¿Se puede mejorar una receta como la del Porsche 718 Cayman GT4? Para un amante de los cabrios sí, y se llama Porsche 718 Spyder. La variante más deportiva del Porsche 718 Boxster se presenta no solo con un diseño mucho más personal, sino con una receta que lo hacen un capricho difícil de no llevar al garaje. Por ello, nada como esta prueba en vídeo del Porsche 718 Spyder para descubrir lo que supone desbocar 420 CV a cielo abierto.
Sobra decir que caímos rendidos de lo último de Porsche tras nuestra prueba del Porsche 718 Cayman GT4. Un coche que ofrecía esa filosofía de coche deportivo donde menos es más y en donde se demuestra que la verdadera felicidad reside en fórmulas sencillas y puras. Definimos aquel GT4 como un juguete solo apto para adultos, con un planteamiento delicioso con el que irse de Track Days sin tener que ser piloto profesional para marcar tiempos, y además salir de allí con una sonrisa. Pero Porsche no da puntada sin hilo y por ello, para los que el circuito es solo una opción remota, decidió recuperar la denominación Spyder.
Más allá de lo que ofrece el nuevo Porsche 718 Spyder, si existe un acierto en esta nueva generación está en haber basado este nuevo Spyder en el GT4. Una idea defendida con la intención de ofrecer un mismo coche para dos estilos de conducción muy diferentes. Tal es el acierto de la marca en esta equiparación que nos encontramos con un mismo peso de 1.420 Kg entre carrocerías, con además prestaciones prácticamente idénticas con el 0-100 Km/h clavado en 4,4 segundos y la punta estirada hasta los 301 Km/h en el Spyder por los 304 Km/h del GT4.
Si el Porsche 911 tiene a sus codiciadas versiones Speedster, el Porsche 718 tiene al Spyder como su máximo referente. Frente a un Boxster nos encontramos con una filosofía más purista y pasional donde la renuncia en practicidad esconde un buen motivo. El rediseño de la cubierta posterior acerca al 718 hacia la silueta icónica de una barchetta con dos jorobas firmando el trazo. Este 718 Spyder está pensado para no conocer más techo que el cielo, aunque para aquellos que piensan en el por si acaso, sí que existe una capota de lona de diseño específico que cuenta con accionamiento manual y que se esconde tras los arcos de seguridad.
Durante nuestra prueba bien pudimos dar cuenta de esa capota por la lluvia que nos regalaron los Highlands escoceses, pero un servidor se negó a sacarla a relucir más allá de algunas fotos. Conducir un 718 Spyder no es algo que se haga todos los días, y por ello preferí optar por la velocidad para alejar el agua del habitáculo.
Con 420 CV capaces de llevar la aguja del cuentarrevoluciones hasta los 8.000 rpm disfruté como un verdadero enano a los mandos del GT4. Pero fue llegar al 718 Spyder y recordar que si hablamos de sonido y sensaciones, nada como eliminar el techo. El plan no podía ser mejor, con carreteras de montaña con las que hacer trabajar de forma constante al cambio y con 6 cilindros que nunca se cansan de pedir gas. Cada relación exprimida hasta el corte y vuelta a empezar, y en cada viaje hasta la zona roja del cuentavueltas un escape que llena el habitáculo con ese sonido metálico y gutural de los flat six de la marca. Sublime.
Dinámicamente nos encontramos un coche que, como su hermano de carrocería coupé, alcanza el sobresaliente con una receta impecable. Este Spyder luce bajo su piel un chasis que permite alcanzar un ritmo de conducción muy alto, no solo por ser un deportivo de motor central que obviamente influye, sino por reunir toda una lista de ingredientes que hacen que el resultado final sea el ideal para un deportivo de este tipo. A destacar, y sobremanera, la precisión y tacto de la caja de cambios manual con 6 relaciones, con envío hacia el tren posterior a través de un autoblocante que firman un trabajo capaz de poner literalmente los pelos de punta.
No hay extraños ni electrónica que limite la conducción, el coche fluye sacando lo mejor de su puesta a punto, siendo ésta tan buena que solo forzando mucho o con un firme demasiado complicado hacen acto de presencia los controles. A ello se añade una dirección que por desgracia solo es posible encontrar en Porsche, una dirección precisa y muy comunicativa que te permite conseguir un nivel de compenetración con el coche realmente increíble, consiguiendo así disfrutar de muchísima confianza para saber donde están los límites en cada instante. El resumen de todo esto resulta más fácil que su visión punto a punto, descubriendo que el 718 Spyder permite imprimir un ritmo de los que deja sin respiración, pero al mismo tiempo brilla por ser un coche muy sencillo de llevar a donde quieres y por donde quieres.
No puedo sino confesarme ferviente amante de los descapotables en cualesquiera de sus posibles diseños, pero sin duda es esta visión más pura de la barchetta como la que defiende este Porsche 718 Spyder la que consigue quitarme el sueño. Diseño, prestaciones y diversión se dan la mano en un coche que puedes llevarte tanto de Track Days como de escapada por tu puerto de montaña favorito sabiendo que tienes coche de sobra para cumplir en ambos escenarios. Pocos coches, muy pocos, ofrecen tanta diversión y exclusividad como este Spyder cuando de se trata de hablar de verdadero placer de conducción.
Porsche 718 Boxster 
