Citroën sorprendía estos días a propios y extraños con una propuesta cuanto menos curiosa, y a pesar de que la marca había revelado sus cartas hace más de un año, con un prototipo que anticipaba fielmente la idea de este concepto de vehículo. Sorprendía por su diseño, su enfoque y sobre todo dos características fundamentales a partir de las cuales deberíamos entender todo lo demás. El Citroën Ami partiría alrededor de los 6.900 euros (precio que, de momento, es orientativo), es eléctrico, solo tiene dos plazas y puede conducirse sin necesidad de carné. Ahora bien, ¿cuáles son los secretos del Citroën eléctrico de los 6.900 euros?
El Citroën Ami es un vehículo eléctrico, pero no un coche. Si tuviéramos que buscar rivales en el mercado, o productos mínimamente comparables, tendríamos que apuntar hacia microcoches sin carné, como los famosos Aixam, o incluso apuestas tan llamativas como el antiguo Renault Twizy. Precisamente acudía a la presentación del Citroën Ami marcándome el objetivo de aclarar si este Citroën Ami podría triunfar donde otros, como el Renault Twizy, fracasaron. Y he de deciros que después de haber estado con el Citroën Ami y haber conocido con sus secretos sigo sin tener una respuesta a esta pregunta.
No es un coche, sino un cuadriciclo ligero. De ahí que este Citroën Ami esté muy limitado en cuanto a prestaciones, su velocidad máxima sea de 45 km/h, su capacidad de dos pasajeros y no pueda salir por lo tanto a autovías y autopistas.
En España, el Citroën Ami puede conducirse con la misma licencia que se requiere para un ciclomotor (licencia AM). Es decir, el Citroën Ami puede ser conducido sin el carné de conducir (licencia B) y a partir de los 15 años.
Decíamos que el Renault Twizy es el referente más cercano de este vehículo. Renault también intentó apostar por la receta de movilidad urbana del cuadriciclo ligero y eléctrico. Con la salvedad de que el Twizy, además de disponer de una versión «sin carné» de 45 km/h, también dispuso de una versión que sí requería carné de conducir, que alcanzaba los 80 km/h y podía salir a carretera.
La gran diferencia entre el Renault Twizy y el Citroën Ami reside, sobre todo, en que este último está completamente cerrado. El Twizy inició su comercialización con una versión abierta, cubierta por techo, y sin puertas, que más adelante recibió una suerte de puertas que cubrían los laterales.
He de reconoceros que al llegar a la presentación del Citroën Ami no tenía más datos que los que ya conocía e intuía por el prototipo presentado hace un año. De ahí que muchos de los detalles de diseño e ingeniería fuera conociéndolos sobre la marcha, según me acercaba al vehículo, lo tocaba, abría sus puertas, me sentaba a bordo y me embriagaba de una inmensa curiosidad profesional, de cierta satisfacción en lo que respecta a las soluciones técnicas y de ingeniería que se han aplicado y de muchas más dudas que las que tenía al principio al respecto de su posible éxito, ya sea por la clientela que vaya a adquirirlo, o por su utilización en servicios de coche compartido como emov by Free2move.
Descubro, con cierto asombro, que el frontal emplea un panel enorme exactamente igual que la trasera. De hecho, para saber si estamos viendo el frontal o la trasera del Citroën Ami tendremos que fijarnos en que en las dos aberturas circulares haya faros, o pilotos posteriores.
Citroën ha optado por esta solución para simplificar y ahorrar costes de fabricación y mantenimiento. Para más inri, toco los paneles exteriores y descubro que han sido fabricados en un material plástico. Lo que nos lleva a la siguiente curiosidad.
Citroën no solo ha recurrido a un material tan sencillo y económico, como es el plástico, para los paneles exteriores. En vez de aplicar acabados de pintura a los paneles exteriores, Citroën ha optado por un material plástico moldeado con el tinte azulado – lo denominan azul Ami – que ves en estas imágenes. De nuevo, ahorro de costes, mantenimiento y reparaciones.
El acabado exterior azulado tiene un tacto aspero, rugoso, que a pesar del material utilizado no da una impresión mala en cuanto a su calidad. Llevando al extremo esa optimización de costes, Citroën ha llegado a ofrecer un único acabado de pintura exterior. Todos los Citroën Ami estarán rematados en ese tono azul Ami. Imaginemos lo que eso supone a la hora de optimizar costes y sobre todo simplificar su producción.
Citroën, no obstante, sí que nos habla de personalización, lo cual a priori puede resultarte llamativo a tenor de que todos los Citroën Ami emplearán el mismo acabado de pintura azul Ami. La personalización llega de la mano de toda una serie de molduras exteriores de plástico y otros detalles coloridos, como la cubierta de las llantas, y adhesivos, que aportan la nota de color y permiten que cada cliente configure a su gusto su coche.
Citroën lo denomina universos, al referirse a los detalles de decoración exteriores, y de ambientes, al hablar de su interior. De manera que el Citroën Ami – siguiendo la nomenclatura oficial – podrá configurarse bajo 8 universos diferentes y 4 ambientes principales. También contará con algunos packs, partiendo de los iniciales, un Ami Pop con detalles naranjas y alerón trasero, y un Ami Vibe con detalles en gris y embellecedores de techo.
Sin conocer aún cómo transcurrirá exactamente el proceso de fabricación y entrega de un Citroën Ami, estoy convencido de que un distribuidor (no concesionario, de esto os hablaré más adelante) podría recibir un pedido a fábrica de 20 vehículos que llegarían exactamente iguales, y en un momento aplicar la configuración de personalización que seleccionó el cliente antes de entregárselo.
De hecho, todos los elementos de personalización de cada Citroën Ami caben en una de las cajas que ves en la fotografía superior.
Al ver por primera vez al Citroën Ami me pregunto por qué dispone de una puerta izquierda de apertura suicida, que se abre hacia atrás, al más puro estilo de un Rolls-Royce. Y al aproximarme a él, de nuevo, descubro que el panel del cual se compone la puerta izquierda es exactamente el mismo que el panel de la puerta derecha. Citroën, de nuevo para simplificar su producción y abaratar su reparación, haya optado por una pieza común, en la que el mecanismo de apertura y cierre se encuentra siempre en el mismo sitio.
Apertura y cierre que, por cierto, se practica desde el interior tirando de un cordel. Simplificación, ahorro de costes, y también de pesos. El último vehículo que probé que empleaba un sistema de apertura y cierre de este tipo creo que era algún deportivo alemán, de apellido GT.
Pero fijémonos también en ese enchufe que se deja ver en la parte baja de la fotografía superior.
La obsesión por la simplificación ha llevado a Citroën a incluir un sistema de carga basado en algo tan sencillo como un cable retráctil, con un sistema similar al de una aspiradora. Citroën quiere que tires del cable y lo conectes a un enchufe convencional. De hecho, el Citroën Ami está pensado para recargarse en el mismo enchufe en el que conectas el cargador de tu teléfono móvil.
Al contar con baterías con una capacidad muy reducida (ahora os hablaremos de ello), el proceso de carga del Citroën Ami en un enchufe convencional solo lleva 3 horas.
Citroën también ofrecerá opcionalmente cables para poder recargar el Ami en sistemas de tipo Wall Box y cargadores públicos.
Se venda poco o mucho, estoy convencido de que nos acostumbraremos a ver habitualmente al Citroën Ami por las calles de ciudades como Madrid, donde presta servicio emov by FREE2MOVE. Citroën ha concebido este vehículo, sobre todo, como una solución de movilidad ideal para prestar servicios, mediante planes de «alquiler» por años, meses, días, o incluso minutos, es decir, como coche compartido.
Sin habernos revelado aún cuando, Citroën reconoce que el Ami acabará llegando a la flota de emov en España, aunque primero hará sus pinitos en París y otras ciudades francesas. Mi gran duda al respecto reside en su autonomía. Con las baterías cargadas al máximo el Citroën Ami puede recorrer unos 70 kilómetros.
La capacidad de las baterías es de 5,5 kWh, nueve veces menos que las baterías de un Peugeot e-208, por poner un ejemplo, que dispone de 50 kWh. Su motor entrega 6 kW, suficiente para mover un vehículo tan ligero como este. Pensemos que sus baterías tienen una masa de solo 60 kilogramos. Nada que ver con la masa de las baterías de cualquier coche eléctrico.
Subiendo a bordo del Citroën Ami descubrimos otra gran diferencia del cuadriciclo de los chevrones con respecto a su compatriota el Renault Twizy. Si el Twizy optaba por una disposición de asientos en tipo tándem, en la que el pasajero iba justo detrás del conductor, el Ami alberga a un conductor y su pasajero uno al lado del otro.
La simplificación y optimización, de nuevo, son lo más destacable a bordo. Citroën ha instalado únicamente una pequeña pantalla tras el volante, a modo de instrumentación, probablemente por imperativo legal. El usuario solo tiene que colocar su teléfono móvil en un soporte, y apoyándose en las aplicaciones y servicios que ofrecerá Citroën, para disfrutar de su música, o su sistema de navegación favorito instalado en una aplicación en el teléfono móvil.
El Citroën Ami no tiene maletero, pero sí ha sido pensado para que podamos cargar algunos bultos, incluso voluminosos, en el espacio del pasajero, e incluso para que pueda viajar un pasajero en esa plaza con una maleta de mano o una mochila de gran tamaño en los pies.
Dentro de tantos detalles de simplificación y ahorro también nos encontramos alguna curiosidad, como el hecho de que todos los Citroën Ami equipen este techo acristalado. Eso sí, os daré un dato importante: el Citroën Ami no dispone, ni tan siquiera como opción, de aire acondicionado.
Indudablemente, el Citroën Ami brilla por sus cualidades en el ámbito urbano. Con 2,41 metros de longitud es significativamente más corto que un smart fortwo, e incluso más corto que el primer smart fortwo de la historia. Es capaz de girar por completo en un diámetro entre muros de 7,2 metros.
Su masa, sin batería, es de 425 kilogramos. Con batería incluida, el Citroën Ami tiene una masa de 485 kilogramos.
Aunque estos días ya os hemos hablado de que el precio del Citroën Ami es de unos 6.990 euros, hemos de destacar que este precio es, de momento, orientativo. Se trata del precio de venta el Francia, antes de subvenciones. Citroën aún tiene que definir el modelo de comercialización y el precio del Ami.
Si nos fijamos en el modelo francés veremos el tipo de planes de comercialización que nos podemos esperar del Ami. Por ejemplo, Citroën ha dispuesto de una suerte de financiación o multi-opción que se basa en una cuota mensual de 20 euros (19,99 euros) y una entrada inicial de algo más de 3.500 euros.
También ha pensado en una cuota por minuto de 26 céntimos de euro, para sus servicios de coche compartido en Francia (Free2move). En España es posible que esa tarifa sea incluso inferior. Pensemos que el último en incorporarse a la flota, el Peugeot e-208 compartido de emov, tiene un coste de 31 céntimos de euro por minuto.
Desconocemos, por otro lado, como se llevará a cabo la comercialización del Citroën Ami. En Francia este vehículo no va a distribuirse por los cauces habituales en Citroën, es decir, en su red de concesionarios. Citroën ha propuesto un modelo de venta en internet con entregas en espacios Ami reservados en las tiendas Fnac y Darty.
Insisto en que, tras conocer al Citroën Ami, tengo incluso más dudas acerca de su futuro que las que tenía antes de conocerlo. Dudas al respecto del tipo de cliente que puede recurrir a un vehículo como este que, reconozco me ha fascinado en muchos aspectos, pero hace que para mí sea complicado justificar sus ventajas, a tenor de sus limitaciones.
También tengo dudas acerca de su utilidad como coche compartido. La simplificación del Citroën Ami, el ahorro de costes de producción y, sobre todo, mantenimiento y reparación, son ideales para hacer viable un servicio de coche compartido. Pero su baja autonomía complica la logística, en un servicio que requiere un control de la carga de los vehículos en circulación y de la planificación de sus recargas.
No obstante, no podemos hacer otra cosa que congratularnos de que cada vez existan más alternativas, sobre todo enfocadas al ámbito urbano y a una movilidad más sostenible. No estoy seguro de que el Citroën Ami vaya a triunfar donde el Renault Twizy no lo consiguió, pero sí de que el panorama que encontrará en Citroën en 2020 será mucho mejor que el del Renault cuando se lanzó en 2012. Tan solo el tiempo nos dirá si el Citroën Ami pasará a la historia como la solución que necesitaban los urbanitas de esta década o como un adelantado a su tiempo que no triunfó por dar respuesta a una necesidad que aún estaba por llegar.
Más imágenes del Citroën Ami:
Citroën Ami 
