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Saab Phoenix Concept (2011): recordando el que podría haber sido el prometedor futuro de Saab

La bancarrota y posterior muerte de Saab fue una de las efemérides más oscuras de la industria automovilística en 2011. Un proceso largo y doloroso, en el que ningún inversor se decidió a rescatar a uno de los emblemas del automóvil escandinavo. La bancarrota de General Motors trajo consigo una reducción de «pesos muertos», en la que Saab fue abandonada a la deriva. El Saab Phoenix Concept fue el último intento de renacimiento de la marca sueca, que desgraciadamente, no logró emerger renovada y fuerte de las cenizas.

Saab entró en concurso de acreedores en 2011, y nunca fue rescatada. Su desaparición aún es dolorosa.

El futuro de Saab no pintaba tan mal, ya alejada de la órbita de General Motors, a la que había ocasionado no pocas pérdidas en la primera década del siglo XXI – ya fuese por la excesiva burocracia de GM, una mala gestión o el lanzamiento de productos poco atractivos. Fuera como fuera, el Saab Phoenix Concept representaba el futuro de la marca, inmersa en un complejo plan de inversiones cuyo objetivo último era el desarrollo de una plataforma modular llamada Phoenix, que habría estructurado sus futuros lanzamientos.

El Saab Phoenix Cocncept fue presentado en el Salón de Ginebra de 2011, hace ya cinco años y medio. Diseñado por Jason Castriota – que antes había trabajado en Bertone – inauguraba una filosofía de diseño llamada «Aeromotional». De nuevo, el leit motiv era la conexión de Saab con el mundo aeronáutico, la misma que ha definido a la marca desde su nacimiento. La aerodinámica jugaba un papel clave en aquél bonito prototipo, plagado de flaps y soluciones aerodinámicas enfocadas a mejorar tanto dinámica como consumos de combustible.

Sus flaps laterales estaban encargados de estabilizar el vehículo a alta velocidad, y su aspecto era innovador.

El frontal del coche estrenaba una nueva filosofía de diseño, con una calandra en forma de herradura invertida que aún hoy se ve moderna, flanqueada por finas ópticas LED. Llantas en forma de turbina y unas puertas de apertura «tipo Lamborghini» acaparaban la atención, pero no tanto como su spoiler trasero o su zaga, oscurecida y dotada de una gran matriz de luces LED. Su caída trasera era de tipo Kammback – como la de un Toyota Prius, aunque más bonito – diseñada con el menor coeficiente aerodinámico en mente.

Curiosamente, el diseño final del BMW i8 de producción es muy parecido a este coupé de 2+2 plazas diseñado por Saab en el lejano año 2011, quizá por sus puertas y el aspecto general de su carrocería. Me quedo con la innovadora zaga del Saab Phoenix, y la multitud de detalles aerodinámicos presentes en su diseño. Su puesto de pilotaje – parecía que estábamos entrando en un avión de combate – era inmersivo y toda la presencia era de un único reloj central, en el que se aglutinaba toda la información necesaria.

Su sistema de infoentretenimiento empleaba el entonces (año 2011) novedoso sistema operativo Android.

Sí, era claramente típico de un prototipo, pero algunas soluciones habrían posiblemente terminado en los vehículos de producción – cuyo diseño final habría sido este. Llamaba la atención la incorporación de un nuevo sistema de infoentretenimiento llamado IQon, basado en el entonces novedoso entorno Android. El Saab Phoenix Concept empleaba un sistema de propulsión híbrido, consistente en un motor de gasolina propulsando el eje delantero y un propulsor eléctrico de 34 CV para el eje trasero.

Este sistema híbrido se denominaba eXWD. Fue en parte desarrollado en asociación con BMW/PSA, que suministraba el motor 1.6 THP de 200 CV que movía el eje delantero del Saab Phoenix – Saab prescindía ya de motores de origen General Motors. A nivel dinámico, este híbrido de más de 200 CV disponía de varios modos de conducción, y prometía una dinámica muy interesante. Por desgracia, jamás llegó a materializarse en un vehículo de producción. La plataforma Phoenix tampoco llegó a las calles.

Aún hay miles de Saab en funcionamiento y un museo en Tröllhattan, antigua sede de la marca.

Varias empresas chinas se interesaron por la tecnología, y algunas compraron derechos de la marca, llegando a vender en china los Saab 9-3, fabricados localmente. La plataforma Phoenix aún tenía un 10% de componentes de origen General Motors y se rumorea que fue uno de los impedimentos técnicos para garantizar el futuro de Saab. Hoy por hoy, lo que queda de Saab es el recuerdo, y NEVS, una empresa que fabricará un coche eléctrico destinado al mercado chino usando la plataforma del antiguo Saab 9-3 como base.

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