La situación se alargó hasta el año 2012 diluyendo todos los activos de la marca, momento en el que los restos de Saab Automobile AB, así como sus filiales Saab Automobile Powertrain AB y Saab Automobile Tools AB y la planta de producción de la Saab fueron adquiridas por una firma inversora china llamada National Electric Vehicle Sweden (NEVS).
La entrada de NEVS en escena se produjo con la confirmación de la reestructuración de Saab, el aprovechamiento de sus tecnologías y la apuesta por el lanzamiento de coches eléctricos empleando las plataformas y carrocerías ahora en propiedad de NEVS. Aunque en 2013 se reabrió la fábrica y se comenzó la producción de los primeros modelos, con motor gasolina, la producción fue paralizada pocos meses después. Pasado el tiempo NEVS confirmó en 2016 que no seguiría usando la imagen de Saab, sus logotipos o sus denominaciones, emplazando al año 2017 como el momento en el que lanzaría un nuevo modelo con la denominación NEVS.