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Iberian Porsche Meeting 2017, otra razón más para ser cliente Porsche

En la entrada de la Marina de Cascáis no cabe un alfiler. Más de un centenar de Porsche de todas las clases, colores y tipos aguardan pacientemente para entrar. Aún no son las nueve de la mañana y todavía quedan otros 250 deportivos por llegar. Hay al menos medio centenar de chavales que aguardan, cámara en mano, para disfrutar de muchos de los deportivos que, como todos, hemos soñado alguna vez tener en el garaje.

Los habitantes de Cascáis, por su parte, imagino que estarán atónitos tras levantarse al oír tanto estruendo de motor bóxer por las calles de la ciudad. Yo también la puse cuando, en algún momento de las últimas tres semanas, Porsche decidió invitarnos a la primera edición del Iberian Porsche Meeting, una concentración de porchistas españoles y portugueses, que este año tenía lugar en Portugal, y a la que se habían inscrito 356 Porsche de todo tipo. “Podrían haber sido mil”, aseguraba Tomás Villén, CEO de Porsche Ibérica. Pero, ante la dificultad organizativa, habían limitado las inscripciones a 356 por el componente histórico de ese número.

Iberian Porsche Meeting, la mayor concentración de Porsche en la península

El plan pintaba fantástico: recoger un Porsche 718 Cayman S en Madrid y dirigirse hacia la concentración en Cascáis, para luego pasar por un circuito urbano en Évora y finalizar con una cena en el circuito de Portimao, en compañía de Mark Webber (ex piloto de F1 y campeón del mundo de resistencia con Porsche), August Achleitner (Vicepresidente de la línea deportiva de Porsche) y Roberto Gómez (ingeniero español de Porsche en el Mundial de Resistencia). En total 1820 kilómetros en la mejor compañía y con interesantes actividades en cada una de sus etapas. La idea, sentirse un cliente muy especial de Porsche por un día.

La Marina de Cascáis es hoy el sitio ideal para los fans de Porsche. Primero han comenzado a llegar los 911 en todas sus generaciones y variantes. Cupés, cabrios, targas… Después los Porsche Boxster y Cayman modernos, incluso hay un par de Panamera. No faltan a la cita un 911 R así como espectaculares 991 GT3, 991 GT3 RS, 996 GT2, varios 911 Carrera RS 2.7 o un Cayman GT4. Incluso hay un atractivo 912 con la carrocería corroída que, si pudiera hablar, seguro que tendría muchísimas historias que contar. Pero echábamos de menos los supercoches de la marca. Y cuando más nos acordábamos del 959 y del Carrera GT apareció un Porsche 918 Spyder. El último en llegar y el que más expectación generó. Más de un centenar de personas se arremolinaban para verlo e inmortalizar el momento con una foto del Porsche de los 800.000 euros.


Mark Webber, ¿acaso existe un mejor embajador de la marca?

Mientras los coches se disponían en la explanada de la Marina de Cascais, los periodistas nos encontrábamos reunidos con Mark Webber. “He estado en ambos bandos de Porsche, trabajando como piloto y también como cliente y, estés donde estés, es una familia”, nos aseguraba el piloto australiano.

Mark, como sabes, fue piloto de equipos como Minardi, Jaguar, Williams y Red Bull. Dejó la F1 en 2014 y se unió a Porsche en el mundial de resistencia, ganando las 24 horas de Le Mans en el año 2015. “El WEC es más relajado, mucho más abierto, estamos todos muy integrados porque es un trabajo en equipo. En la F1 hay mucho viaje, mucha prensa y se está más tiempo en compromisos (con patrocinadores)”. Mark se retiró en 2015 porque quería una vida más relajada. Valora el hecho de no tener horarios, incluso asegura que ya no está preparado para asumir riesgos de nuevo en competición, por lo que no considera volver a pilotar en ninguna otra categoría; prefiere trabajar en un equipo como Porsche, desarrollando, ayudando y compartiendo éxitos.

La salida de Cascáis fue un momento apoteósico. Los más de tres centenares de Porsche reunidos escapábamos de la ciudad a toda velocidad, por la Avenida Marginal, escoltados por la policía. La sonrisa de cientos de personas que nos acompañaban con aplausos, gestos, y banderas, bien merecía la pena.

Se hace raro circular por una autovía junto a otros 350 Porsche. Es todo un espectáculo. Desde Cascáis, nos separan 155 kilómetros del aeródromo de Évora, donde la organización había preparado una comida en los hangares, previa a una competición en un circuito urbano cerrado por las calles de Évora.


El futuro de Porsche pasa por vehículos de combustión y eléctricos

Durante la comida, pudimos compartir un rato con August Achleitner, vicepresidente de la Línea de Productos Deportivos de Porsche, que nos contó estar trabajando en lo que es un secreto a voces: una variante híbrida del 911, aunque Achleitner asegura que, de momento, no hay intención de comercializarla. “Nosotros tenemos que estar preparados para reaccionar muy rápido si fuera necesario. Sin embargo, ahora estamos concentrados en el Porsche Mission E, que es un eléctrico puro”. El Porsche Mission E es un deportivo eléctrico, un anti-Tesla, con configuración de sedán de cuatro puertas, cuatro plazas, 600 CV y que llegará en 2019. “Tenemos la intención de poner ambos mundos en el mercado (eléctrico y combustión), pero este tipo de decisiones las vamos tomando durante un par de reuniones al año en las que analizamos cambios de legislaciones en el mercado y estudiamos, por ejemplo, cómo afectaría la entrada en vigor de normativas como la prohibición de coches de combustión en Francia en 2040”.

¿Un 911 de cuatro cilindros? August Achleitner no titubeó lo más mínimo: “te puedo asegurar que no mientras yo sea responsable de la línea 911. El motor de cuatro cilindros es estupendo en el 718. Pero los seis cilindros son, en mi opinión, la única solución del 911”.

Tras la comida, nos dirigimos al pequeño circuito urbano cerrado en el centro de la ciudad. El circuito está compuesto por un par de rectas con chicanes comprendidas entre tres rotondas que hay que recorrer en el menor tiempo posible. Mientras esperamos nuestro turno, me acompaña en el Porsche 718 Cayman S Roberto Gómez, el ingeniero español de Porsche Motorsport, que me estuvo contando interesantes entresijos del mundial de resistencia.


Roberto Gómez, un español en Porsche Motorsport

Roberto es todo un privilegiado. Después de estudiar ingeniería industrial en la Universidad Politécnica de Madrid, pasó a formar parte como ingeniero en distintos equipos pequeños de competición. Estuvo con Emilio de Villota en F3 y posteriormente fichó por HRT con la mala suerte que el equipo echó el cierre justo después de su llegada. Pero, ya sabéis, cuando una puerta se cierra… Pocas semanas después fichó por Porsche Motorsport y, desde su llegada, todo han sido éxitos. Ahora vive feliz el sueño de trabajar en Porsche donde destaca muchos mimos como empleado por parte de la empresa a la que pertenece.

Roberto es categórico sobre Toyota en la pasada edición de las 24 horas de Le Mans. A su parecer, no cree que el resultado de la marca japonesa haya sido “cosa de mala suerte”, como mucha gente dice… tanto que asegura sentirse molesto cada vez que oye esta expresión. El madrileño atribuye el éxito de Porsche a la capacidad de trabajo de un equipo que le ha enseñado a tener siempre pensado “un plan B por si algo sale mal”.


Roberto insiste en que optar a la victoria pasa por tener soluciones pensadas y entrenadas para todos los problemas técnicos que puedan acontecer en carrera frente a lo que, considera, una improvisación de los japoneses. Por ejemplo, explica que el cambio de motor y batería del Toyota 8 tardó mucho más tiempo que la reparación del Porsche 2 a pesar de ser operaciones prácticamente iguales. Para él, Toyota sigue sin controlar todas las vicisitudes de la carrera. En Porsche tienen como lema nunca darse por vencidos y “ante cualquier problema, hay que hacer todo lo posible. Los mecánicos se lo tomaron como su carrera particular contra los mecánicos de Toyota, ¡a ver quién terminaba antes!”

No entiende la falta de fiabilidad del embrague del Toyota 7 o el hecho de que otro piloto diera una falsa salida al mismo coche. A su juicio, a Toyota le falta una mentalidad más “cuadriculada”, más “a la alemana”, donde cada pequeño detalle esté ensayado si quieren aspirar a la victoria.

El Porsche 718 Cayman S se siente especialmente bien en los más de 300 kilómetros por las carreteras del interior de Portugal, camino de Portimao. La pequeña distancia entre ejes y el motor colocado en posición central le confieren un comportamiento inigualable. Y el nuevo motor de cuatro cilindros de la versión “S” es, a diferencia de la versión de acceso, una pieza sobresaliente. Se siente pletórico de potencia en todo el rango de revoluciones. Muy rápido, muy ágil y con un paso por curva veloz. Es cierto que el motor no suena como el anterior seis cilindros o que el sonido de los escapes, a pesar de ser idéntico a los Porsche clásicos, se percibe algo novelesco… Pero el 718 Cayman S tiene un comportamiento que lo sitúa como el mejor de su clase.


Fin de fiesta con un Porsche 911 GT2 RS

En el circuito Portimao nos esperaba una cena de gala con otros compañeros periodistas y con todos los miembros de la familia Porsche. Antonio Branco, Presidente del Club Porsche Portugal y Tomás Villén, CEO de Porsche Ibérica, agradecieron a los asistentes su participación y apoyo a la marca. Tomás Villén mostraba un vídeo de Le Mans 2017, transmitiendo el “no darse por vencido” como uno de los principales valores de la marca.

Y luego daba paso a la sorpresa de la noche, la aparición del nuevo Porsche 911 GT2 RS, que una semana antes se había presentado en el Festival de Goodwood. Mark Webber fue el encargado de presentarlo como “un coche para valientes”. Con 700 caballos, 0-100 en 2.8 segundos o una punta de 340 km/h es el 911 más potente de la historia. Entre sus novedades destaca un sistema de refrigeración por agua o xxxx. Aunque lo realmente sorprendente es su presencia, su inmenso alerón, su techo de magnesio, su capó de fibra de carbono y sus genes sacados de competición. El propio Webber afirma que es un coche para valientes, al que hay que tener mucho respeto. Él mismo ha participado durante cuatro jornadas en la fase final de desarrollo en el Nordschleife. Trabajó en la fase final de la puesta a punto de elementos como la suspensión, el control de tracción o el set-up de la tracción total.

Ser cliente de una marca como Porsche, no sólo versa de conducir un deportivo sensacional, también es la posibilidad de sentirte en una familia con gente que comparte la misma pasión. Deseando que llegue la segunda edición del Iberian Porsche Meeting que, ojalá se celebre en España, me quedo con los recuerdos de haber disfrutado de un fin de semana extraordinario, una de esas vivencias que no se olvidan en la vida.


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