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Toma de contacto con el nuevo Renault Megane Sport Tourer, un familiar atractivo y juvenil

La actual generación del Renault Megane ha conseguido renovar el espíritu del modelo original, y pese a que lleva a la venta apenas unos meses, ya ha conquistado los corazones de medio mundo gracias a un diseño que rompe con las generaciones anteriores. Tras el lanzamiento de la variante compacta, es el momento de probar la carrocería familiar, que intenta atraer con el corazón además de la razón.

La primera generación del Megane con carrocería familiar se lanzó al mercado en 1999. Por aquel entonces su nombre sólo hacía referencia a su condición de vehículo práctico -Megane Break-, y su intención era la de ofrecer una alternativa de gran capacidad interior sin necesidad de adquirir un vehículo de grandes dimensiones.

Sin embargo, poco a poco,  y con el paso del tiempo y las generaciones, el tercer volumen del Megane se fue  integrando en el diseño hasta llegar a nuestros días, con una carrocería mucho más atractiva y unas pretensiones -con ver el nombre es suficiente, Sport Tourer- mucho mayores. Así, la cuarta generación de la carrocería más familiar del Megane quiere convertirse en la alternativa de referencia en el segmento.

Un diseño más emocionante sin dejar de lado la identidad del modelo

El Sport Tourer es la tercera carrocería de la cuarta generación del Renault Megane. Se trata de la variante más práctica de cuantas versiones de Megane se construyen actualmente. El diseño, sin embargo, se ha tomado una vez más como pilar fundamental en la construcción de este modelo, de forma que el coche siga entrando por los ojos.

El frontal es calcado al del modelo compacto. Si miramos al coche de frente, no encontraremos la más mínima diferencia entre carrocerías, a excepción de las barras del techo. Se mantienen elementos que conforman la identidad del coche como los grupos ópticos con la firma luminosa LED en forma de C o el gran logo en el centro de la parrilla.

Es en el lateral donde realmente comienzan las diferencias. Cabe destacar que el Megane Sport Tourer es 27 cm más largo y 1 cm más alto que el Megane 5p. No obstante, las proporciones están muy bien estudiadas de forma que el añadido está realmente bien integrado, algo que por otra parte ya es norma habitual en la industria.

Uno de los puntos claves del diseño de este modelo es la moldura cromada en forma de L que recorre la superficie acristalada, terminando su trayectoria en la pequeña ventanilla situada en el pilar C. Gracias a esta moldura, de tendencia ascendente si miramos el coche de adelante a atrás, la imagen del coche es más robusta y atractiva.

En la parte trasera, los cambios son evidentes, pero la esencia del diseño del Megane se mantiene ahí. Es admirable el esfuerzo de los diseñadores por preservar la identidad del modelo, algo que se ha conseguido gracias la utilización de elementos como los pilotos traseros alargados con la firma lumínica LED. La integración del tercer volumen en la carrocería se ha conseguido gracias a un alargamiento de 4 cm en la distancia entre ejes, permitiendo que la parte trasera no parezca un «pegote» y sí una parte más del conjunto.

Más capacidad de carga y un poco más de espacio para las plazas traseras

En el interior los cambios están destinados, como es lógico, a la parte trasera del coche. Y es que en la parte delantera seguimos encontrando el mismo salpicadero con un diseño atractivo y unas calidades sustancialmente mejores que en los Renault de antaño. Las últimas creaciones de la firma del rombo han sufrido un agradable aumento de la calidad, algo que ya es evidente en modelos como la Espace, el Talismán o este nuevo Megane.

Se mantienen por tanto las cotas en las dos plazas delanteras, que dependiendo del acabado disponen de unos asientos muy cómodos, con posibilidad de calefacción e incluso masaje para el conductor. En caso de optar por los acabados GT o GT Line, los asientos se transforman en una suerte de semibackets con el apoyacabezas integrado.

En la parte trasera, la segunda fila de asientos se beneficia del aumento de batalla para mejorar el espacio para las piernas, que alcanza los 21.6 cm, una de los mejores cotas del segmento.  Además, los chicos de Renault han decidido renunciar a un aumento masivo de la capacidad de carga en pos de una mayor comodidad de los usuarios. Para ello han inclinado el respaldo trasero para lograr un ángulo de 27º respecto a la vertical, mejorando así la postura de los pasajeros.

No obstante, el maletero ha crecido hasta alcanzar los 521 litros de capacidad, que si bien no es mucho en términos globales, sí comporta un aumento significativo respecto a los 384 litros de la versión compacta. Como parte del enfoque práctico del vehículo, se ha incluido un suelo que oculta parte de la carga o que permite dividir el espacio disponible. Además, los respaldos de los asientos se pueden abatir mediante la acción de sendos tiradores situados en las paredes del maletero.

Una gama de motores completa con espacio para la deportividad

Renault ha tomado la decisión de ofrecer absolutamente todos los motores que ya estaban disponibles en el Megane 5p también en el Megane Sport Tourer, de forma que las posibilidades son realmente extensas. En gasolina son tres las opciones disponibles: 1.2 TCe de 100 y 130 CV y 1.6 TCe de 205 cv, mientras que en diésel son 4 las posibilidades: 1.5 dCi de 90 y 110 CV o 1.6 dCi de 130 y 165 CV. Todos los motores están asociados de serie a una caja manual de 6 velocidades excepto los dos más potentes -1.6 TCe 205 y 1.6 dCi 165- que equipan una caja automática de doble embrague EDC de 6 velocidades.

Además de todas estas opciones, en un par de meses llegará la versión dCi 110 Hybrid Assist, una variante que asocia el motor 1.5 dCi de 110 cv con un pequeño motor alimentado por un sistema de 48V que aporta hasta 15 NM extra en momentos puntuales de la conducción. En términos prácticos el conductor no nota nada a excepción de una conducción más suave.

En marcha, el Megane Sport Tourer se comporta como un Megane al uso, con una buena dinámica y una comodidad muy destacable. Es un vehículo muy apropiado para viajar en carretera gracias también a una insonorización bien estudiada. En carreteras de curvas el coche muestra un toque dinámico muy agradable.

En el caso de las versiones GT (1.6 TCe 205 y 1.6 dCi 165) se modifican los tarados de suspensión y dirección, mejorando el guiado y la precisión. Además se incorpora de serie el sistema de cuatro ruedas directrices 4Control, que mejora la estabilidad, aportando una agilidad al conjunto que llega a resultar sorprendente, ya que, sobre todo al principio, parece que el coche «gira de más».

Desde 17334 euros con seis acabados diferentes

La gama del Megane Sport Tourer está estructurada en seis acabados diferentes Life, Intens, ZEN, GT Line, Bose y GT. En todos ellos encontramos de serie elementos como el aire acondicionado, el ESP, la conectividad bluetooth o el ordenador de abordo. Dentro de los mismos se añaden elementos según nuestras preferencias, con la posibilidad de instalar sistemas como los faros LED, las llantas de 18 pulgadas, un Head-Up Display o un sistema de frenada de emergencia.

La gama, arranca en los 17334 euros de la versión 1.2 TCe 100 Life, aunque las versiones que se venderán más -las diésel de 110 CV y gasolina de 130 CV- tienen un precio de partida de 18742 € para la variante TCe 130 Intens y de 20678 € para la versión dCi 110 Intens.

Estos precios implican un aumento de entre 500 y 700 euros respecto al Megane de 5 puertas, colocándose en la media del segmento. Luchará con rivales de la talla del SEAT León ST, el Opel Astra ST o el Peugeot 308 SW, así que la batalla está más que servida.

 

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