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Un lugar de culto más que visitar: Mazda estrena su primer museo en Europa (y sí, deberías ir)

Hay algunos lugares a lo largo y ancho del planeta que todo buen aficionado al mundo del automovilismo debería visitar o experimentar al menos una vez en su vida. En esa lista no podría faltar dar unas vueltas al que probablemente sea el circuito más famoso del mundo, Nürburgring; vivir las 24 Horas de Mans de Le Mans en el trazado de La Sarthe; peregrinar a Monza; recorrer kilómetros y kilómetros a más de 200 km/h por una Autobahn alemana; o visitar la variedad de museos repartidos por toda Europa (y el mundo), entre los que se cuentan imprescindibles como el de Porsche y Mercedes-Benz en Stuttgart, el museo de Enzo Ferrari en Modena o, más cerca de casa, la impresionante colección de Rolls-Royce de Miguel de la Vía en Torre Loizaga. A esta lista hay que añadir ahora otro lugar más: el museo que Mazda ha abierto en Augsburgo (Alemania), y que es el primero de la marca fuera de Japón. Sigue leyendo, porque la visita merece la pena.

Un museo situado en plena cuna del automóvil

Augsburgo es una ciudad del sur de Alemania perteneciente al Land de Baviera situada a sólo 70 kilómetros al noroeste de Múnich. Es aproximadamente la misma distancia que la separa de Ingolstadt, la ciudad natal de Audi. Algo más lejos, a unos 170 kilómetros al oeste, se encuentra Stuttgart. Augsburgo está, por tanto, muy cerca de la cuna del mismo automóvil, en una zona donde la densidad de museos a visitar acaba de aumentar gracias a Mazda.

El Museo Frey de Automóviles Clásicos Mazda (así es su nombre completo) es el primer museo de Mazda en Europa y acaba de abrir sus puertas. Este espacio, que de hecho es el único de estas características fuera de Japón, será el encargado de honrar la memoria de la historia de un fabricante que se dice a sí mismo «rompedor de todos los convecialismos». Hay razones de peso (he aquí una) para estar de acuerdo con esa afirmación.

La atracción principal del museo son los 45 coches de todas las épocas,
entre los que hay auténticas rarezas que nunca se vendieron en Europa

Este museo es un proyecto de Auto Frey, un concesionario alemán de Mazda que ha contado con la ayuda de la filial germana de la marca. Aunque en él se hace un repaso a toda la historia de la marca (le falta poquito para cumplir un siglo) la atracción principal es, sin duda, la exposición de más de 45 vehículos formada por modelos clásicos de Mazda.

Un nutrido surtido de modelos en el que hay coches vendidos en Europa pero también Mazdas que solo se han comercializado en otros lugares del mundo, a lo que hay que sumar algunas auténticas rarezas pertenecientes a la extensa colección privada de la familia Frey. El museo tiene cabida en unas cocheras para tranvías de Augsburgo que datan de 1897 y, además de la propia colección, cuenta también con una zona para celebración de eventos, restaurantes y la típica tienda de regalos.

¿Qué modelos hay expuestos en el museo de Mazda? Aviso: te gustarán todos

Vale, quizá no os gusten todos pero estoy convencido de que lo hará la mayoría. Y es que entre los modelos expuestos hay auténticas joyas dignas de admirar. Entre ellas destaca un Mazda Cosmo Sport de 1967, un Mazda Luce RX87 de 1969 y varias unidades de las distintas generaciones del Mazda RX-7, el vehículo con motor rotativo más vendido de la historia. Entre estas últimas destaca una muy especial: el RX-7 que perteneció al mismísimo Felix Wankel, el inventor del motor rotativo que lleva su apellido.

Desde el primer Mazda producido en serie hasta el RX-7 del mismísimo Felix Wankel, el museo alberga joyas excepcionales

No podía faltar, por supuesto, el primer turismo de producción en serie de la marca nipona, el Mazda R360 de 1960, o el curioso Mazda K360: un vehículo ligero de tres ruedas de 1962. Pero la variedad se extiende de forma excepecional y en el museo se puede ver desde un modesto Mazda 616 de 1976 -el primer modelo de la marca comercializado en Alemania- hasta el peculiar Mazda AZ-1 de motor central y puertas tipo alas de gaviota, pasando por el Mazda Familia 1000 coupé de 1966.

Aún así, los mencionados hasta ahora no estarán todos expuestos temporalmente, sino que la exposición cambiará continuamente. Una maniobra que servirá para hacer más atractivo aún la visita al museo, y que la familia Frey tiene previsto para ir rotando otras joyas de su colección, que asciende a más de 120 vehículos. Así mismo, desde el museo esperan que sus instalaciones se conviertan en espacio de encuentro para clubes de modelos clásicos de Mazda y eventos de coches de época en general.

Fuente: Mazda
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