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La divertida historia de los Pontiac Wagon con techo elevado de John Wayne

¿Quién no recuerda a John Wayne? ¿Quién tiene una imagen suya que no sea con un sombrero de vaquero y pañuelo en el cuello? Aún hoy en día, cuatro décadas después de su fallecimiento, John Wayne sigue representando al arquetipo de hombre duro, siendo uno de los representantes más claros de los westerns norteamericanos. Un 26 de mayo como hoy John Wayne hubiera cumplido 108 años. Tanto ha calado su imagen en el cine en nuestro imaginario, que es fácil que nos lo imaginemos a diario con su sombrero de cowboy, y paseando a caballo con la pistola en la cintura. Pero según cuentan, sus ratos libres los pasaba habitualmente con la familia y se desplazaba habitualmente en diferentes Station Wagon (familiares) de Pontiac, los cuales había preparado a medida para que contasen con una línea acristalada lateral más generosa y un techo bastante más alto. ¿Adivinas para qué?

Ya fuera por su estatura, o por el interés del actor en conducir con sombrero de cowboy, a John Wayne le gustaba adquirir familiares, generalmente Station Wagons de Pontiac, y enviárselos al famoso preparador Barris para que hiciera crecer su techo y aumentar el espacio para la cabeza.

Según se cuenta, aunque esta afirmación debamos – como mínimo – tomarla con cautela, a John Wayne le gustaba vestir sombreros de cowboy fuera de sus películas. Dicho lo cual, la explicación de que quisiera tener un coche familiar y con el techo más alto de lo habitual, tenía sentido. John Wayne era un tipo que medía 1.93 metros de altura, con lo cual montar en el coche sin quitarse el sombrero debía ser harto complicado (aquí nos lo cuentan en el blog de Hemmings).

La realidad podría ser un poco menos rebuscada, y menos divertida. Según Barris Kustom Industries, el famoso preparador californiano que recibió el cometido de preparar los encargos del actor, a John Wayne le gustaban los Station Wagon, como un Pontiac Grand Safari de 1975 subastado el año pasado – que según dicen fue el último que conducía antes de fallecer – por ser espaciosos para viajar con la familia. La preparación del techo se debía única y exclusivamente a que su altura al hecho de que buscaba mejorar su confort, tener más espacio para alojar sus 1.93 metros de estatura, y no necesariamente conducir con su sombrero puesto.

Los familiares Pontiac de John Wayne hoy en día se están subastando realmente caaros, tened en cuenta que su figura aún sigue generando mucho interés, especialmente en Estados Unidos. De hecho, su Grand Safari de 1975 se subastó en verano de 2014 por 71.000 dólares (Mecum), y meses más tarde era vendido de nuevo en Hemmings por 115.000 dólares, 105.438€ según el cambio actual.

En Diariomotor: Tocando madera. Aquellos maravillosos «woodies»

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