ya tiene una excelente configuración para rodar en Nürburgring”. Tatsumi, como gran parte del equipo de Subaru, hace hincapié en la enorme semejanza del coche que en pista afronta ya las primeras vueltas con el coche de producción. “No necesitamos hacer nada especial para el coche de carreras” añade para acto seguido señalarnos a que la tracción total, su estabilidad, su paso por curva, son las mejores bazas del Subaru WRX STI, compensando dinámicamente el empleo de la tracción total a pesar de que implique un lastre de 70 kg.

Bajo el azulado capó de este STI, tras esa característica toma de aire, nos encontramos con una mecánica turbo de 4 cilindros en disposición bóxer y 2 litros de cubicaje, un bloque que bajo la denominación EJ20 desarrolla 340 caballos a 5.500 rpm con un par de 461 Nm.

Cabe recordar que en Japón el STI emplea una mecánica de 2 litros y no de 2.5 litros como la que se emplea en Europa. Este propulsor entrega originalmente 300 caballos que, por supuesto, quedan a disposición de una tracción total convertida ya en seña de identidad fundamental de la marca.

Más allá del sistema de tracción total nos encontramos con una transmisión secuencial de 6 velocidades mientras que en la parte ciclo nos encontramos con Bilstein firmando la suspensión, a Brembo al cargo de los frenos y a Dunlop calzando unas llantas BBS de 18 pulgadas en medidas 260/66, habiéndose además reforzado ligeramente para la ocasión un chasis derivado del de producción.

Más largo, más ancho y más bajo. El Subaru WRX STI empleado en estas 24 Horas de Nürburgring cuenta con una longitud de 4.890 mm, una anchura de 1.835 mm y una altura, contando el alerón trasero, de 1.395 mm, siendo su distancia entre ejes la misma que el coche de calle, 2.650 mm.

Su splitter, los canards, las tomas sobre el capó… la aerodinámica de este STI 2015 ha sido revisada respecto a la empleada el pasado año, así como su transmisión. Una de las claves de este STI, que guarda enormes similitudes con el empleado el año pasado, radica en su menor subviraje.

Entre gigantes como Porsche, como Audi, sorprende la modestia, la humildad de un equipo que no es precisamente nuevo en esta carrera, esta es la tercera ocasión en la que Subaru se alza con la victoria en su categoría, una victoria en la que además queda patente el buen hacer de la firma marcando una ventaja de 12 vueltas con el siguiente rival clasificado en su categoría.

Poco a poco, vuelta a vuelta, la tarde va cayendo sobre el circuito alemán y con el anochecer al fondo me dispongo a discurrir por algunas de las zonas del trazado, un par de curvas al final de recta, el comienzo de esta, un paseo por el paddock en el que prácticamente se mire donde se mire hay algo que contar, una curiosidad tras otra de la que daremos buena cuenta, foto a foto, en un próximo artículo.

Clásicos, por el paddock, alguna que otra maravilla de la talla del Porsche 918 Spyder, los coches del WTCC que este mismo fin de semana también corrían en Nürburgring… la lluvia hace un tímido acto de presencia. En Subaru no hay precisamente problemas con esto, todo lo contrario.

En el pit lane se suceden los cambios de pilotos, los cambios de neumáticos y no pocos bailes de cinta aislante reparando alguno de los toques de la tarde. Cámara en mano pasamos las primeras horas de la noche de box en box disfrutando de las paradas de los gigantes de la categoría SP9 G, con el nuevo Audi R8 LMS, el SLS AMG GT3 o el bonito Porsche 997 GT3 R de Falken, del espectacular bramido del Bentley Continental GT3 o siendo privilegiados observadores de primera línea del ambiente, la concentración, en el box de Subaru.

El STI se mantiene lider en su categoría y recorta posiciones en una general donde se le ve codearse “cómodamente” con no precisamente pocos 911.

Fotógrafos, cámaras de televisión, miembros de otros equipos, comisarios, algún que otro invitado vip… es impresionante ver trabajar con semejante eficacia a los equipos entre semejante volumen de gente que se agolpa en los boxes.

Las ruedas gastadas, aún calientes, recién desmontadas, se amontonan. La noche sigue su curso en Nürburgring, aún quedan unas cuantas horas de penumbra por delante y desde uno de los motorhome de Porsche, convertido en un enorme salón en el que además de tomar algo se pueden ver a un Porsche 911 GT3 RS, al Cayman GT4 o al espectacular y recién presentado Porsche 911 GT3 R, vemos como el STI va ganando ventaja sobre sus competidores más cercanos. Parece que la lucha ya no está en su categoría, sino frente a la general.

Una visita más a los boxes, unos cuantos de cientos de fotos más. Es la hora de que un servidor haga su particular pit stop. Bien entrada la madrugada me veo las caras con un plato de currywurst para reponer fuerzas. Me quito, por unos minutos, las cámaras de encima.

Amanece en el infierno, el sol gana fuerza y a pie de pista el desgaste de los equipos y de los propios coches se hace más evidente. Mecánicos dormitan sobre montones de neumáticos, los coches entran a boxes con cada vez más heridas de guerra, retiradas, pilotos con gestos más fruncidos…

El silencio en el box de Subaru es total, todos pendientes de los monitores. La melodía de los coches que discurren por el pit lane parece saltarse la puerta del box para colaborar con esa atmósfera de tensión. Aprovechando la luz del día vamos a alguna de las curvas cercanas al paddock.

Es inevitable no mirar el reloj. Las cuatro de la tarde se aproximan, comemos en riguroso horario alemán para afrontar con el estomago lleno los últimos envites de la carrera y asistimos a pie de trinchera como alrededor del box de Subaru comienzas a llegar más y más medios con una sorprendente asistencia de prensa japonesa.

Huele a victoria, la ventaja es grande, pero no se gana hasta que se termina, nos recuerda Carlo Van Dam tras bajarse del coche en su último stint. Yamamuchi va a ser el encargado de cruzar la línea de meta y uno de los técnicos del equipo aparece ya en el box con una caja de banderines de Subaru. Más más gente se agolpa a las puertas del box, más y más prensa en su interior.

Gritos desde el muro del pit lane, aplausos, banderas ondeando… poco a poco las lista de coches que cruza la línea de meta va en aumento, parte del equipo de Subaru corre hacia el muro cargados con banderas… cruza el WRX STI, Subaru gana en su categoría y asciende hasta la posición 18 en la general por delante de toda una legión de Porsche. Abrazos, reverencias. Tatsumi nos estrecha la mano y nos da las gracias, uno a uno, a los periodistas allí presentes. El jolgorio es digno de haber ganado en la general, fotos y más fotos, mecánicos que nos piden que les hagamos fotos en grupo con sus móviles para llevarse retratado ese recuerdo, un ambiente festivo que se contagia, en el que te ves obligado a ser partícipe.

A unos pocos metros del box de Subaru hay otra celebración, la del podio. En lo más alto el nuevo Audi R8 LMS bien flanqueado por un BMW Z4 GT3 y el Porsche 911 de Falken. Buen debut de Audi con su nuevo R8.

Terminan las 24 Horas de Nürburgring. Los equipos, sin apenas tiempo desde el cronómetro terminó la cuenta atrás han recogido ya casi la totalidad de los boxes, la afición comienza a salir a los parkings, las despedidas se suceden. Estrechamos por última vez las manos de Hideharu Tatsumi, damos la enhorabuena a los últimos mecánicos con los que nos cruzamos. Es la hora de salir del infierno, de poner la tapa a los objetivos, comernos el último currywurst, es la hora de dejar en el retrovisor Nürburgring mientras ponemos rumbo al aeropuerto. Una experiencia increíble.

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