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Mercedes SLR McLaren 999 Red Gold Dream: cómo arruinar un SLR, y desperdiciar 5 millones de euros

El mundo del tuning siempre cae en excesos, y gustos por así decirlo…cuestionables. Una vez más, queremos recordaros una de las mayores atrocidades cometidas en el nombre del tuning, que tuvo como víctima a un inocente Mercedes SLR McLaren. Su nombre completo es Mercedes SLR McLaren 999 Red Gold Dream, y ha sido el niño mimado del millonario suizo Ueli Anliker. ¿Soy yo, o alguien está cortando cebollas? Porque mis ojos lloran y pican. Esta es la historia de una de las preparaciones más desafortunadas de los últimos años. Definitivamente, el dinero no va necesariamente acompañado del buen gusto.

Hasta el escape es de oro, y ha sido movido hacia el paso de rueda trasero. Los logotipos de su creador adornan la superficie del coche.

Con demasiado dinero para gastar, y el sueño de tener un superdeportivo único, Ueli Anliker decidió tomar como base un Mercedes SLR McLaren. Un interesante superdeportivo de motor delantero, 626 CV de potencia y un espectacular diseño. A Anliker le gustan los tonos dorados y llamar la atención, por lo que en su cabeza comenzó a dar forma al «999 Red Gold Dream». En él invirtió la friolera de cinco millones de euros y más de 30.000 horas de trabajo, implicando a 35 personas en su creación. No podemos decir que no hayan dado resultado, porque lo cierto es que el coche luce muy diferente al SLR de partida.

Top Gear definió en su momento al «999 Red Gold Dream» como «capaz de agujerear tus ojos y protagonizar tus pesadillas». Desde luego, es una forma de verlo. No se escatimó en pintura: la carrocería de este Mercedes SLR McLaren ha sido pintada con 25 capas de potente color rojo pasión. Para darle a la pintura un efecto metalizado, Anliker pensó que era buena idea espolvorear 5 kilos de oro – has leído bien – bajo la última capa de pintura. Aunque las llantas son las originales del coche, su centro ha sido reemplazado por el logo personal del suizo y han sido cromadas en oro de 24 quilates.

128 LEDs en el spoiler delantero y 99 LEDs en el trasero actúan como luces diurnas y antinieblas.

El kit de carrocería del SLR es digno del «salvaje oeste» americano. Su paragolpes delantero podría apartar bisontes de la carretera o actuar como pala quitanieves en caso de necesidad. Según su creador, «produce 100 kg de fuerza descendente a 350 km/h». En la zaga también se ha instalado un enorme alerón, que junto al paragolpes trasero generan un total de 230 kilos de fuerza descendente a la velocidad punta del coche. Sí solo se les hubiera ocurrido a los ingenieros de Mercedes… Este kit de carrocería está acentuado con detalles de oro y el tirador del maletero es un diamante de enormes dimensiones.

Si el exterior de este coche te ha parecido elegante y refinado, espera a ver el interior. Creo que conducir este superdeportivo durante más de 10 minutos anula varias funciones vitales fundamentales. El salpicadero y paneles del interior han sido tapizados en lo que parece látex de color rojo y piel de serpiente de color dorado. Me cuesta pensar en una combinación de colores más desafortunada. Además de esta tapicería, por todo el habitáculo hay repartidos 600 rubíes, que buscan acentuar la opulencia y ganas de ser visto de su dueño. Incluso el interior del maletero es dorado, por el amor de Dios.

No consigo entender cómo este hombre ha hecho una fortuna con sus preparaciones. También posee varios clubs y una empresa de comida thai.

A nivel mecánico, Ueli Anliker afirma en su web que el objetivo de la preparación era llegar a los 1.000 CV de potencia. No sabemos si llegó o no, pero teniendo en cuenta que el coste de crearla fue de 5 millones de euros, podría perfectamente haberle instalado un motor de avión en sus entrañas. Ueli Anliker incluso ordenó la composición de una canción conmemorativa y en su web detalla su creación en fotos y vídeos. El magnate aparece acompañado de su coche y su novia asiática, vestida con ropa demasiado ligera, de nuevo de color dorado. Vuestra cabeza también echa humo, ¿verdad?

Anliker parece haber hecho fortuna con su negocio de preparaciones, o al menos eso dice en su web, que parece haber sido construida en 2002. Las últimas noticias de este suizo nos llegaban en 2011, cuando anunciaba que ponía a la venta su joya. ¿El precio? Apenas 8 millones de euros, según su parecer, justificado en los materiales empleados y su carácter único. Personalmente, habrían tenido que pagarme para conducir un coche así. Sólo devolverlo a su estado original costará una verdadera fortuna. Desde este último proyecto, Anliker ha desaparecido del radar. ¿Indigestión de shnitzel con oro espolvoreado? ¿Arrepentimiento extremo?

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