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Mercedes A45 AMG vs Volkswagen Golf R vs Jaguar F-Type R Coupé Los tres mosqueteros (II)

El segundo día de nuestra comparativa veraniega promete emociones fuertes. La alarma del iPhone resulta placentera sólo de pensar que, en la explanada del hotel, están aparcados un Volkswagen Golf R, un Mercedes A45 AMG y un Jaguar F-Type R. [¿Leíste la primera parte de este reportaje?]

Pasan pocos minutos de las 9 de la mañana cuando alguien arranca el motor V8 del Jaguar F-Type R, emitiendo un sonido tan clamoroso que los huéspedes del hotel que aún duermen estarán maldiciendo a nuestras madres.

Abandono el hotel al volante del Jaguar F-Type, con sus escapes crepitando. Es uno de nuestros deportivos favoritos del momento. De hecho, creo que nos tiene cautivados a gran parte del equipo. Prueba de ello es que mi compañero David Clavero publicó hace unos meses un reportaje titulado “5 razones por las que siempre escogeré un Jaguar F-Type y no un Porsche 911”, en el que resumía nuestro sentir… excepto el de Mario, claro… que cada noche sueña con un Alfa 4C o con una de esas motor extrañas.

[ap_widget_especificaciones]Motor V8 5.000 cm3
Potencia 550 CV @ 6.500 rpm
Par máximo 680 Nm @ 3.500 rpm
Peso en orden de marcha 1.650 kilogramos
Precio Desde 122.470€
0 a 100 km/h 4,2 segundos
Velocidad máxima 300 km/h [/ap_widget_especificaciones]

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Jaguar F-Type, el deportivo que nos conquistó a todos

Quitando raras excepciones, las razones por las que el F-Type nos conquistó cuando lo probamos por primera vez eran sencillas. Podrían resumirse en tres: un diseño exquisito y fresco, una fórmula de éxito —biplaza, motor delantero V8 y tracción trasera—y un sonido más propio de un Ferrari, capaz de hacer que cualquier trayecto, por corto que sea, consiga sacarte una sonrisa.

Mientras acudimos a la gasolinera más cercana para darle el desayuno a nuestras tres criaturas comentamos que el F-Type R es un deportivo con un diseño sensacional. El alargado capó, la posición tan retrasada del habitáculo, los pilotos traseros rasgados, el alerón retráctil, los dos grandes tubos de escape a cada lado, la gran parrilla delantera o los tiradores ocultos de las puertas… Todo en su conjunto hace un cóctel muy sensual. Es difícil de que no te guste.

En compañía del Volkswagen Golf R y el Mercedes A45 AMG es imposible pasar desapercibido en la gasolinera. Con curiosos que lanzan miradas furtivas, otros que sacan su teléfono móvil para inmortalizar el momento y alguno que se acerca a preguntar.

Siendo honestos, el Jaguar F-Type es el primer deportivo “de verdad” de la firma inglesa en los últimos años, aunque suene algo cruel. Atrás han quedado aquellos Jaguar burgueses y comodones que carecían de verdadera deportividad sobre el asfalto. Por fin, un proyecto ilusionante culmina con su modelo de producción. Encima esconde una dualidad entre Gran Turismo y deportivo muy bien conseguida.

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De vuelta a la A395, el habitáculo del F-Type resulta elegante y envolvente. Vas sentado bajo, cerca del suelo, como en un coche de carreras. Tiene unas salidas de climatización escamoteables, que sólo emergen cuando el conductor activa el aire acondicionado. Unos asientos semibacquet de serie que cortan la respiración con sólo abrir la puerta. Un volante con un aro de grosor moderado y con levas de color doradas tras él. Por si fuera poco, los cinturones, en color rojo a juego con la carrocería, le dan un toque picantón.

Los túneles que dan paso a la carretera de Sierra Nevada se aproximan. El Jaguar muestra un comportamiento adorable en confort, pero cuando pulsas el botón Sport, la cosa cambia. Es momento de abrir las ventanas. Reduces dos o tres marchas con las levas y, una vez dentro, pisas el acelerador a fondo. Un sonido teatral ensordece a diestro y siniestro. Después continúa con inmensos petardeos. “Bruuuuuuu”, “pa pa pa pa pa”, “Bruuuuuu”, “pa pa pa pa”. ¡Brutal!, nos decimos Víctor y yo mientras nos miramos entre risas. La melodía de sus escapes es feroz… pero lo mejor es cuando ahuecas el acelerador y entonces aparecen un sinfín de explosiones y petardeos.

Suena como un Ferrari y, sobre el papel, el coupé ha mejorado respecto al cabrio en todas sus facetas. Ahora acelera una décima más rápido, frena antes, la rigidez aumenta y el equilibrio general también aunque, en la realidad, cuesta percibirlo, por decirlo de alguna forma… Vamos, que no hemos encontrado diferencia alguna. Las prestaciones mejoran –en la teoría-, pero las sensaciones disminuyen en la práctica.

La culpa es por ser coupé. La espectacularidad del Jaguar F-Type V8 S Cabriolet que probamos era mayor. La impresión de velocidad al ir a cielo abierto, con el sonido del V8 y los escapes bramando aumentaba las percepciones al volante. El V8 de cinco litros sigue siendo fabuloso. Cuenta con sobrealimentación, tiene 550 CV y 680 Nm de par. Sí, un ocho cilindros en uve con compresor significa que no tienes que esperar a que la aguja alcance la línea roja. A 3.500 tienes todo el par disponible bajo la zapatilla.

No quiero escaparme de mis compañeros, pero no puedo resistir la tentación de ir dando pisotones al acelerador para comprobar la embestida del gatito y el sonido de sus escapes. El F-Type es el compañero perfecto para disfrutar. Cumple a la perfección aquella máxima que decía que un buen automóvil deportivo también debe transmitir sensaciones a baja velocidad. El inglés te conquista sin necesidad de circular deprisa, cuando sólo te dedicas a pasear.

La carretera de Sierra Nevada no tiene pérdida. Una vez en ella sólo hay que seguir recto. Por eso es el momento de exprimir al Jaguar como a un limón. Cuando decido rodar a buen ritmo, aún con los controles desactivados, siento seguridad en curvas rápidas. El F-Type es muy estable y no se sale de quicio si haces bien los deberes. En el peor de los casos te encontrarás con una ligerísima cruzada fácil de resolver y bastante gratificante.

La carretera es en constante subida, con dos carriles bien amplios y muy buena visibilidad. El sol y el calor aún no aprietan, pero el asfalto seco genera confianza para inscribirse más vehementemente en los giros y no tener miedo a abrir el gas con prontitud.

En el F-Type tienes la sensación de ir mucho más rápido que, por ejemplo, en el Golf R. Es un coche que exige “pilotarlo” para sacarle toda su esencia. Me provoca un poco de sudor en las manos, mientras sujeto con fuerza el volante. Eso es buena señal: significa que el Jaguar implica en la conducción y aumenta mi ritmo cardiaco. Después de un rato, llego a la conclusión de que es imposible dejar atrás al Golf y al Mercedes. Ellos salen más rápidos de los giros cerrados, son algo más ágiles y traccionan muy bien. Pero ha sido muy entretenido. El Jaguar no será más rápido en una carretera con curvas como ésta, pero me he divertido mucho más que ellos.

El F-Type se siente agusto en cualquier tramo: lento o rápido, lo que es muy buen síntoma de agilidad y estabilidad. Sin embargo, el Jaguar no es perfecto porque la dinámica es mejorable. Podría ser más rápido y efectivo. Pero la diversión es total, la emoción es superlativa y tiene todo lo que buscas en un buen coche deportivo.

Dos compactos-deportivos dispuestos a plantar cara

Clavero llega a bordo del A45 AMG a la Hoya de la Mora. “Mecánicamente es muy superior a todo lo que hay en el segmento. Un propulsor que empuja sin desfallecer y una tracción integral que corrige sólo cuando es realmente necesario. El reparto de trenes me pareció siempre perfecto”, nos explica mientras acaricia el capó del de Affalterbach.

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Mientras mis compañeros se toman un zumo, intento escaparme un ratito y volver a probar el A45 AMG. Clavero se hace con las llaves del F-Type por enésima vez y decide acompañarme. Bajamos hasta la carretera antigua, que tiene unos giros algo más comprometidos. El Mercedes te permite apurar la frenada unos metros más, porque los frenos muerden bien y el conjunto es 100 kilos más liviano. Sin embargo, los giros más cerrados se atragantan un poco. El Mercedes tiene un tímido subviraje en ellos, algo que no ocurría en el Golf R. No es algo preocupante, pero ensalza una vez más la excelente puesta a punto del Volkswagen.

Mientras tanto, veo cómo el Jaguar F-Type va dando bandazos a la salida de cada curva. Parece que se lo está pasando muy bien mi compañero David. El A45 AMG, con un precio de 55.750 euros, puede parecer excesivamente caro pero, en carretera, es capaz de seguir el ritmo a todo un Jaguar F-Type R Coupé con 200 CV más y un precio de 122.000 euros. Piénsalo detenidamente: tienes unas prestaciones idénticas a las de un gran deportivo pero por la mitad de precio, con cuatro plazas y maletero. Visto así, quien busque buena relación calidad-precio no va mal descaminado con un A45 AMG.

De vuelta a nuestro punto de reunión, Óscar apunta que “los frenos del F-Type son bastante delicados y escasos para un coche que pide mucho más”. Con las llaves del Volkswagen Golf R en la mano, decido dar un último paseo. Cinco kilómetros bastan para recordarme la excelencia en la forma de mantener el decoro y el aplomo. Los dos compactos son tracción total, pero ambos dan la sensación de ser tracción delantera con mucho agarre. El Golf R es brutalmente efectivo, pero está falto de sensaciones en comparación con el AMG. Ambos son igualmente rápidos en la vida real, pero el Golf te deja algo frío. Te implica menos. Te sabe a poco si justo antes has conducido el AMG.

Conclusiones, cuestión de diversión

Llega el difícil momento de elegir un vencedor. Partimos de la base de que todos ellos están aquí por ser vehículos excelentes y divertidos. Los tres tocan nuestro corazoncito. De lo contrario, no les habríamos invitado a pasar unas vacaciones con nosotros… pero elegir uno resulta una tarea ardua porque, como hemos dicho, no es una comparativa al uso. Esto es un road-test con tres vehículos de diferentes potencias y enfoques, que tienen en común implicar sensorialmente al conductor y divertirle.

El Golf R es el tercer clasificado. El diseño de la séptima generación peca de discreto y el interior de soso. A favor hemos de decir que es el más rápido del trío, el mejor puesto a punto y el que cuenta con la mejor dinámica. Se nota que Volkswagen ha mejorado mucho respecto a la anterior generación. Ahora es mucho más ágil y liviano. El problema es que te aísla. Sabes que eres el más rápido, pero no lo sientes. Y un buen deportivo debe hacerte sentir. Las sensaciones son, al fin y al cabo, lo más importante… ese es el problema del Golf R. Volkswagen podrá jugar su segunda carta con el Golf R400 el próximo año, pero hará falta un “coche de sensaciones” para hacer sombra al divertido A45 AMG. Siendo honesto, no gastaría mi dinero en un Golf R. Y, si estuviera encaprichado, probablemente elegiría un Golf GTI Performance, con unos nada despreciables 230 CV. No sólo me ahorraría 7.000 euros, también la tracción total.

La medalla de plata se la hemos otorgado al… Jaguar F-Type R. ¿Sorprendido? El F-Type R Coupé es un vehículo excelente. Tiene un diseño soberbio —con elevado poder de representación—, aunque para ser la versión más radical del F-Type está falto de diferenciación. Su motor es sensacional y suena de escándalo. La dinámica es mejorable ya que, a pesar de tener 550 CV, no consigue trasladar todos ellos al asfalto, por lo que no es todo lo rápido que debiera. En cualquier caso, todo su planteamiento técnico resulta brillante. Sin duda, sería uno de los coches que tendría en mi garaje. No obstante, su versión descapotada es aún mejor y duplica las sensaciones de quien lo conduce. Por ese motivo se ha quedado en el segundo cajón.

¡El ganador es el Mercedes A45 AMG! Ha sido la gran sorpresa y la referencia de sus rivales. Con sólo mirarlo, sabes que es un vehículo especial, que tiene algo… algo difícil de explicar. Basta acercarse para notar que transmite encanto, magia… Después, abres la puerta y te fijas en los baquets, las salidas del aire acondicionado, los cinturones en rojo, el pomo de la palanca de cambios con el logo de AMG… Vale que el diseño exterior no es para todos los gustos y que, como el aspecto de Lewis Hamilton, muchos lo tildarán de “caní”. Pero que los “canis” compren coches deportivos, no significa que los deportivos sean para “canis”. Es cierto, que no es un coche para todos los públicos pero, cuando lo conduces, es genial. Hay poco que criticar siempre que nos olvidemos del precio. 55.750 euros pueden parecer muchos… o pocos, si consideramos que es la mitad que el F-Type. El A45 AMG es el motivo fehaciente que demuestra que las sensaciones al volante no sólo son capaces de proporcionarlas los deportivos caros. Por eso es nuestro ganador.

Vídeo destacado del Volkswagen Golf

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El Volkswagen Golf es un compacto que se renovó por completo recientemente y está disponible únicamente con carrocería de cinco puertas, contando con una oferta mecánica muy amplia que incluye, por primera vez, motores microhíbridos MHEV, con los que recibe la etiqueta ECO de la DGT.

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