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Maserati GranTurismo Sport, a prueba ¡Más fuerte que el vinagre!

Este bicho de color negro amenazante e imponente que se cuela entre el tráfico urbano mallorquín de los alrededores de Puerto Portals no es otro que el Maserati GranTurismo Sport. A nuestro paso, la gente se apresura a sacar su teléfono móvil con el que hacer una foto para inmortalizar al italiano del tridente, mientras sigue la estela que emiten los escapes. ¡Por las pasiones que levanta es incluso emocionante conducirlo en ciudad! A sólo 40 km/h hace mucho, mucho, muchísimo ruido… exhalando un bramido muy ronco que resulta sensacional.

Junto a tantos otros vehículos de superlujo que se mueven por estos lares, el GranTurismo Sport no pasa, ni de lejos, desapercibido… y eso es una muy buena señal, puesto que es un modelo que ya lleva unos años con nosotros. Concretamente, se presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra del año 2007… pero, como el buen vino, mejora con el tiempo.

El GranTurismo luce con entusiasmo esa silueta musculosa firmada por Pininfarina. Con esa presentación sería suficiente, pero no puedo dejar de lado que ahora emplea elementos de diseño del MC Stradale, alardeando con orgullo el paquete de personalización MC Sport Line… toda una declaración de intenciones. Esta línea, realizada por la división deportiva y de competición “Maserati Corse”, consigue que no parezca, ni por asomo, un coche viejo…

[ap_widget_especificaciones]Motor V8, 4691 cc
Potencia 460 CV @7.000 rpm
Par máximo 520 Nm @4750 rpm
0-100kmh 4,7 seg
Velocidad máxima 300 kmh
Peso 1.880 kg
Precio 150.224 €
[/ap_widget_especificaciones]
[ap_widget_valoracion estrellas=5]Puntos positivos
  • – Aspecto demoledor
  • – Dinámica deportiva
  • – Bramido de los escapes

Puntos negativos

  • – Elementos multimedia

[/ap_widget_valoracion]

[ap_neumaticos_michelin neumatico=pilot-sport-cup-plus]

[ap_michelin centrado=si]

Fabricado en Módena, la ciudad por excelencia del vinagre balsámico, el Maserati GranTurismo Sport viene a dar aire fresco a la gama antes de que se presente la nueva generación que llegará en 2015. Está a medio camino entre el descafeinado GranTurismo de 405 CV y el extremadamente-deportivo MC Stradale, con particularidades más propias de circuito que de calle. Aunque ahora cuenta con un set-up más light respecto a este último, entrega los mismos 460 CV… ¡imagínate qué bravura!

Su silueta es solemne. Este color negro le confiere una mezcla, a parte iguales, entre siniestra y elegante. Pero lo mejor de todo se encuentra bajo el capó. Apuesto a que si te vendasen los ojos y te llevasen por una carretera de montaña pensarías que estás a bordo de un cavallino rampante por el carácter que desprende. Y no te faltaría del todo razón: éste V8 de 4,7 litros tiene un temperamento italiano que se palpa desde el primer momento; de hecho es el mismo propulsor que el del Ferrari F430.

El color negro que recubre al Maserati aporta un toque tan sensacional como difícil de fotografiar para percibir con claridad cada detalle; por esto, cualquier elemento que se aleja de la monótona tonalidad negra destaca entre el conjunto monocromo: ahí están las pinzas de freno en color rojo, o los nuevos LEDs delanteros de conducción diurna.

Por los tramos de autovía y carreteras secundarias que conectan Palma con el Puerto de Sóller llego a la conclusión de que no es un vehículo de difícil convivencia. La suspensión no es especialmente dura, ni siquiera el sonido del motor resulta insoportable. Gracias a la gran distancia entre ejes –mide casi cinco metros- se comporta señorialmente en largos trayectos. En el tráfico diario parece uno más, salvo por un detalle: los vehículos se apartan cuando te ven llegar por el espejo retrovisor… quizás, el motivo sea la parrilla ovalada de ingentes dimensiones –¡tan típica de Maserati!– que aporta un toque auténticamente colosal.

Cuenta con el clásico esquema de motor delantero y tracción trasera, pero ya no es el típico “gran turismo” de espíritu relajado y confortable que, por su nombre, podrías imaginar. Ahora es una máquina de esencia mucho más deportiva y radical, cuando te aventuras a explorar la línea roja del tacómetro. La pasión que me produce este coche, acompañado de una brutal banda sonora hace que las pulsaciones se disparen como nunca había sentido en una bestia de 150.000 euros. Resulta espectacular…

Los nuevos detalles recién estrenados hacen que el GranTurismo Sport tenga un encanto insuperable. La calandra de grandes dimensiones presidida por el logotipo del Tridente está ahora escoltada por dos nuevas entradas de aire bajo las luces bi-xenon, que aumentan el flujo de aire que refrigera al motor y los frenos. La zaga, por el contrario, apenas recibe novedades. Ahora los grupos ópticos son en tecnología LED y están oscurecidos, a juego con las nuevas llantas “Astro Design” de 20 pulgadas bañadas en un negro brillante.

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La cola está dominada por dos salidas de escape ovaladas a cada lado. El difusor que acompaña a nuestra unidad se complementa con el color de la carrocería, pero también puede escogerse como opción en carbono, junto a otros elementos del interior, los retrovisores, tiradores de las puertas, faldones laterales o el spoiler trasero.

Nos dirigimos al noroeste de la isla, para enfilar la MA-10, una preciosa carretera de montaña junto a la costa, con poco tráfico y unas curvas de pánico donde exprimir a fondo el V8 atmosférico e intentar sacar toda la mala leche que lleva dentro.

Esta carretera es un “mundo aparte” donde es más sencillo exprimir el jugo de los 460 CV y experimentar su aceleración de 0-100 km/h en sólo 4.7 segundos. Esta cifra hace que se sitúe una décima más rápido –por ejemplo- que un Jaguar XKR de 550 CV, ¡casi 100 CV más! La primera percepción en aceleración no tarda en llegar: parece que la máquina tiene más caballos que los que declara la ficha técnica.

Me lanzo a atacar diferentes giros… A disfrutar con cada apoyo en el vértice. Noto cómo se coloca cuando me dispongo a abrir gas y disfrutar con la explosión de júbilo del V8… mientras la nerviosa trasera hace todo lo posible para salirse de su sitio cuando no dosifico correctamente el pedal del gas. Pocos coches he conducido tan divertidos como este Maserati GranTurismo Sport.

Si miras al lugar del cambio de marchas te sorprenderá no encontrar una palanca. En su lugar hay un par de botones con las serigrafías “1” y “R” con los que introducir primera o seleccionar marcha atrás. Eso indica que la caja de cambios que emplea nuestro Maserati es una secuencial robotizada de seis relaciones y denominada MC Shift con embrague de doble disco en seco situado en posición transaxle, sobre el tren trasero…

Puede funcionar de forma completamente manual, lo que permite indagar en la parte alta del cuentavueltas. De hecho, llevo un rato jugando con las grandes levas de fibra de carbono —fijadas a la columna de la dirección— y denominadas Trofeo Design. Los cambios de marcha se suceden de forma adictiva, sólo por disfrutar del rugido que emiten los escapes.

En contra de los que pueda parecer, se siente bastante ágil. La dirección es rápida, directa e intuitiva y, si hubiese que ponerle un “pero”, éste iría al cambio de marchas MC Shift que resulta algo lento en su programa “normal”. Prescinde de doble embrague, por lo que destaca su brusquedad… algo que encarta bien en este coche pero que defrauda cuando percibes que hay demasiada interrupción en la tracción entre el momento que “suelta” una marcha y engrana la siguiente. Éste es el mismo cambio que el del MC Stradale pero, según aseguran los responsables de Maserati, ahí la puesta a punto es mucho menos conservadora, gracias a una gestión electrónica más innovadora.

Motor V8 de 460 CV de origen Ferrari

En cualquier caso, existen dos ajustes posibles: automático y Sport. El segundo modo (Sport) es el que mejor se adapta al carácter agresivo del GranTurismo Sport, valga la redundancia. Parece que la caja de cambios se acaba de tomar un café bien cargado, con el que conseguir unos cambios más rápidos que reduzcan al mínimo el lapso de tiempo de interrupción en la tracción. Y para aumentar la tensión desde el cockpit, se abren las válvulas de los escapes que consiguen que la melodía que retumbe entre las mansiones de la jet-set mallorquina sea música celestial.

El motor es el mismo V8 atmosférico, con lubricación por cárter húmedo que empleaba su hermano pequeño, el GranTurismo S, pero que disfruta de unos pistones más resistentes, un mapa del motor mejorado y diversas modificaciones en el sistema variable de las válvulas, que consiguen que la potencia aumente en 20 CV. El par motor también ha crecido hasta los 520 Nm a 4750 vueltas, mejorando las cifras del V8 descafeinado, gracias a pequeñas mejoras aplicadas sobre el software del motor, sin castrar consumos o emisiones.

La emoción en cada curva va in crescendo. El control de tracción se torna más permisivo en el modo Sport y eso te permite cierto grado de deslizamiento sin sentirte del todo comprometido. Pero el agarre es siempre sobresaliente y eso cada vez te pide apurar un poco más, pisar más y más tarde los frenos dual-cast de Brembo que muerden de forma superlativa. Es un coche que tiene tanto carácter que cualquier carretera se acaba quedando pequeña y el cuerpo termina necesitando un circuito: no sólo por la potencia, también por su tamaño.

Las suspensiones no transmiten la sensación de ir sobre una dura tabla de madera, pero los balanceos de la carrocería son muy limitados conforme los giros se suceden. Es un coche largo y pesado, pero se mueve con una agilidad y soltura llamativa para un deportivo que marca en báscula 1.800 kg.

El sonido entre las colinas cercanas de Entellencs es un escándalo para cualquier persona que haya venido a pasar unos días de vacaciones, aportando una armonía brutal. Es difícil sacarle pegas de verdad a este italiano. Apenas podrán comentarte que el equipamiento multimedia tenga ya algunos años o que el acelerador quizás no esté colocado en la mejor posición. Este deportivo es sensacional. Es cierto que la ubicación del pedal del gas quizás esté demasiado vertical, por lo que el pie está en constante flexión en todo momento —algo que puede resultar extenuante en viajes largos—, pero son tonterías que se ahogan entre innumerables virtudes.

Un habitáculo muy deportivo repleto de Alcántara

Pasando a analizar el habitáculo descubrimos más elementos del pack MC Sport Line que nos recuerdan al MC Stradale. La cantidad de Alcántara que te encuentras es el primer aspecto que despertará tu inquietud. El interior está recubierto con una combinación de piel y Alcántara –volante inclusive-, pedales ligeros en aluminio o multitud de elementos en fibra de carbono, como las levas del cambio o algunas molduras de las puertas y el salpicadero.

La tecnología que encontramos en torno al cockpit quizás sea el elemento que más denote el paso del tiempo. Además de que la ubicación del sistema de navegación está situada algo baja, ya está algo anticuado y probablemente sea lo que más desentone entre tanto alarde de perfección dinámica y pasión italiana. Pero estos son los detalles menos importantes…

La gran virtud del GranTurismo es que mide casi cinco metros y eso se traduce en una amplitud interior con la que no puede competir casi ningún otro rival de su categoría. En él, existen cuatro plazas “de verdad”, no testimoniales como en otros deportivos…

La comodidad no está reñida por los semibaquets. Están muy conseguidos y ajustan a la perfección al conductor cuando se acercan curvas. Además, tienen un sistema que facilita el acceso a las plazas traseras cuando, reclinando el respaldo, los asientos se mueven de forma automática para dejar entrar a los acompañantes.

El tiempo a los mandos del Maserati GranTurismo Sport se ha pasado volando. Y es entonces cuando llega el momento más duro de nuestro trabajo: tener que devolver el coche a los responsables de la marca. Me ha parecido sensacional. Creo que pocas veces he conducido un coche tan temperamental, divertido y emocionante. Las sensaciones son tantas que no entiendo cómo puede ser posible que no todos los hombres de la tierra deseen tener uno de estos en su garaje… Es una auténtica obra de arte, una montaña rusa repleta de diversión.

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