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Rolls-Royce prepara el puente de mando del futuro y buques autónomos del tamaño de un rascacielos

Aunque viajar en un Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé, un descapotable de tan solo 5,61 metros de longitud, sea una experiencia comparable a la de pasear por la ciudad acomodado en los asientos de piel de tu yate, en esta ocasión no estamos hablando del Rolls-Royce de cuatro ruedas. Recordemos que desde la adquisición del fabricante de coches por parte de BMW AG, la sección que tradicionalmente se dedicaba a la industria aeronaval, siguió su rumbo bajo otra empresa, manteniendo, eso sí, el emblema de la doble erre que podrás ver en motores de aviones, barcos y generadores de energía.

La otra Rolls-Royce, la que también fabrica barcos, se ha aliado con la firma finlandesa VTT para realizar diferentes desarrollos, entre los que se incluye un avanzado puente de mando para los inmensos buques de carga que surcarán los mares en 2025. Un puente de mando digno de las naves más impresionantes de la ficción, con sofisticados equipos informáticos, sensores, radar y geoposicionamiento vía satélite, pilotado mediante superficies táctiles y realidad aumentada.

Tecnología que, aunque parezca ciencia ficción, ya está presente en nuestros coches, nuestros ordenadores e incluso nuestros teléfonos móviles.

El transporte de cargas más pesadas, a miles de kilómetros, más eficiente seguirá siendo por vía marítima, en barcos tan grandes como un rascacielos.

La relevancia de este proyecto no es trivial. Pensemos que en las próximas décadas el transporte marítimo seguirá intensificándose y probablemente preservará su papel del medio más eficiente para transportar ingentes cantidades de cargas pesadas a decenas de miles de kilómetros. En esa línea es importante tener en cuenta que, para mejorar su eficiencia, el tamaño de los buques crecerá considerablemente y con él también lo harán las dificultades para dirigir estos nuevos colosos de los mares.

Por poneros un ejemplo, con más de 400 metros de longitud, el buque de contenedores Triple-E de Maersk es básicamente tan grande como el Empire State Building tumbado y flotando sobre los océanos, con una altura total similar a la de un bloque de veinte pisos. El de Maersk, ya está surcando los mares.

En las capturas y los vídeos que nos presentan VTT y Rolls-Royce se aprecia que el objetivo de este avanzado puente de mando será el de ofrecer la mayor visibilidad posible al capitán, aportarle toda la información necesaria y sobre todo crear unas referencias virtuales mediante realidad aumentada para calcular la ruta y evitar colisiones con obstáculos y con otros barcos.

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Y no te lo pierdas, porque estos estudios sobre el diseño de un puente de mando futurista son solo la punta del iceberg, y nunca mejor dicho. Uno de los proyectos en los que más interés ha puesto Rolls-Royce en los últimos años ha sido el de desarrollar futuros buques autónomos, sin capitán, ni marineros, ni tripulación, capaces de aprovechar los sistemas de navegación, comunicaciones y sensores para guiarse por la inmensidad del océano, calcular su ruta para no colisionar con la costa u otros barcos y esquivar con efectividad bloques de hielo del tamaño de una montaña.

No suena nada mal, ¿no crees?

Fuente: VTT | Rolls-Royce
En Tecmovia: Rolls-Royce diseña el primer barco remolcador capaz de funcionar con gas natural licuado

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