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Desmontando mitos: ¿SEAT es realmente una marca española?

Hace unos días, hablando acerca de una nueva alianza entre SEAT y Telefónica, entendimos que era apropiado valorarlo como la unión entre dos firmas españolas. Muchos comentarios nos llevaron a pensar en un tema que a nosotros nos resulta tan interesante para comunicar, como para abrir un debate alrededor. ¿SEAT es realmente una marca española? No creo que nadie dude de la importancia de SEAT en Cataluña, donde se estableció en los años cincuenta, ni tampoco en España. Pero sí puede ser un momento oportuno para recordar por qué SEAT ha de considerarse una marca española, o no, y hasta qué punto hay ADN alemán, y patrio, en el mestizaje natural y necesario existente en cualquier marca de coches en estos tiempos que corren, en una marca perfectamente integrada en un grupo automovilístico tan importante como es Volkswagen.

SEAT, la marca española por excelencia

Con un capital inicial de 600 millones de las antiguas pesetas, nacía la Sociedad Española de Automóviles de Turismo. Nadie puede ignorar que aquella marca nacía, con el objetivo de motorizar la España de la posguerra, y animada en buena parte por la iniciativa pública de un régimen muy proteccionista. Eso no significa que haya que rasgarse las vestiduras. Algunas de las fábricas más importantes en España nacieron precisamente animadas por ese proteccionismo, por ser un país en el que la producción era económica y puso tanto las trabas, como las ayudas necesarias, para que producir coches en casa fuera una buena idea.

Por suerte, esas fábricas, como sucediera con SEAT como marca y fabricante local, afrontarían los retos que fueron encontrando en las décadas posteriores para llegar hasta nuestros días y permitir que España sea hoy en día uno de los fabricantes más importantes de Europa, y el mundo.

SEAT nació como una empresa con mayoría de capital pública, en la España franquista que impulsó la industria del automóvil desde una visión muy proteccionista de la economía

SEAT, la empresa alemana y el Grupo Volkswagen

Aunque SEAT está constituida con sede en Martorell, en 1986 se convertiría en un miembro más del Grupo Volkswagen después de que este comprara una participación mayoritaria de la marca (ver noticia de hemeroteca en ABC) y tras no pocas ayudas del estado, en el proceso de privatización (ver noticia de hemeroteca en ABC). Del 51% inicial adquirido por Volkswagen se alcanzó el 75% antes de que terminara el año y no se llegaría hasta el 99,9% del capital hasta 1990 (ver noticia de hemeroteca en ABC).

Esa es una de las razones por las que SEAT hoy en día es considerada por muchos una empresa alemana. Pero aún hay más. Aunque SEAT cuente con el grueso de su producción en su fábrica de Martorell, la tecnología de sus coches es naturalmente originaria del Grupo Volkswagen. Y eso es a todas luces una buena noticia para SEAT, puesto que hoy en día una marca como esta, aislada, y sin el apoyo de un grupo tan potente, difícilmente podría sobrevivir.

En los últimos años hemos llegado a una situación en la que además SEAT cuenta con la última tecnología que también emplean el resto de marcas del Grupo Volkswagen. Se han dado casos en los que incluso una tecnología ha llegado antes a un SEAT, que a un Volkswagen, como sucediera recientemente con la plataforma MQB-A0, para utilitarios de pequeño tamaño, en SEAT Ibiza y SEAT Arona. Y eso, sin duda, es un gran punto a favor de SEAT que también ha de enorgullecerse de su ADN alemán.

SEAT y Martorell

Que un SEAT utilice tecnología desarrollada en su mayoría en Alemania, no implica que sea un coche que llegue completamente desarrollado de Alemania. Muchas veces se pasa por alto que SEAT cuenta con un Centro Técnico en Martorell en el que trabajan más de 1.000 ingenieros. Pero lo que a nadie se el escapa es que buena parte de la producción de SEAT se lleva a cabo en la fábrica de Martorell, donde trabajan 10.544 empleados y donde se produjeron el año pasado cerca de 450.000 coches. Pero no solo eso. SEAT estima en más de 100.000 los puestos de trabajo generados, entre empleos directos, e indirectos, de toda la industria auxiliar que apoya a la marca.

Dicho lo cual, también habría que pensar en cómo se considera a una marca que cuenta con una fábrica tan importante en el país, sobre todo desde el ámbito local, y su entorno más cercano. Una fábrica de coches, por su volumen, por la inversión que requiere, y por los puestos de trabajo que genera, establece una conexión muy fuerte con el entorno en el que se establece. El que no trabaja en la fábrica de coches tiene un amigo o un familiar que sí trabaja en ella. Y el carnicero vende chuletones, y el pescadero lubinas, porque su cliente trabaja para la fábrica de coches, o para una empresa que es proveedora de la fábrica de coches. Muy pocas empresas, por no decir ninguna, pueden establecer una conexión tan fuerte con la localidad en la que se han afincado como una fábrica de coches.

El SEAT Arona ha sido el último coche que ha comenzado a fabricarse en Martorell.

Desde este punto de vista estoy convencido de que el vecino de Martorell considerará que SEAT es una marca suya (y muy suya). Como el vecino de Vigo considera a Citroën y PSA una marca de casa, a Opel podría considerársela una marca maña (su mayor fábrica por volumen está en Figueruelas), al Ford Fiesta un coche valenciano, al Volkswagen Polo un coche tan pamplonica como los Sanfermines y a Renault una marca vallisoletana y palentina con corazón sevillano.

Está claro que nadie se referirá formalmente a una marca como originaria de una región, o un país, por el mero hecho de que este cuente con una fábrica. Pero insistimos en que ningún aspecto influye más para establecer una conexión entre una marca y los habitantes de una ciudad, o una región, que la presencia de una fábrica de coches.

No hay empresa que establezca mayor conexión con sus ciudadanos que la que establece en casa una fábrica de coches, de ahí que un vecino de Vigo pudiera considerar a Citroën una empresa de casa, y al Volkswagen Polo un coche tan pamplonés como los Sanfermines

El SEAT Ateca se fabrica en Kvasiny, ¿es por ello un coche checo, español, o alemán?

Los SEAT que no se fabrican en España

Al hilo de la producción de coches de SEAT, insistimos en que el grueso de su producción se lleva a cabo en España, en la factoría de Martorell. Pero por su pertenencia al Grupo Volkswagen, SEAT también produce casi un 25% de sus coches fuera de España.

Mientras Martorell copa un 75,1% de la producción (hablaremos siempre con cifras de 2016) con 313.216 unidades, República Checa es el segundo productor de coches de SEAT, con las 35.833 unidades del SEAT Ateca producidas en Kvasiny el año pasado y las 18.029 del SEAT Toledo producidas en Mladá Boleslav. Otros 18.720 coches se fabricaron en Bratislava, Eslovaquia, todos ellos SEAT Mii. E insistimos en este punto porque, aún sabiendo que el Ibiza también llegó a producirse en cupos limitados en esa fábrica, actualmente en Eslovaquia únicamente se produce el Mii, el más pequeño de SEAT.

En Portugal, en la fábrica de Palmela, muy cerca de Lisboa, se produjeron 31.214 coches, todos ellos SEAT Alhambra.

El Audi Q3 es el primer Audi fabricado por SEAT en Martorell, pero no el último. Tras el cese de su producción SEAT comenzará a fabricar la nueva generación del Audi A1.

Y un último dato. En la primavera de 2016 se alcanzó un hito, la fábrica de SEAT en Martorell producía la unidad número 500.000 del Audi Q3, el primer Audi fabricado por SEAT. Un modelo que ahora deja de fabricarse para acoger, una vez más, otro producto de Audi. La nueva generación del Audi A1 se producirá en Martorell.

Creo que después de este análisis es fácil comprender por qué no es justo simplificar a una marca como SEAT diciendo que esta es únicamente española, o únicamente alemana. Es probable que la riqueza de un fabricante esté en ese mestizaje. Pero no solo eso. Hoy en día ningún fabricante como SEAT podría sobrevivir aislado del mundo en el que vivimos, sin la integración en un grupo automovilístico que produzca varios millones de coches al año, compartiendo tecnologías, prestando su fábrica a la producción de coches de otras marcas, y produciendo los suyos propios en fábricas extranjeras.

Con lo cual está claro que SEAT es española, y muy española. Pero también es alemana, y muy alemana.

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