Tal vez te cueste reconocerlo. Sin sus alas de gaviota y, sobre todo, sin su enorme estrella en la parrilla frontal, o sus branquias tras las aletas delanteras, el Mercedes 300 SL no parece el mismo. En 1954 nacía uno de los deportivos más famosos de todos los tiempos y el verdadero icono de Mercedes-Benz, el Mercedes 300 SL. Para conocer su variante descapotable, un deportivo con mucho encanto a pesar de haber renunciado a una de las soluciones técnicas más espectaculares del coupé, sus alas de gaviota, el mundo aún tendría que esperar tres primaveras. Presentado en el Salón de Ginebra, en marzo de 1957, el Mercedes 300 SL Roadster cumple 60 años.
La fotografía que ilustra esta entrada nos presenta una unidad del Mercedes 300 SL Roadster original, el W198 II, fabricado entre 1957 y 1963, que pasó por un proceso de restauración en el Mercedes-Benz Classic Center en 2011. En aquel lapso de tiempo Mercedes-Benz llegó a fabricar 1.858 unidades del Mercedes 300 SL Roadster, una producción superior incluso – porque también lo fue el periodo en que se estuvo produciendo – a la del Mercedes 300 SL Gullwing de carrocería coupé, del que se fabricarían 1.400 unidades entre 1954 y 1957.
Y la razón por la cual se decidió que la marca de la estrella necesitaba un descapotable basado en la plataforma del famoso «alas de gaviota» no fue otra que Estados Unidos. La demanda al otro lado del Atlántico de un descapotable propiciaría el lanzamiento del Mercedes 300 SL Roadster, por no hablar del hecho de que más de la mitad de los Mercedes 300 SL Gullwing que se habían producido, 800 de un total de 1.400 unidades producidas, hubieran acabado en Norteamérica.
En cualquier caso, la idea de lanzar un Mercedes 300 SL Roadster había comenzado a fraguarse mucho antes, coincidiendo con el lanzamiento del «alas de gaviota». Un 2 de junio de 1954, Mercedes-Benz aprobaba la creación de tres prototipos, dos que se emplearían para pruebas, y un tercero para presentaciones internas. Y en julio de 1955 finalmente se aprobaría el lanzamiento de este descapotable.
La simplicidad que se aprecia en estas imágenes contrasta, y mucho, con la compleja estructura que escondía el Mercedes 300 SL en su interior, que se hace aún más patente en la siguiente imagen del chasis y el armazón del coupé. Obviamente, Mercedes-Benz tuvo que adaptarlo con múltiples modificaciones y refuerzos para adecuarlo a los requisitos de un descapotable.
Con todos los refuerzos recibidos y con multitud de cambios para perfeccionar su calidad de rodadura, y apostar por la filosofía de un gran turismo descapotable, el Mercedes 300 SL Roadster aumentó su masa en 120 kilogramos con respecto al coupé. Lo cual ya es mucho decir a tenor de que el Roadster prescindía de un sistema complejo de apertura de puertas como son las «alas de gaviota».
En la imagen superior, el chasis del Mercedes 300 SL Roadster.
Así las cosas, el Mercedes 300 SL Roadster se convertiría en lo que hoy en día sigue siendo, en un objeto de deseo. En un deportivo descapotable que ya en noviembre de 1958 consiguió hitos que hoy en día aún nos siguen sorprendiendo, como el de recorrer los más de 80 kilómetros que separan Munich de Ingolstadt a una velocidad – no punta, sino media – de 242,5 km/h.
El Mercedes 300 SL Roadster en la publicidad de la época.
En Diariomotor:
Mercedes-AMG SL Roadster 
