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Salón de Barcelona: El CO2 es nuestro gran enemigo, pero no el único

Basta contemplar un anuncio publicitario, acudir o un concesionario o visitar un salón del automóvil, como el Salón de Barcelona, para constatar que el CO2, o mejor dicho, la reducción del CO2, se ha convertido en un factor tan importante o más como la potencia o el consumo de un coche, en un verdadero argumento comercial. Nos hemos acostumbrado a escuchar lemas como cero emisiones, huella de carbono, etcétera, ¿pero de verdad el CO2 es nuestro único enemigo? No, no lo es.

La industria del automóvil se ha propuesto poner cerco a las emisiones de CO2 por la necesidad de mitigar las consecuencias del efecto invernadero, azuzada por la legislación medioambiental que desde hace años intenta exigir a los fabricantes un esfuerzo en desarrollo para mejorar la eficiencia de sus productos. Pero tal y como ya estamos comprobando con la próxima entrada en vigor de la normativa de emisiones Euro VI, el CO2 no es el único producto indeseable de desplazarnos a diario en nuestro coche. Las partículas emitidas por los motores de combustión y los NOx son igualmente peligrosos para la salud, tanto que han llegado a obligar a que grandes ciudades como París tuvieran que poner en marcha medidas de urgencia tan impopulares como la restricción al tráfico por paridad de matrícula.

La reducción de CO2 también se ha convertido en el argumento esgrimido por asociaciones de fabricantes, como FACONAUTO y ANFAC, para hacer una defensa a ultranza en este Salón de Barcelona de las ayudas a la renovación de automóviles, del famoso Plan PIVE (leer nuestra crónica del Congreso FACONAUTO 2015).

Es evidente que la industria ha de seguir trabajando hacia el objetivo utópico de las emisiones completamente nulas. Y escojo bien el apelativo utópico por una razón. Incluso en coches eléctricos, que técnicamente no emiten CO2, el término cero emisiones habría de matizarse o transformarse en algo más exacto, hablar de cero emisiones locales. Para que un coche pueda presumir de desplazarse sin emitir ni un gramo de CO2 también ha de garantizar que la energía que utiliza proviene de fuentes energéticas que no emiten CO2 (ver artículo ¿De dónde proviene la energía con la que recargas tu coche eléctrico?)

Incluso siendo tan exquisitos a la hora de hablar de las cero emisiones locales, el coche eléctrico sigue suponiendo un gran paso adelante, pero no el único, para reducir la contaminación en zonas de gran concentración de tráfico, en nuestras urbes.

Entre tanto, y como ya vimos en el Salón de Barcelona, los híbridos enchufables ya se están erigiendo como una de las mejores alternativas en pos de esa movilidad libre de emisiones a la que aspiramos, sin los grandes inconvenientes del coche eléctrico. Híbridos que por su capacidad energética pueden desplazarse durante decenas de kilómetros sin consumir una sola gota de combustible, y a la vez gozar de grandes autonomías, en tanto siguen disfrutando de un motor térmico, en el caso de que necesitemos realizar un viaje (ver artículo El gran engaño de los consumos homologados y los híbridos enchufables).

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