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Ford denunciada y acusada de manipular sus diésel, ¿será un nuevo caso Volkswagen?

La persecución contra los diésel no se detiene y las acusaciones de manipulación siguen surgiendo, poniendo en tela de juicio la actuación de muchos fabricantes – y no solo del Grupo Volkswagen – y sus prácticas para conseguir que sus diésel cumplieran con las normativas de emisiones. En esta situación que, con perdón de la expresión, se parece cada vez más a una caza de brujas, Ford acaba de ser denunciada en Estados Unidos y acusada de haber manipulado sus diésel en su modelo más importante en el mercado local, y el más vendido en el país desde comienzos de los años ochenta, sus camionetas Ford F-Series. Ford ha sido acusada formalmente de haber manipulado sus diésel con un dispositivo ilegal, similar al empleado por Volkswagen, con la colaboración de Bosch. ¿En qué consiste la acusación? ¿Está suficientemente fundamentada como para pensar que Ford ha manipulado sus diésel? ¿Será un nuevo caso Volkswagen?

La acusación que pesa sobre Ford y sus diésel

Se acusa a Ford de haber empleado un dispositivo capaz de alterar su funcionamiento en el proceso de homologación de las emisiones de su motor diésel, de manera que estas sean mucho más bajas que las emitidas en condiciones reales. La acusación es similar a la que sufrió Volkswagen tras descubrirse indicios muy claros de la existencia de este sistema, que a posteriori reconocería la propia marca. Pero en este caso no parece que existan indicios tan claros, ni tampoco un estudio tan elaborado, como el que llevó a cabo la West Virginia University y puso contra las cuerdas a Volkswagen. Ford, por su parte, ya habría desmentido la existencia de cualquier sistema ilegal en sus coches.

Por otro lado, esta acusación se habría lanzado sobre las versiones diésel de las Ford F-Series, y más concretamente contra las Ford F-250 Super Duty y Ford F-350 Super Duty con motores diésel fabricadas entre los años 2011 y 2017. De manera que la acusación recaería sobre productos de Ford destinados al mercado de Estados Unidos y no tendría la afectación global que sí tuvo el caso Volkswagen.

La acusación recae sobre productos comercializados en Estados Unidos y no existe el menor riesgo de que el caso se extienda, como sucediera Volkswagen, a los productos de Ford comercializados en Europa

La acusación llega en un momento en el que Ford planea aumentar la oferta de motores diésel en sus Ford F-Series. Recordemos que esta camioneta de Ford no solo es la línea más popular de la marca en Estados Unidos, sino también el producto que ha dominado el mercado estadounidense desde 1981. Ningún otro producto se vende más que este. Tal y como anunciábamos estos días, Ford ampliará la oferta diésel de este producto lanzando una Ford F-150 diésel.

Bosch acusada de manipulación de los diésel

Esta demanda no solo se ha interpuesto contra Ford, sino también contra la empresa alemana Bosch. Recordemos que Bosch también ha estado involucrada y ha sido investigada en el caso Volkswagen, y en otros muchos que tenían que ver con la manipulación de los diésel. Bosch es uno de los principales proveedores de la industria del automóvil, que además de desarrollar sistemas tan importantes como los que atañen a la seguridad, ha trabajado en soluciones de hardware y software que determinan la lógica de funcionamiento de estos motores.

Los diésel son una pieza fundamental del plan de crecimiento que ha previsto Ford para sus camionetas F-Series en Estados Unidos, también para mantenerse competitiva frente a sus rivales, con un producto que lleva siendo el más vendido en el país desde 1981

¿Tiene base la acusación contra Ford y sus diésel?

La acusación que pesa sobre Ford y la denuncia formal que se ha interpuesto contra la marca proviene de Hagens Berman, un importante despacho de abogados especializado en demandas colectivas, que quiere ejercer el papel de representante de los posibles clientes afectados. Estados Unidos es un país muy proclive a lanzar demandas colectivas indiscriminadas, a veces sin fundamento. En otros casos, las demandas colectivas han sido cruciales para hacer justicia en casos realmente complejos, defendiendo al consumidor, en los que la acción de un particular hubiera sido insuficiente para luchar contra la maquinaria legal que pueden poner a funcionar las grandes corporaciones. Porque casos tan sonados como los de Erin Brockovich son, por desgracia, una excepción.

En cualquier caso, en esta acusación hay razones que nos llevan a sospechar que no vaya a prosperar. Carecemos de datos que nos lleven a pensar que Ford no cometió ningún fraude, pero la acusación tampoco ha hecho públicos datos ni estudios que nos lleven a pensar lo contrario. En el caso de Volkswagen, por ejemplo, teníamos indicios muy claros de una actuación ilegal y un trabajo de análisis y estudio de las emisiones de los diésel de la marca alemana que se había llevado a cabo meticulosamente durante años.

¿Quién está acusando a Ford de manipulación de sus diésel?

También nos hace sospechar que el caso pueda estar enmarcado en una serie de demandas colectivas indiscriminadas, animadas por la repercusión que en los últimos años tuvo el caso Volkswagen, y no en un supuesto fraude fundamentado. Hagens Berman ha iniciado demandas colectivas contra otras muchas compañías de todo tipo, pero también fabricantes de coches por manipulación de sus diésel, demandas que aún siguen abiertas.

Hemos de dudar de que se trate de una acción con fundamento, o una más en una serie de demandas colectivas indiscriminadas animadas por la repercusión que tuvo el caso Volkswagen

Para que nos hagamos una idea de algunas de las demandas en las que está trabajando Hagens Berman, sus causas más importantes en estos momentos son tan dispares como el caso de la ralentización de los iPhone de Apple para alargar la duración de las baterías; unos huevos que Walmart vendía como «orgánicos» pero provenían de gallinas que jamás salieron de una granja; o el caso que ha revolucionado Hollywood en los últimos meses por las acusaciones de abuso sexual y violación que pesan sobre Harvey Weinstein.

Sinceramente, también nos sorprende que en lo que ha de ser una acusación formal, y muy seria, como esta, nos encontremos con expresiones que parecen más propias del chascarrillo, de un intento por ganar titulares, o llamar la atención de clientes de Ford. Expresiones como decir que «Ford debería haber llamado a sus camionetas Super Dirty (en castellano, supersucias) y no Super Duty».

Con lo cual, insistimos, no estamos ante un nuevo caso Volkswagen. Y como mínimo hemos de dudar que la demanda vaya a prosperar. Aunque también es cierto que en muchos casos estas demandas se resuelven sin que se demuestre la culpabilidad de una marca, con un acuerdo pactado entre los denunciantes, y el fabricante, para evitar la repercusión negativa que generan estas demandas, que a menudo es incluso peor que las consecuencias que conlleva que el juez falle en su contra.

Más imágenes de las Ford F-Series:

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