Red Bull también le da alas a los fetiches
El australiano Scott Taylor, piloto y propietario del equipo de carreras que lleva su nombre, se obsesionó con tener un coche perteneciente a Red Bull Racing, de allí que el año pasado fue a Milton Keynes para comprar uno de los Fórmula 1 pilotados por Mark Webber, pero el negocio no prosperó. No obstante, Taylor logró comprar un Holden VE Commodore del Triple Eight Race Engineering, ahora Red Bull Holden Racing Team, uno de los mejores V8