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¿Te gusta conducir? En la visión de futuro de BMW nos moveremos en SUVs autónomos y eléctricos

Te guste o no – personalmente el futuro de la automoción cada vez me da más miedo – el futuro de los coches pasa por la propulsión eléctrica y la conducción autónoma. Aunque ya nos lo enseñó hace unos meses, el Salón de Los Angeles será el lugar elegido por la marca alemana para presentar al mundo su visión de la movilidad del futuro. BMW habla de redefinir el placer de conducción, presentándonos un todocamino premium conceptualel BMW Vision iNEXT – en el que se da la mano la electrificación, la conducción autónoma y los servicios conectados. ¿Hay esperanza para los amantes de los coches?

El otro día estuve cenando con uno de los ingenieros de motores con más rango de Honda Europe. La conversación acabó derivando hacia nuestra visión del futuro de la automoción. Esto se merecería un artículo aparte, pero voy a resumir al máximo sus conclusiones. En el futuro de la automoción no ve posible escapar de la conducción autónoma ni de los coches eléctricos. Por fortuna, contempla una transición ordenada hacia una nueva fórmula de movilidad, en la que los amantes de la conducción aún podremos disfrutar de nuestra pasión. Una visión que no es tan diferente a la de BMW.

Bmw Vision Inext

«¿Te gusta conducir?», o «The Ultimate Driving Machine». ¿Tendrán que reescribirse los eslogan de BMW?

El BMW Vision iNEXT representa el futuro de la movilidad individual por parte de BMW. La marca afirma que la movilidad autónoma abre la puerta a que nuestros viajes se conviertan en nuevas experiencias. Los coches autónomos también transformarán nuestros hábitos y nuestro estilo de vida. Es por ello que la mayor parte de coches autónomos incluyen enormes pantallas en las que acceder a todo tipo de servicios, desde infoentretenimiento en streaming hasta servicios conectados con los que reservar mesa en nuestro restaurante favorito. El BMW Vision iNEXT no es una excepción en este aspecto.

Llama la atención que BMW hable de este SUV como un salón rodante, un espacio móvil en el que nos sintamos bien. Un espacio diseñado como si fuera una boutique, con superficies limpias y materiales lujosos como la madera, o tapizados de tela de aspecto futurista. La importancia de la limpieza de líneas es tal que la marca ha decidido incluir bajo estos materiales botones físicos, superficies táctiles y pulsadores hápticos, mediante los que interactuamos con los sistemas del vehículo. El control por voz – integrado con el «ecosistema» de nuestro smartphone – se perfila como una de las tecnologías más ubicuas de los coches autónomos del futuro.

Bmw Vision Inext

BMW quiere que la enorme conectividad y tecnología del coche esté oculta a la vista, pero funcionando en segundo plano «a toda máquina».

El diseño del coche sigue siendo uno de los puntos clave de este prototipo, que lleva al futuro rasgos de diseño como los clásicos riñones frontales de BMW. Su perfil es claramente SUV, aunque en él encontramos ciertas reminiscencias a los BMW i3 e i8, especialmente en el diseño del pilar trasero. La ausencia de un motor de combustión – es un coche 100% eléctrico – elimina la presencia de tubos de escape, pero no la de un bonito difusor, ideado con el mejor rendimiento aerodinámico en mente. Aunque es un coche conceptual, el futuro de la marca debería ir en esta dirección.

Quizá os habréis dado cuenta de que en el interior del coche hay un volante. En la nota de prensa no se hace referencia a la conducción «convencional» del coche, pero es de esperar que incluso los coches más autónomos permitan cierto grado de control al conductor, algo que puede ser útil a la hora de aparcar, o en ciertas situaciones en las que no podamos confiar al 100% en los sensores y radares del coche. Como aficionado a los coches «de verdad», quiero pensar que el BMW Vision iNEXT de producción podrá conducirse, y que la frase «redefiniendo el placer de conducir» no es un eufemismo.

Bmw Vision Inext

Durante los próximos 15 años la movilidad y los coches tal y como los conocemos cambiarán radicalmente. Un cambio que puede ser vertiginoso.

Porque no quiero un futuro en el que los coches sean salones rodantes que nos transporten de un sitio a otro mientras vemos nuestra serie favorita en Netflix – o peor aún, se conviertan en oficinas rodantes completamente conectadas.

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