En los libros de historia automovilística se estudiarán los últimos años de la segunda década del siglo XXI como los años de «la guerra de las calandras». La guerra comenzó con las gigantescas parrilas cromadas de las pick-up estadounidenses – especialmente las heavy-duty – y parece haberse extendido a todos los segmentos del mercado automovilístico. Ha sido especialmente cruda con los grandes SUV y todoterrenos, sobre todo los de posicionamiento premium. Si creías que BMW se había pasado con el tamaño de la calandra del X7, tendrás que tragarte tus palabras cuando veas la del «nuevo» Lexus GX.
Ponemos la palabra nuevo entre comillas porque se trata de una simple actualización estética de este todoterreno. El Lexus GX es la versión más premium y lujosa del Toyota Land Cruiser. Del Land Cruiser europeo, no del gigantesco Land Cruiser 200 disponible en otros mercados mundiales. Es esencialemente un Toyota Land Cruiser con acabados más cuidados, más equipamiento y un diseño ligeramente diferenciado. Ligeramente hasta ahora: aunque tenía una de esas grandes calandras «spindle grille» de Lexus, su tamaño no era tan monstruoso como ahora. Ocupa prácticamente la totalidad del frontal del coche.
No lo digo en broma: sólo las ópticas principales y los antinieblas están fuera de ella. Me recuerda a las locomotoras del «salvaje oeste», con esas enormes defensas diseñadas para apartar la nieve, los animales salvajes o cualquier cosa que haría descarrilar al convoy. También podríamos confundirla con la pala de un quitanieves. En ciertas estados de EE.UU. – mercado donde la mayor parte de Lexus GX son vendidos – no se requiere una matrícula frontal, y en esos estados la calandra se puede contemplar en todo su esplendor. La parrilla del BMW X7 es comedida y muy sensata a su lado.
El resto del Lexus GX tiene un diseño muy comedido, casi elegante. Su interior está construido con materiales de alta calidad y tiene unos ajustes sensacionales. Con esta actualización, el Lexus GX puede equipar dos cómodas poltronas en la segunda fila de asientos, así como equipar un paquete off-road opcional. Sigue siendo un verdadero todoterreno – con chasis de largueros y reductora – y la prueba de ello es que puede equipar un efectivo Crawl Control y un selector de modos de conducción todoterreno, así como protecciones adicionales para los bajos y el depósito de combustible.
